50 shades of grey o sujetos sexuales como lifestyale femenino

Lo que piensan catedráticas universitarias sobre el film más exitoso de la semana


50 shades of grey o sujetos sexuales como lifestyale femenino

La Crónica de Chihuahua
Febrero de 2015, 19:13 pm

La liberación sexual de la mujer que vende la exitosa novela "Cincuenta sombras de Grey" es mentira, según defienden las profesoras universitarias Cristina Pujol (UAB) y Meritxell Esquirol (UOC). Las dos profesoras de Sociología de la Comunicación han elaborado un estudio titulado "Sujetos sexuales, objetos comerciales: sexualidad femenina como ’lifestyle’ en ’Cincuenta sombras de Grey’", en el que concluyen que tanto la novela como la película son un producto de mercadotecnia que preserva "la mirada masculina, heterosexual y blanca".

"Cincuenta sombras de Grey", el éxito editorial que ya ha vendido 20 millones de ejemplares en todo el mundo, "combina el habitual discurso del amor romántico tradicional con una vivencia de la sexualidad femenina libre y plena, pero convirtiéndola en un objeto comercial", ha afirmado la investigadora Meritxell Esquirol.
Las autoras han analizado el imaginario sexual femenino que vende "Cincuenta sombras de Grey" y han concluido que "la feminidad sigue siendo un valor mercantil; aunque parece que el libro democratice la representación de la mujer, en realidad hace referencia a un ideal femenino que consume sexo como quien compra un objeto glamuroso o sofisticado".

"La liberación sexual de la mujer que vende ’Cincuenta sombras de Grey’ es mentira", concluyen ambas investigadoras.

Aunque "el relato se focaliza en el placer sexual de la protagonista femenina, intervienen diferencias de género y de distinción social: Grey modela Anastasia según la mirada dominante, hipersexualizándola por el deseo, sofisticándola y aportándole glamour".

"En el libro, la sexualidad femenina se diseña como un producto sofisticado", con una representación machista, y se vende "como un ’lifestyle’, un producto que se consume como un estilo de vida", han resumido las investigadoras.

Este modelo de feminidad ha pasado de la sumisión a la hipersexualización, y es en este punto -según las profesoras- que se construye una "feminidad narcisista en la que el sentido de la autoexigencia y la disciplina resultan fundamentales: ser sexy, gustarse siendo sexy y estar siempre dispuestas a serlo".
El libro, según las investigadoras, "juega con la coartada de la sexualidad femenina desde su explotación comercial y mezcla una vivencia que se debate entre el modelo romántico (basado en la educación sentimental femenina) y el discurso feminista (liberación sexual)", encontrando una buena veta de mercado, afirman las docentes universitarias.

Ambas investigadoras consideran que "el nuevo imaginario sexual femenino omnipresente en los medios de comunicación y en las redes sociales tiende a la hipersexualización y a promover la ’cultura del striptease’".

Según las investigadoras, la publicidad y los medios de comunicación ponen "énfasis en la mujer, mujeres que buscan placer y exhiben su deseo, desinhibidas y casi agresivas, en un escenario heredero de la pornografía y el glamour".

En el mismo sentido, afirman que "es la misma industria del entretenimiento y el ocio que promociona esta representación de la feminidad, porque es un mercado que quiere explotar en términos de mercadeo, al igual que promociona un mercado gay pero no lésbico".