La inflación agropecuaria

**La alta volatilidad y crecimiento de los precios en los productos agroalimentarios repercute negativamente en el poder adquisitivo y en la nutrición de la población.


La inflación agropecuaria

La Crónica de Chihuahua
Abril de 2013, 21:14 pm

Mario Alberto Lamas Nolasco

Durante los últimos dos años, en México hemos resentido una alta volatilidad y crecimiento de los precios en los productos agroalimentarios que se consideran en el cálculo del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), mismo que tiene correlación con el Índice de Inflación Nacional y que repercute negativamente en el poder adquisitivo y, consecuentemente, en la nutrición de la población.

En ese sentido, es importante mencionar que en el 2011 y el 2012, el Índice de Precios de los Alimentos rebasó en forma consecutiva al INPC de la canasta básica, siendo superior en 1.2 y 3.5 puntos, respectivamente.

Dos aspectos de la economía nacional que ayudan a explicar las variaciones en los precios de productos agropecuarios son, por un lado, el enfoque exportador que se ha fomentado para la producción de hortalizas y frutas frescas, y por otro, la gran dependencia de las importaciones de carne, así como los granos forrajeros y oleaginosas dedicados a las ganaderías.

Derivado de lo anterior, observamos disminuciones estacionales en el abasto de frutas y hortalizas, entre ellas; jitomate, tomate de cáscara, pepino, calabacita, cebolla, limón, aguacate y mango.

Asimismo, asociado con las importaciones de granos y pastas de oleaginosas que se utilizan para elaborar alimentos concentrados para las ganaderías, se reciente la carestía de productos pecuarios, tales como leche y productos lácteos, carne y despojos comestibles y pieles.

A manera de ejemplo y según datos de la Secretaria de Economía, las exportaciones de jitomates pasaron de 1.16 millones de toneladas en el 2009 a 1.5 millones de toneladas en el 2012, con una tasa de media de crecimiento anual de 9%; mientras tanto, las importaciones de maíz amarillo pasaron de 7.04 millones de toneladas a 8.1 en el mismo periodo y una tasa de crecimiento anual de 4.7 por ciento.

En este punto, también es necesario reconocer que el crecimiento de las exportaciones agrícolas ha contribuido a reducir el déficit de la balanza comercial de nuestro país, la cual pasó de -17,496 millones de dólares en el 2008 a -1,288.2 millones de dólares en el 2012.

Por todo lo anterior, es oportuno que en México se establezcan políticas públicas encaminadas a fomentar la productividad de los productos agrícolas que se exportan competitivamente y para reducir la dependencia de granos e insumos forrajeros del exterior, en busca de alcanzar la suficiencia de abasto para consumo local y conservar el posicionamiento de las exportaciones mexicanas; de lo contrario, corremos el riesgo de que nuestros mercados locales se contaminen con la inercia de nuestro principal comprador, Estados Unidos, y, en un futuro cercano, tengamos precios similares a los que pagan por las frutas y hortalizas que ellos no producen con ventajas competitivas. 


*Mario Alberto Lamas Nolasco es especialista de la Subdirección de Evaluación Sectorial. La opinión es del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA. 


malamas@fira.gob.mx.