Resultados electorales: los que perdieron… y los que no ganaron tanto

**Más allá de una visión superfiical, vale hacer una revisión de quienes realmente ganaron, cuánto perdieron los que perdieron y quiénes no cumplieron la meta.


Resultados electorales: los que perdieron… y los que no ganaron tanto

La Crónica de Chihuahua
Junio de 2015, 15:44 pm

Por: Alejandro Salmón Aguilera/ ahoramismo.mx

Después de una jornada electoral es común que las personas que se interesan en los temas políticos se pregunten ¿quién ganó y quién perdió?.

En una ecuación lógica, aritmética, simplista, obviamente ganó el PRI, al imponerse en ocho de nueve distritos y tener una ventaja preliminar de 76,175 votos. Pero más allá de la visión superfiical del tablero de los resultados, vale hacer una revisión de quienes realmente ganaron, cuánto perdieron los que perdieron y quiénes no cumplieron la meta establecida, pese a entregar resultados favorables.

El más grande perdedor es el Partido Acción Nacional, el cual no pudo capitalizar la supuesta animadversión que genera la figura del gobernador César Duarte Jáquez. Decimos supuesta, porque en cuanto acto público que se presentaba el mandatario, había una rechifla y en cuanta mesa de café donde había más de un comensal, la plática giraba en torno a la opinón negativa hacia él. ¿Resultado? Su partido ganó hasta por paliza en distritos de amplia presencia panista.

Si como decía el discurso del PAN, que Duarte dirigía las campañas del PRI, entonces quienes salieron a votar lo hicieron de manera mayoritaria por él. ¿Qué significa? Que por mucho rechazo en su contra, no lo es tanto comparado con el generado por el PAN, o bien este partido no fue lo suficientemente atractivo como para motivar a los inconformes a darles su voto como una forma de castigar al gobernante. Perdieron, pues.

Obviamente, perdió Mario Mata, el ex alcalde de Delicias que ya hacía campaña para la precandidatura al Gobierno del Estado. A Mata le pasó lo mismo que a Juan Blanco hace seis años, cuando fue candidato por el VI Distrito pero hacía campaña como aspirante a gobernador. El resultado es de todos conocido: ni diputación ganó ni mucho menos candidatura al Gobierno. Al menos Blanco pudo decir que perdió contra el aparato de Gobierno y un empresario exitoso como Maurilio Ochoa. Mata cayó frente a un cantante “grupero”.

Liz Aguilera: con una carrera meteórica, en constante ascenso, la ex varios cargos públicos debe salir a la calle ahora con el “San Benito” de ser la única priista que perdió en la jornada del domingo pasado. Argumentos y lecturas habrá, y muchas. Lo cierto es que es la única aspirante del PRI que no ganó el domingo y que le devolvió al PAN un distrito donde ya había cedido terreno. Acaso le haya sucedido lo mismo que a Martha Laguette, a quien postularon a cuatro cargos distintos en un lapso de ocho años. Obviamente, para la cuarta candidatura, su figura ya estaba desgastada. ¿Le pasó lo mismo a Liz Aguilera? Probablemente.

Jaime García Chávez y Javier Corral: su organización “Unión Ciudadana” catalizó el descontento contra el gobernador y abanderó una causa penal promovida por el primero en contra de César Duarte Jáquez; Jaime Herrera Corral; Carlos Hermosillo y hasta contra la esposa del gobernador, Bertha Gómez Fong de Duarte. Después de casi medio año de campaña contra la figura del mandatario, los resultados fueron los mismos que antes de la demanda por el supuesto uso de recursos públicos para “fondear” a la Unión de Crédito Progreso: ocho ganados, un perdido. Tanto trabajo para tan poco.

La familia Aguilar. El resultado preliminar apunta a que el Partido del Trabajo perderá su registro y, con ello, la presencia de la familia de Rubén Aguilar en la escena política del estado. Hábil, astuto, acomodaticio como es, el sempiterno dirigente del CDP, hoy PT, encontrará la manera de meterse en la próxima contienda, pero ya no lo hará desde la misma plataforma, ni con diputación asegurada para algún miembro de su familia…o para él.

Y aunque ganó ocho distritos, el gobernador César Duarte no puede decirse triunfador en toda la extensión de la palabra. El 23 de mayo pasado, ante la plana mayor del PRI en pleno, el gobernador de Chihuahua se comprometió con César Camacho, el líder nacional de su partido, a ganar por “carro completo” las elecciones en el estado que gobierna. Ganó, sí, ocho de nueve…y ocho no es igual a nueve. Es, por decirlo en términos beisboleros, como el lanzador que tiraba juego perfecto y le pegaron de hit en la novena entrada con dos outs. Nadie dice que no haya lanzado una joya de picheo, pero no fue juego perfecto. Tampoco hizo ganar al PRI en Baja California Sur, estado que le fue encomendado. Para ser exactos, ahí ganó el PAN todo lo ganable posible. ¿Buenas cuentas del gobernador a su partido? Sí, indudablemente, buenas, pero no excelentes.