¡Armando Sepúlveda López miente!

Por Omar Carreón Abud


¡Armando Sepúlveda López miente!

La Crónica de Chihuahua
Agosto de 2015, 11:30 am

Ni modo, con todos los riesgos que implica contradecir a los señores del poder, el pueblo michoacano tiene derecho a saber la verdad: ¡El secretario de Educación en Michoacán, Armando Sepúlveda López, miente! Y sí, existen los riesgos, y no son menores. Recuerdo a los lectores que un grupo de golpeadores entrenados que cobran en la SEE, cuyo secretario es precisamente Armando Sepúlveda, arremetió con tubos, cadenas y palos en contra de padres, madres de familia, maestros, niños y ciudadanos, el pasado 3 de febrero en las instalaciones de la escuela primaria “Juan Ortiz Murillo” de la ciudad de Morelia, que ese grupo dejó 15 lesionados graves, que ninguno de los miembros del comando asesino fue, ni ha sido sancionado de ninguna manera hasta ahora y que, para rematar ese episodio, la policía armada les entregó las instalaciones de esa escuela primaria a maestros afectos a los criminales agresores y al señor Sepúlveda López.

Recuerdo a las personas de buena fe que esos hechos fueron causados por la insistencia de los padres de familia, la directora y los maestros de la escuela que los apoyaban, en el sentido de ejercer su derecho a que la escuela de sus hijos fuera incorporada al Programa federal de Escuelas de Tiempo Completo, pero que esa demanda muy comprensible, inobjetable, legítima y legal, era contraria a los intereses particulares de los líderes de la CNTE que, por una parte, recibían cuantiosos recursos para un programa diseñado por ellos mismos absolutamente fuera de norma oficial, llamado “escuelas integrales” y, por otra parte, porque la introducción de ese programa federal significaría la entrada (aunque fuera parcial) de la nueva ley de educación que, como mucha gente sabe, los líderes de la CNTE, pretendiendo vivir en un estado de excepción, no aceptan.

Recuerdo también a quien lo haya olvidado que a partir del golpe homicida en la escuela primaria “Juan Ortiz Murillo”, el gobierno del estado procedió a desalojar a padres, maestros y niños de otra escuela, de la primaria “Isaac Arriaga”, también porque demandaban el Programa de Escuelas de Tiempo Completo y cuando, luego de ser agredidos, fueron a protestar por los abusos de la autoridad a las afueras de la Casa de Gobierno, fueron nuevamente golpeados y desalojados violentamente por la policía uniformada; ítem más: al señor director de esa escuela, al profesor Javier Ramos Flores, con Maestría y 34 años de servicio, Armando Sepúlveda y sus operadores, le tienen retenido su salario desde el mes de febrero por razones estrictamente políticas, es decir, sin ninguna causa ni proceso administrativo. Cabe añadir a la cadena represiva oficial que la otra comunidad en lucha por el Programa ETC, la comunidad de la primaria “Primero de mayo”, que trabaja –hasta ahora- en sus instalaciones, ha sido amenazada públicamente por altos funcionarios de la SEE en el sentido de mandarle a la policía a expulsarla del edificio si no renuncia a su demanda de escuelas de TC, e importa añadir también el recordatorio de que el pasado 20 de julio, en medio de esta lucha por la justicia entre el pueblo y los señores del poder, cuando precisamente se le respondía con toda claridad a las declaraciones mendaces de Jaime Esparza, secretario de Gobierno, un grupo de judiciales con armas en la mano, en horas de la noche, allanó el domicilio particular de varios dirigentes del Movimiento Antorchista. Como se ve, los riesgos aludidos no son fantasías o recursos polémicos, son la cruda realidad. Pero, adelantándose al tiempo que al fin todo lo descubre, alguien tiene que decir la verdad.

¿Cuál es ahora la mentira de Armando Sepúlveda López? La Voz de Michoacán, el pasado lunes 10 de agosto, en su página 14-A, publicó las siguientes declaraciones del señor: “Si usted se fija, Omar Carreón (Dirigente estatal de Antorcha Campesina) pretende un cambio de zona para meter a su gente que no tiene nombramiento oficial como profesor, lo que en realidad quiere es fortalecer el grupo que él comanda para fortalecerse en educación, eso es lo que ellos quieren y lo que yo lamento mucho es que están utilizando a los niños para fines de cuestiones políticas”. Pues no sé dónde o en qué quería el señor Sepúlveda que se fijara la señorita reportera a la que le hizo las declaraciones (“si se fija bien”, casi la reprendió), pues no le mostró ningún documento o prueba de que quien esto escribe pretenda “meter a su gente que no tiene nombramiento… para fortalecer el grupo que él comanda para fortalecerse en la educación”.

Nunca, en ninguna ocasión, ni por escrito ni verbalmente se le ha solicitado a Armando Sepúlveda que meta a gente que no tiene nombramiento a ninguna de las tres escuelas en conflicto, esa es una simple afirmación sin ningún sustento, una mentira. Se ha pedido, eso sí, que a las tres escuelas se les incorpore a la zona escolar 226 porque, primero, ninguna de las tres escuelas tiene asignada una zona escolar, irregularidad evidente con la que convive Armando Sepúlveda y, segundo, porque, ante la ferocidad de los sujetos a los que prácticamente se les ha concesionado la educación en Michoacán, esa zona escolar ofrece garantías mínimas de que les va a permitir funcionar normalmente sin someterlas a presiones y venganzas. Y, en cuanto a las personas que se solicita que regresen, no son más que los mismos profesores que sacaron los golpeadores y los policías de sus centros de trabajo y están encabezados por los directores de las tres escuelas primarias, la profesora Carmen Olvera Cárdenas, con 45 años de servicio; el profesor Javier Ramos Flores, con 34 años de servicio (ya mencionado) y la profesora Crescencia Sánchez Navarro, con 35 años de servicio (a la que todavía no sacan de su escuela pero que no cesan de hostigar). Muchos años al servicio de la SEE y los niños michoacanos, para que un funcionario intolerante, sin mostrar ni pruebas ni respeto, venga a espetarles que no tienen nombramiento y a etiquetarlos despectivamente como la gente que comanda quien esto escribe “para fortalecerse en la educación”.

En cuanto al hecho de que el señor lamenta “mucho… que estén utilizando a los niños para fines de cuestiones políticas”, es decir, en cuanto a su supuesta congoja por los niños michoacanos, es oportuno informar a los lectores que al día siguiente de aparecidas las declaraciones de Armando Sepúlveda a las que me he venido refiriendo, en el mismo diario, la Voz de Michoacán, al día siguiente y en la página 3, se publicó una información que demuestra a las claras y sin que quede lugar para ninguna duda, el grado de preocupación y, sobre todo, de resultados que puede exhibir Armando Sepúlveda al frente de la SEE: “Michoacán ocupa el primer lugar en deserción escolar… así lo reconoció la delegación en Michoacán del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA)”. Un funcionario que gana más que el gobernador de su estado y que presenta esos resultados, debería ser mucho más cuidadoso con sus declaraciones, más aún si se toma en cuenta que ya, en privado (pero ante testigos insobornables), cuando no hablaba para la prensa, Sepúlveda López confesó que el problema de la inclusión de las escuelas a la zona escolar 226 no se podía realizar porque él tenía “compromisos” (y no porque la plantilla expulsada de los inmuebles no tuviera nombramientos), versión que, “si se fija bien” el lector en la cadena de golpizas físicas y administrativas que se les han propinado a las comunidades escolares que se han atrevido a cuestionar esos “compromisos”, reúne, ésta sí, todas las características de verdad demostrada e indiscutible.