Mujeres en la Ruta de la Plata

**El evento recrea Las arduas jornadas a lomo de mula o a caballo. La Ruta de la Plata rinde homenaje a aquellos arrieros que con sacrificios y riesgos se encargaban de llevar la plata de las minas de Batopilas a el Banco Minero en la Ciudad de Chihuahua.


Mujeres en la Ruta de la Plata

La Crónica de Chihuahua
Octubre de 2012, 11:27 am

Janet Hernàndez. El Diario

Batopilas, Chihuahua.- El éxito de la Ruta de la Plata tiene como ingrediente especial a tres mujeres que son Olivia, Cecilia y Pilar, todas de diferentes rasgos y costumbres unidas por el cariño y la entrega ya que han estado al pie del cañón en el inicio y desarrollo de este evento cultural.

Ahora bien, vamos a conocerlas…

Olivia es una mujer mestiza, Cecilia es orgullosamente rarámuri y Pilar es una estadounidense enamorada de Batopilas y de la cultura mexicana.

Juntas han apoyado esta actividad con entusiasmo y con valor para demostrar que no es limitante ser mujer para lograr las metas y retos que se proponen.

OLIVIA

Olivia Manríquez, ha participado en la ruta desde su primera edición y viaja al lado de su esposo Mario Bustamante; expresa que la primera vez que participó lo tomó como un reto; sin embargo, después de vencer los obstáculos comprendió que esta es una gran oportunidad para hacer un corredor cultural, turístico y comercial y así contribuir con el desarrollo de los poblados y las comunidades por donde llega la “Conducta de la Plata”.

Señala que hoy los objetivos son muy claros, “por eso no hemos desistido, porque hoy comprendemos la importancia de un evento que es único y puede además cambiar la vida a muchos chihuahuenses”.

Menciona que ser mujer para llevar esta actividad a cabo, ”no es limitante, por el contrario nuestra presencia enriquece el evento y los retos los superamos igual que todos los demás”. Olivia tiene 48 años y es madre de tres hijos: Mario, Leslie y Gaby.
Detalla que para salir avante en la Ruta de la Plata una fémina simplemente lo hace “con el carácter que define a las mujeres chihuahuenses”.

La vida de Cecilia ha sido dura, pero no imposible como ella lo relata, vive en Nararachi, municipio de Carichí y es una mujer de campo que aprendió las faenas que la vida le exigía para sobrevivir.

Es enfermera auxiliar y una gran intérprete, pues habla muy bien el dialecto rarámuri, herramienta que le ha permitido apoyar a su gente. Es madre de tres hijas que son Úrsula, Amalia y Samantha.

Cecilia narra que tomó la decisión de participar en esta ruta ancestral para revivirla y convertirla en una tradición para las nuevas generaciones. Su meta personal es contribuir para que este evento llegue a ser muy grande.

CECILIA

Cecilia es una mujer orgullosamente rarámuri. Su vida ha sido dura, pero no imposible como ella lo relata. Vive en Nararachi, municipio de Carichí y es una mujer de campo que aprendió faenas que la vida le exigía para sobrevivir.

Es enfermera auxiliar y una gran intérprete, pues habla muy bien el dialecto rarámuri, herramienta que le ha permitido apoyar a su gente. Es madre de tres hijas que son Úrsula, Amalia y Samantha.

Cecilia narra que tomó la decisión de participar en la ruta ancestral para revivirla y convertirla en una tradición para las nuevas generaciones. Su meta personal es contribuir para que este evento llegue a ser muy grande.

PILAR

Pilar llegó como turista por primera vez a Batopilas en 1998 en compañía de Issac y Carlos sus dos hijos y unos amigos. Como la mayoría de los que visitan Batopilas quedó enamorada de la belleza del “Pueblo Mágico” y de su gente.

Vive en Alpine, Texas y visita Batopilas una vez al año y ha participado en las cinco ediciones de la “Ruta de la Plata”.

Sin embargo, este año ha viajado dos veces con donativos que ha conseguido en su país para apoyar en estos momentos tan duros a personas a quienes aprecia de todo corazón.

Pilar tiene un rancho en frontera de México con Estados Unidos, ahí ha tenido en innumerables ocasiones la oportunidad de apoyar a indocumentados mexicanos.

Además ha sido intérprete con los abogados y los detenidos connacionales en el país vecino.

Relata que hace algunos años comenzó su gusto por los caballos y que se ha propuesto ser una muy buena jinete y que la Ruta de la Plata le brinda esta oportunidad de vivir una experiencia de ensueño y que le encanta compartir con los que ahora son sus amigos entrañables.

Actualmente tiene 59 años y envía un mensaje a todas las personas que tienen sueños inconclusos: “a cualquier edad hay que seguir soñando y tener siempre retos; eso hace la vida dichosa”.

Las “tres mujeres de la Ruta de la Plata” que no son las únicas pero sí los pilares de esta extraordinaria aventura concluyen invitando a todas las mujeres a darse la oportunidad de vivir una experiencia única en el mundo.