¡Ay, carajo! Familia veló y enterró a su hija, pero apareció viva

**La joven estaba desaparecida, y autoridades les entregaron un cadáver, de otra mujer, pero Ana Luisa Hernández Hinojosa está viva en Tijuana.


¡Ay, carajo! Familia veló y enterró a su hija, pero apareció viva

La Crónica de Chihuahua
Febrero de 2014, 14:26 pm

Ciudad Juárez, Chih.- Elementos de la Procuraduría General de Justicia de Baja California, adscritos a Mexicali, entregaron en noviembre pasado el cadáver de una mujer que se encontraba desaparecida aquí. La familia la sepultó... pero esta semana apareció viva en Tijuana.

En unas horas Ana Luisa Hernández Hinojosa llegará a Ciudad Juárez, aunque jurídicamente está muerta. “Yo sabía que no era ella”, dice más segura que nunca Ana, la hija de 10 años de Ana Luisa.

Ella fue la única que rechazó la muerte. “Cómo voy a creer si nomás nos dieron un cajón de madera”, expresa, mientras juega con su hermano entre fierros viejos que los abuelos venden al kilo.

El padre explica que por las condiciones del cuerpo carbonizado le prohibieron a la familia que abriera el ataúd para evitar su exposición, por lo que hicieron el velorio con el ataúd cerrado. Esto fue lo que más despertó la incredulidad en la niña.

“A quién sepulté, no sé, para las autoridades de Mexicali fue más fácil aceptar la confesión de un hombre que investigar”, dice José Hernández, padre de Ana Luisa.

Reportes de la prensa en Mexicali refieren que una mujer fue asesinada de una puñalada en el corazón y el cadáver fue encontrado en llamas en una casa abandonada el 15 de noviembre de 2013 en un terreno del fraccionamiento Los Viñedos.

Ella fue identificada como Ana Luisa Hernández Hinojosa por su pareja y presunto asesino. Fue José Miguel quien confesó el crimen.

Los padres de Anita, como identifican a su hija, explican que ella vivía en unión libre con José Miguel y un día se fueron juntos de la ciudad.

Aquí se quedaron con su nieta Ana, quien nació de la relación con un hombre que fue ejecutado, y con el niño de 5 años, cuyo padre murió de Sida.

“Después de que se fue, nos llamó a la semana, pero luego dejó de llamar y en noviembre nos habló este señor José Miguel para preguntarnos que si no sabíamos nada de Anita porque él no sabía nada de ella”, dijo.

Días después José Miguel se volvió a comunicar para pedirles que fueran a Mexicali a identificar el cadáver de Anita porque estaba muerta. Con grandes sacrificios los padres se trasladaron a esa ciudad y comparecieron ante el Ministerio Público para identificar el cuerpo.

Tras platicar con ellos y decirles la clase de vida que llevó con su pareja y explicar que él fue quien los llamó, los agentes convencieron al matrimonio para que citaran a José Miguel en el Semefo e identificar juntos el cuerpo.

Fue así como lo arrestaron, luego confesó el crimen, y aunque a los padres les tomaron muestras de saliva y sangre para las pruebas de ADN, ellos nunca conocieron los resultados.

El padre dijo que su hija tenía un diente despostillado y eso bastó para que la autoridad entregara el cuerpo y luego los apoyó con los gastos funerarios.

La pareja se vino en la carroza fúnebre con el cuerpo en el ataúd y aquí le dieron sepultura a una mujer que ahora ignoran quién es.

La prensa en Mexicali destacó que los agentes de la Unidad Especializada Contra la Delincuencia Organizada recabaron evidencias derivadas de los errores cometidos por José Miguel y lo arrestaron como presunto responsable de su muerte.

Los investigadores entrevistaron a vecinos de la pareja y éstos informaron que el hombre era muy violento y que en varias ocasiones golpeó a su mujer. Los detectives tendieron una línea de investigación por el lado pasional.

Notas periodísticas refieren que “el autoviudo aseguró que el cuerpo era el de su esposa sin haberlo visto, ya que nunca ingresó a la morgue a identificarla, por lo que se otorgó la orden de aprehensión correspondiente que cumplieron los elementos de la Unidad Especializada Contra la Delincuencia Organizada sin mayor contratiempo”.

El hombre fue sujeto a proceso penal y está preso en Mexicali.

Pero, hace una semana llegó una mujer a tocar a la puerta del hogar de la familia Hernández Hinojosa, ubicado en la colonia El Granjero.

“La señora llegó a la colonia desde las 9 de la mañana y dio con nosotros hasta la 1 de la tarde, me dijo que me traía unas cartas de mi hija y yo le pregunté cómo que de mi hija si ella está muerta, entonces ella me dijo que no era cierto, que estaba viva y me entregó las cartas”, narra el padre.

La joven les explicó que su pareja la maltrataba y la tenía amenazada de muerte, que en la última golpiza ella huyó a un centro de rehabilitación de adicciones para hombres y de ahí la canalizaron a otro centro en Tijuana, donde permaneció los últimos tres meses oculta. Ana Luisa ignoraba que sus padres la daban por muerta y que su ex pareja estaba encarcelada.

“Mija no manches, cómo, a quién enterré entonces”, fue lo que el padre le gritó a su hija cuando hablaron por teléfono.

“Es mi Anita”, dice feliz. Ana Luisa habló con sus hijos que lloraron de felicidad al oírla, los niños le contaron que iban al sicólogo para su taller de duelo por su muerte.

“Es mucho el daño que nos hicieron”, dicen los padres.

Don José habla de lo que padecieron estos últimos cuatro meses. Su empleo ocasional como albañil le permite obtener menos de 100 pesos diarios. Ayer sus nietos no habían almorzado porque carecían de gas y “ni para huevitos” había.

La familia obtuvo apoyo, sólo sicológico, de la Unidad de Atención a Víctimas y aunque han pedido una despensa, se las negaron porque el supuesto homicidio de su hija no ocurrió en esta ciudad.

Los abuelos apenas estaban en proceso de obtener la custodia legal de sus nietos, lo cual ahora se complica, ya que la madre está viva pero jurídicamente muerta.

“Mañana (sábado) llega mi hija, no sabemos qué va a pasar, cómo le vamos a hacer, pero ella viene a quedarse con su familia, es una joven buena”, afirman los padres, mientras sus nietos esperan con ansia el momento de la reunión.

Ahora, el problema será para las autoridades, que deberán recuperar el cuerpo e identificarlo.

Personal de la Fiscalía de la Mujer explicó que al no estar muerta la supuesta víctima, el Ministerio Púbico debe sobreseer el caso y poner en libertad al acusado. Además deben reponerle la personalidad jurídica a la víctima, quien legalmente está muerta.