Autodefensas repliegan al Ejército en Michoacán

**Rechazaron la petición del general Sergio Arturo García Aragón, de deponer las armas a cambio de instalar un retén a la entrada de Buenavista Tomatlán por uno a tres meses.


Autodefensas repliegan al Ejército en Michoacán

La Crónica de Chihuahua
Mayo de 2013, 10:09 am

Buenavista Tomatlán, Mich.- Cerca de un millar de integrantes de la autodefensa comunitaria de esta cabecera municipal, rechazó la petición del general Sergio Arturo García Aragón, de deponer las armas a cambio de que instalara un retén a la entrada del pueblo por un lapso de uno a tres meses.

“¡Buenavista no va a entregar las armas!”, se escucharon voces entre la muchedumbre que denuncia la ejecución de 16 personas y la desaparición de 36 más, entre mujeres, ancianos y niños, durante los últimos cuatro meses, a manos del cártel de los Caballeros Templarios.

La comunidad que integró sus guardias ciudadanas en febrero pasado, en dos ocasiones impidió el paso de vehículos militares que pretendían ingresar a la región donde actúan autodefensas en Buenavista y en otros dos municipios de Tierra Caliente: Tepalcatepec y Coalcomán.

La caravana integrada por una docena de transportes castrenses, como parte del operativo conjunto de seguridad en Michoacán –a ser anunciado oficialmente el martes– detuvo su marcha la primera vez cerca de las 15:30 horas, cuando pobladores, portando palos y algunos machetes, les cerraron el paso para saber si su intención era desarmarlos.

El mando militar al frente del convoy descendió de uno de los vehículos, se subió al cofre del transporte delantero y desde ahí trató infructuosamente de hablar con la gente que pidió el resguardo de su identidad por razones de seguridad.

“¿Sabe por qué comenzó esto? ¡Dónde estaban ustedes!”, le gritaban los habitantes de la población conformada por cerca de 10 mil personas, la mayoría dedicadas a la pizca de limón y papaya.

García Aragón les respondió que su objetivo era traer de vuelta la paz al lugar y hacer los caminos transitables para “que todos puedan trabajar”.

Pobladores pidieron al general que los acompañara a ver las casas “llenas de balazos” y le pidieron que detuviera “a los templarios” que, aseguran, los extorsionaban, sitiaron al pueblo y provocaron su desabasto de alimentos, medicinas y gasolina, además de impedirles el libre tránsito por Apatzingán.