Ante el autismo del Gobierno hidalguense, la protesta popular

Por Guadalupe Orona Urías


Ante el autismo del Gobierno hidalguense, la protesta popular

La Crónica de Chihuahua
Marzo de 2014, 08:42 am

Según un reciente estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México está por debajo de la media de los países miembros en vivienda, salud, educación, equilibrio laboral-personal, trabajo y salarios, ingreso y riqueza, seguridad personal y competencias. Dicho estudio señala, entre otras cosas, que: “En 2010 en un 19% de los hogares mexicanos con al menos uno de sus miembros empleados se dieron condiciones de pobreza de los ocupados y un 11% de los miembros de familias en las que todos los adultos trabajan estaban en situación de pobreza”; ambos porcentajes son los más altos de la OCDE. Esto sucede en aquellos hogares donde al menos un miembro, en un caso, de la familia tiene empleo, o, en el otro, que también se encuentra en nivel de pobreza, donde todos los adultos de la familia con posibilidad de trabajar lo hacen; ahora preguntémonos: ¿qué pasa en aquellas familias donde nadie tiene trabajo, donde todos son desempleados?

De acuerdo con el informe de la OCDE, la calidad de vida de los mexicanos disminuyó; su estudio ¿Cómo va la vida? demuestra que “la familia mexicana se ha visto afectada por la crisis” y que el ingreso real disponible entre 2007 y 2012 “acumuló un descenso de alrededor del 5%, una de las caídas más pronunciadas entre los países miembros de la OCDE”. La mala situación de los mexicanos se demuestra también (siempre tomando los datos del estudio referido), en la confianza de la población en las instituciones y en el funcionamiento de la democracia, pues el porcentaje de mexicanos que afirman confiar en el gobierno se redujo del 42% al 33% durante el mismo periodo. Ante esto, resulta válido interrogarnos ¿qué piensan nuestros gobernantes, por qué siguen actuando, la mayoría, con sus muy raras excepciones, igual o peor en algunos casos, de insensibles, intolerantes y renuentes a resolver las demandas de la población, a la que prometieron respetar y obedecer cuando les confirió el mandato?

Resulta un tanto incomprensible, aparte de inconstitucional, negar, de facto, a millones de mexicanos el derecho a la salud, la vivienda, los servicios básicos, etc. por parte de cualquier gobierno en cualquier rincón del territorio nacional, cuando cada día se vuelve más complicada la vida del mexicano y menos cree en sus autoridades. Esta actitud, me recuerda aquel pasaje de la historia francesa, cuando el pueblo clamaba por justicia y pan, y en lugar de atender a la grave situación prevaleciente, la monarquía mantenía su estatus de lujos y frivolidades y, ya en vísperas de la revolución, cuando el pueblo desesperado buscaba una solución a su penuria y a la escasez de harina y trigo, se dirigió a Versalles a encararse con la reina; se dijo que María Antonieta respondió altaneramente, diciéndoles: “Que coman pasteles”. Obviamente, este hecho causó gran enojo en el pueblo, que si no tenía harina para poder hacer el pan que necesitaba para llevarse a la boca (el pan es para los franceses como la tortilla de maíz para nosotros los mexicanos), menos para hacer pasteles como los que se paladeaban en la corte francesa.

Y así estamos los mexicanos, así nuestros gobernantes: las situación empeora para la inmensa mayoría de la población; crecen la pobreza y la desconfianza en las instituciones, pero los gobiernos se mantienen ciegos y sordos ante las carencias y peticiones de sus gobernados. Éste es el caso también del gobierno de Hidalgo, que se revela, además, como falto de palabra, pero pleno de impudor; nada lo distingue de sus correligionarios y homólogos de otras entidades ¿Por qué se niega la solución a miles de familias hidalguenses organizadas en el Movimiento Antorchista? ¿Por qué se miente y no se cumplen los compromisos de obras y servicios en beneficio de decenas de comunidades, en su mayoría indígenas? ¿Por qué se niegan la salud y la educación, derechos inalienables de todos los mexicanos, a los antorchistas hidalguenses? Quizás alguien pudiera pensar que estos incumplimientos del gobierno de Hidalgo se deban a la falta de recursos financieros, cuestión que francamente descartamos los antorchistas, y las razones las dimos ya en colaboraciones anteriores, cuando señalamos que en el año 2013 el gobierno manejó un presupuesto superior a los 33 mil millones de pesos, aseveración que se encuentra plenamente documentada. Entonces, si no es por falta de recursos, sólo nos quedan dos posibles explicaciones, que también ya hemos compartido: una, que al gobierno de Hidalgo, a sus representantes y funcionarios poco o nada les interesa la suerte de sus gobernados y sacar a Hidalgo de ese penoso estado de subdesarrollo y precariedad en que se encuentra, pues como sabemos, está dentro de los 10 estados más pobres de la República Mexicana; o bien, simplemente no resuelve, no cumple porque quienes demandamos esas soluciones somos antorchistas, o bien, las dos explicaciones juntas pueden ser válidas; no se excluyen. Pero si es la última, porque somos antorchistas, entonces el gobierno hidalguense estaría incurriendo en un delito mayor, estaría violando la Constitución y el derecho de miles de mexicanos, lo cual lo revelaría como un gobierno antidemocrático, que no gobierna para todos. En fin, independientemente de las razones últimas que podría abrigar muy en su interior el gobierno estatal, representado en las negociaciones por el Secretario General de Gobierno, Lic. Fernando Q. Moctezuma Pereda o sus asesores, lo cierto es que como gobierno y, por lo tanto, administradores de los recursos públicos, están obligados a atender a sus gobernados y también a cumplir sus promesas y acuerdos signados, en este caso, con una de las organizaciones más importante del pueblo de México, Antorcha Campesina.

Y si, para ello se nos obliga a echar mano de todos los recursos legales, como el derecho a la manifestación pública, para reclamar el acto de gobierno de negar las soluciones, así lo haremos, y, este lunes 10 de marzo, nuevamente, marcharemos por las calles de la capital hidalguense e instalaremos un plantón permanente frente a palacio de gobierno, hasta encontrar las soluciones comprometidas. ¿O acaso, tenemos otra alternativa?