Alarman suicidios infantiles en Saltillo por bullying

**La incidencia del acoso escolar –conocido como bullying– en Coahuila va en incremento y sus repercusiones cada vez son más letales.


Alarman suicidios infantiles en Saltillo por bullying

La Crónica de Chihuahua
Febrero de 2014, 23:01 pm

Saltillo, Coah.- La incidencia del acoso escolar –conocido como bullying– en Coahuila va en incremento y sus repercusiones cada vez son más letales, ya que, según investigadores de la Universidad Autónoma de Coahuila, el año pasado ocho niños de 7 a 11 años se suicidaron, y otros 250 lo intentaron luego de sufrir agresiones y burlas, especialmente en la escuela.

De acuerdo con el investigador Jesús Acevedo Alemán, los problemas por bullying en Coahuila no son tan recurrentes como en otras entidades.

“Pero no necesitamos tener grandes cantidades de casos para que el problema se revele; está, se está presentando”, alertó.

Bullying, explicó, son aquellas prácticas de intimidación que se pueden generar en muchas manifestaciones, desde la burla, golpes, acoso, manipulación, hasta la violencia perversa que se viene manejando en nuestro entorno.

“La violencia perversa son aquellas expresiones de daño moral en contra de los niños, por ejemplo, un chisme que se suelta y gradualmente empieza a dañar moralmente al niño y lo lleva a una situación de vulnerabilidad, esto se da y daña mucho”, dijo.

Acevedo es doctor en Política Social y dirige la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Autónoma de Coahuila, desde donde se estudia el fenómeno de las agresiones a niños y adolescentes y su reflejo en las ideas suicidas que van en aumento.

“A lo largo de cinco años se ha estado trabajando en la línea del bullying en cuanto a las nuevas formas en que se está manifestando en Saltillo, eso da como pauta algunas publicaciones y acercamientos en algunas escuelas, pero lo que se quiere hacer ahora es un mapeo más real en torno a lo que está pasando en las distintas escuelas, en las nuevas formas de violencia que se pueden estar dando”, expuso.

“Estamos manejando un nuevo concepto que se llama violencia perversa, entendido como las formas más sutiles de prácticas agresivas que se están dando dentro de los ambientes educativos y trae este diagnóstico de las percepciones del bullying, para tratar de ver más componentes, por ejemplo, la participación de los espectadores, de las propias instituciones, la negligencia que puede haber al no denunciar los casos.

El estudio parte de identificar las zonas geográficas con mayor incidencia y las distintas formas en que se presenta, como la intimidación y burla que se da en la aplicación de los apodos.

“Hicimos un estudio cuyos resultados nos parecieron muy alarmantes sobre las cuestiones de ideaciones suicidas en niños”, expuso, “las amenazas aparecen como una de las principales causas de autolesiones; esta práctica se está posicionando como una de las que están destapando otro tipo.

“El índice de suicidio infantil se está dibujando a nivel nacional, está apareciendo. Lo que hace muchos años no se daba ahora ya se da y estamos encontrando la raíz en las prácticas de intimidación o de bullying”.

–¿Qué esperan encontrar con este estudio? –se le preguntó en entrevista.

“Elementos que nos permitan generar proyectos, sobre todo de corte preventivo, para disminuir este problema. Nos preocupan mucho las prácticas de violencia, pero el rostro más agresivo, que es el suicidio infantil, nos está moviendo bastante en el escenario académico”, respondió.

–¿Qué tan grande es el problema?

“Hicimos un mapeo nacional donde identificamos en un año 67 casos de suicidio infantil, claramente identificados por causa de bullying”, agregó, “en Coahuila no estamos dentro de los grandes indicadores, pero tenemos ocho casos relevantes detectados el año pasado y no queremos que esa cifra se despunte. Son edades de entre los 7 a los 11 años, el sexo es indistinto, pero claramente vemos que los niños son más resolutivos en torno a la práctica de autolesión.

“No necesitamos tener grandes cantidades de casos para que el problema se revele, está, se está presentando, identificamos como factores de riesgo que hay escuelas donde hay niños con tendencia de ideación suicida. Identificamos 250 casos de mil 500 que estuvimos investigando el año pasado, nada más en Saltillo. Si bien no se ha reportado que haya un intento de autolesión, son niños que presentan rasgos y esa es la parte alarmante, ante el escenario conflictivo o ante las nuevas formas educativas, hay más tensión entre los niños y eso va a llevar también a que estos 250 estén en el filo de la autolesión, es lo que detona el estudio que estamos desarrollando”.

–¿Hay un patrón en cuanto al tipo de escuelas?

“No. Esa era una hipótesis que teníamos, pero es indistinto. No es cuestión de sexo, religión, ni de estatus socioeconómico, es una situación que depende de la condición de vida del propio niño, la calidad bajo la cual es educado y sus propios escenarios. No es cuestión económica”, manifestó.

–El bullying, ¿qué tanto ha incrementado en ciudades como Saltillo?

“El bullying siempre ha existido, pero el registro, el reporte nos da un mejor parámetro”, indicó, “está presente y en lo que va de un año hemos visto incrementos hasta de 50 por ciento en ciertos escenarios porque la práctica se ha reportado, ahora hay más información, los padres de familia tienen más nociones de eso, algunas escuelas están más habilitadas y eso es lo que nos está dando los termómetros de las zonas de riesgo. Creo que el bullying se estará incrementando en la medida que se sigan reportando los casos”.

“Tenemos la hipótesis de que 9 de cada 10 niños sufre bullying, dejando ese uno por ciento como el caso burbuja, es decir, el niño que nunca se ha expuesto a nada, pero el problema se gradúa, es decir, hay desde una intimidación moderada o funcional, aquella que no afecta por la capacidad resiliente para soportar, y la extrema, que lleva a la autolesión o a prácticas como deserción escolar”.

–¿El bullying disminuye con la adolescencia?

“No, el problema se presenta en una cronología desde primaria hasta la universidad, sólo que cambia de nombre”, dijo, “el bullying se visualiza mucho en los contextos educativos de primaria; en la secundaria y en la universidad se le puede llamar violencia en pareja y mobbing en el escenario de trabajo, pero el problema se presenta de la misma manera, de hecho se acentúa, porque se da de una manera más agresiva y directa”.

Jesús Acevedo Alemán descartó que el bullying sea un problema que deje de afectar a mayor edad.

Al contrario, destacó, se acentúa y crea más estragos en las cuestiones de estima y de autolesión.

“La persona toma decisiones de mucho riesgo, entonces el problema nada más cambia de nombre, pero la práctica cambia de nombre”, advirtió.

El investigador advirtió que en las escuelas y en la casa, la atención especializada no sólo debe ser para el menor agredido, también para el agresor, pues si las conductas de la infancia no se corrigen, en edad adulta es posible que la tendencia a la agresión se multiplique.

Conforme pasa la edad, puntualizó, el bulliador se convierte a veces en un delincuente, en un ser antisocial y la víctima también estará teniendo muchos problemas en su vida adulta, conflictos en su vida de pareja, no se puede integrar abiertamente y si forma familia lo hará con muchas desventajas, con temores, fobias, baja autoestima.