Recibe Duarte dos portazos del Gobierno Federal, y el mismo día

Por Alejandro Salmón Paredes (ahoramismo.com.mx)


Recibe Duarte dos portazos del Gobierno Federal, y el mismo día

La Crónica de Chihuahua
Febrero de 2011, 15:25 pm

Este jueves, el gobernador César Duarte Jáquez recibió dos portazos en la mano del Gobierno Federal, el uno enseguida del otro.

A saber cual fue primero que el otro, pero podríamos empezar por el portazo en Juárez: el proyecto de nacionalizar los casi 100 mil automóviles de contrabando que circulan en la entidad recibió un baldazo de agua helada del secretario de Economía del Gobierno Federal, Bruno Ferrari, quien declaró a la prensa de aquella ciudad que no habrá tal fronterización. No la habrá “hasta que se pongan de acuerdo los tres órdenes de gobierno”, dijo textualmente.

En buen cristiano, se puede entender que no hay un acuerdo entre lo que propone el gobernador Duarte; lo que al parecer ya accedió a otorgar la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, y lo que aún no acepta la Secretaría de Economía.

Fuentes cercanas a la negociación informaron a esta columna que todo el miércoles hubo conversaciones telefónicas entre el gobernador Duarte y funcionarios de la SHCP; entre el gobernador y ya mencionado el secretario de Economía, y no hubo un acuerdo final.

La postura que planteó el gobernador de Chihuahua fue de tener una solución “integral” al problema de los autos “chuecos”, es decir: no un engomado de identificación; no una “fronterización” exclusiva para los municipios fronterizos, sino un decreto de nacionalización de todos los que circulan en el estado.

El gobernador esperaba plantearle el punto al presidente de la República en algún punto de los tres actos que celebró el mandatario nacional en el estado de Chihuahua, pero a ojos vistas, o no lo pudo plantear, o no tuvo la respuesta esperada.

El otro portazo vino del mismísimo presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, quien este jueves escuchó, de viva voz del gobernador, que la intensa helada de la semana pasada le costó a Chihuahua unos mil 600 millones de pesos.

Pérdidas en todo: 800 millones en el sector ganadero y agrícola; 260 millones en escuelas dañadas; el 80 por ciento de las viviendas, con tuberías rotas; la industria, con daños aún por cuantificar a causa de la pérdida de 250 magawats de electricidad… y un largo etcétera.

Todavía más: el claridoso titular de la Unidad de Protección Civil, Luis Luján Peña, asertivo cual ingeniero civil, le dijo al presidente que la normatividad para pedir la declaratoria de zona de desastre es simple y sencilla mente incumplible, pues las temperaturas bajas consecutivas sólo se pueden registrar en los estados del norte de Estados Unidos o en el ártico.

¿Y qué obtuvieron por respuesta? Muy poco: un “me llevo toda esta información” del presidente y una advertencia de que a declaratoria de zona de desastre no se apartará ni una letra de ese engorroso trámite que recién acaba de promulgar él mismo.

En pocas palabras: tal como lo señalamos en este mismo espacio, el gobierno del presidente Felipe Calderón sólo tiene cobijas qué repartirle a la población de Chihuahua. ¡Lástima que no seamos sonorenses o bajacalifornianos gobernados por panistas! A ellos sí les dieron, rápido y de buen modo, sus paquetazos de incentivos fiscales.