La PF dialoga con policías de Oaxaca en paro

Unos 300 militares resguardan el armamento en el cuartel de Santa María Coyotepec.


La PF dialoga con policías de Oaxaca en paro

La Crónica de Chihuahua
Febrero de 2015, 16:00 pm

Oaxaca.-
Luego de un intento de desalojo —que dejó al menos 26 heridos— y de horas de negociación —que encabezó Enrique Galindo, comisionado general de la PF, con policías estatales—, unos 300 militares ingresaron al cuartel policiaco en Santa María Coyotepec para resguardar las más de 3 mil 400 armas que se guardan ahí.

Hasta anoche no se había llegado a un arreglo y Jeyco Pérez, líder de los policías que se habían atrincherado, advirtió en entrevista con Víctor Hugo Michel para MILENIO Televisión que continuarán en paro hasta que sea resuelto su pliego petitorio.

El 31 de enero pasado, unos 500 policías estatales suspendieron labores y tomaron el cuartel de Santa María Coyotepec en protesta por el castigo a 18 elementos que se manifestaron durante la comparecencia de Alberto Esteva Salinas, quien renunció hace dos semanas a la Secretaría de Seguridad de Oaxaca, y para exigir mejores salarios y condiciones de trabajo.

En septiembre del año pasado los uniformados habían realizado un paro y tomado el cuartel para exigir atención a sus demandas, el cual se levantó luego de la firma de una minuta de acuerdos.

Ayer, Miguel Ángel Muñoz, vocero del gobierno de Oaxaca, aseguró a MILENIO que desde septiembre fueron atendidas “a plenitud” las exigencias de los policías.

Indicó que el operativo de desalojo fue necesario porque en el cuartel “hay un arsenal de 3 mil 434 armas largas y cortas, alrededor de 500 mil cartuchos de diferentes calibres, equipo táctico y vehículos de la propia corporación”, que podían ser mal utilizados.

Por ello, alrededor de las 3 de la mañana del viernes unos 500 elementos de la Policía Federal y de la Agencia Estatal de Investigaciones realizaron un operativo para desalojar el cuartel.

Sin embargo, fueron repelidos a balazos por los policías atrincherados, lo que dejó un saldo de 26 heridos, entre ellos cinco federales.

Durante la batahola también fueron retenidos cuatro miembros de la PF y aprehendidos tres agentes inconformes.

Los federales y agentes que intentaron el desalojo optaron por replegarse de forma “táctica”, a fin de establecer una mesa de diálogo con los amotinados, la cual se concertó luego de que los grupos aceptaron canjear a los elementos retenidos.

Al lugar arribó Enrique Galindo para encabezar las negociaciones con los inconformes, las cuales se llevaron a cabo a puerta cerrada.

“Mi presencia aquí es para hablar de lo sucedido dadas las circunstancias, por eso me atreví a venir. El hecho de que parecía no haber policías [en Oaxaca por el paro de la policía estatal] nos obligó a venir. Venimos a trabajar para tratar de solucionar el problema. no podemos mandar ese mensaje a la sociedad y al país”, afirmó antes de ingresar al cuartel.

Agregó: “El hecho de que hayan soportado el desalojo habla de la preparación de la policía [estatal]. Vamos a decirles que somos iguales y a ayudarles a salir del conflicto de una manera civilizada”.

Los policías en paro se comprometieron a dialogar con Galindo, pero exigieron la participación de autoridades estatales a fin de destrabar el conflicto.

Ya por la tarde-noche, los militares ingresaron al cuartel para resguardar las armas.

El secretario general de Gobierno de Oaxaca, Alfonso Gómez Sandoval, ofreció que mantendrán el diálogo con los policías amotinados, pero reprochó que éstos no tienen una denuncia de fondo para estar en paro.

“No hay ningún planteamiento de fondo, ningún documento escrito que esté pendiente de atenderse de parte del gobierno con los policías estatales”, afirmó.

Advirtió que no se les pagará quincena alguna en tanto los uniformados no vuelvan a laborar.

Gómez Sandoval dijo que el abandono de funciones por parte de los policías implica varias violaciones a la Ley Estatal de Seguridad Pública y de diversos artículos del Código Penal vigente, por lo que ya se analiza la posibilidad de proceder judicialmente en su contra.