Agro chihuahuense: el rostro de la catástrofe

**Siete municipios siniestrados están uniéndose para solicitar pruebas de tuberculosis y poder exportar el ganado de inmediato. **Los ganaderos no tienen pastos, ni dinero para pastura, por lo que deben vender, antes de que se mueran los animales de hambre.


Agro chihuahuense: el rostro de la catástrofe

La Crónica de Chihuahua
Septiembre de 2011, 23:46 pm

Por Froilán Meza Rivera

Satevó, Chihuahua.- Las pérdidas fueron totales en el campo, acá, en la región Centro del estado, por culpa principalmente de la falta de agua, pero también por los estragos que causó la helada atípica que se sufrió en toda la entidad.

La sequía está cobrando su cuota de hambre y de necesidad. Nadie cosechó nada, y son escasísimas las tierras donde las siembras quedaron siquiera como rastrojo seco para el ganado.

Del sorgo, el maíz y el frijol, que son las cosechas tradicionales, nada se dio; el ganado está enflaqueciendo rápidamente ante la falta de pastos, y los campesinos se ven imposibilitados de comprar pastura, que es más cara por la escasez y que aumenta de precio constantemente conforme se incrementa también la demanda.

Todo se conjuntó este año para la catástrofe: desde la helada de menos 22 grados centígrados que se generalizó en la entidad, hasta la sequía que este año interrumpió de golpe diez años de buenas precipitaciones.

Para Ernesto Ruiz, quien es un campesino medio, con casa en Satevó, este año fueron puras pérdidas: “Es que la lluvia se retrasó, y terminó por no llegar, y acá nos dejó puras pérdidas”, dijo, y en su recuento, todo es negativo: “Hubo tierras que se sembraron y que nomás se quedaron barbechadas porque no hubo agua para que ni siquiera hubiera brotecitos de nada, pérdida total”. Como es una zona eminentemente ganadera, los campesinos tienen como su principal cosecha el sorgo, que lo utilizan localmente como forraje para las vacas.

Ni el pasto brotó, ni les pudimos dar sorgo, ni rastrojos del maíz, añadió Ruiz, y ahora están enfrentando la pérdida del precio en el ganado, que por kilo lo están malbaratando en 11 pesos el kilo, contra los 14 o 15 pesos que se conseguían en años pasados.

Y la pastura viene cara, porque la traen de lejos. Ahorita, por ejemplo, la paca de alfalfa anda en 80 pesos, cuando que anteriormente la compraban entre 40 y 45 pesos.

ALERTA A NIVEL MUNICIPAL

Nunca antes, las autoridades municipales se habían unido en una acción como la que están emprendiendo acá siete municipios vecinos, para que el gobierno del estado agilice las pruebas de tuberculosis en el ganado, y puedan así los productores enviar ya sus animales a la exportación. Y es que la venta de sus vacas es la única opción posible en este momento.

El director de Desarrollo Rural del Municipio de Satevó, Ramón Emeterio Chacón Trevizo, explicó que acá en esta región no tuvieron prácticamente lluvias, “pero ni siquiera tantitas, nada, nada… sabemos que en la región de Cuauhtémoc y en parte de la zona temporalera y en la Babícora, hubo retrasos, pero hubo agua, pues acá no hubo nada”.

¿Podría estar peor la cosa? Así es. “En esta región hay un zacate criollo que espiga y retoña con las lluvias, y aunque haya retraso en las precipitaciones, siempre retoña porque tiene un camotito que conserva a la planta para cuando haya condiciones de brotar… pues este año, ese zacate no brotó, porque la helada que tuvimos en febrero secó hasta la raíz”.

Apenas en días pasados, autoridades municipales de Satevó, Zaragoza, Nonoava, San José de Borja. Santa Isabel, Belisario Domínguez y Gran Morelos, tuvieron un foro de consulta para consensar acciones, y de ahí salió la iniciativa de pedir la agilización de la prueba de tuberculosis en el ganado vacuno. “Mire, hay nada más 200 técnicos en el gobierno del estado que pueden hacer esa prueba, y si nos ponemos a hacer fila, nos va a tocar hasta dentro de siete meses”. Es por eso que están urgiendo esa medida, para que los productores puedan vender su ganado ahora que tiene peso. En ese bloque de municipios están tratando de incluir a Valle del Rosario, que tiene idéntica problemática.

Y es que esa medida se antoja urgente, cuando se revela que ya hay reportadas, nada más en el municipio de Satevó, 700 cabezas de ganado que han quedado tiradas muertas en el campo por la falta de agua y de comida.

El mismo Ramón Chacón está recopilando información de todo Satevó, y aunque le faltan algunos ranchitos de recorrer, él ya puede decir que las pérdidas en la agricultura fueron del 100 por ciento.

ROSTROS DE LA TRAGEDIA

A Javier Ronquillo, por su parte, quien posee siete hectáreas de temporal, se le antojó sembrar frijol este año, porque un amigo suyo lo animó, con el argumento de que iba a haber buen precio gracias al apoyo de un grupo de productores del Noroeste. Ahora, Ronquillo y su amigo están esperando que vengan en su defensa los productores aguerridos y exijan una compensación por el siniestro.

En las tierras cercanas al río Satevó, donde muchos dicen que es posible extraer agua por medio de excavaciones superficiales y bombitas silenciosas, la catástrofe es igual: la extracción clandestina conlleva muchos riesgos, y pocos se atreven.

David Estrada ya perdió varias reses en su potrero, y se encuentra desesperado porque no encuentra un buen comprador para las pocas que le quedan. “Fíjese que voy a tener que malbaratar mis animalitos, y lo peor es que no me va a quedar, creo ninguno ni para pie de cría… nada más gallinas vamos a tener, y unos borreguitos, porque ¡hágame el favor! Se me salvó una hectárea de sorgo que se quedó chaparrito, y ya calculé que si lo hago silo, voy a tener para los borregos, pero nada más”.

Así están las cosas en Satevó y en toda la región temporalera del estado de Chihuahua, en estos días de sequía y de siniestros al por mayor.