Engañan a los consumidores con latas de atún más chicas

**Nadie parece darse cuenta de que muchos productos de la canasta básica han reducido su tamaño para aparentar un precio igual o menor al de antes, pero es un engaño.


Engañan a los consumidores con latas de atún más chicas

La Crónica de Chihuahua
Abril de 2011, 13:15 pm

Froilán Meza Rivera

Chihuahua, Chih.- ¿Se ha preguntado usted, lector, cómo es que los comerciantes están vendiendo las latas de atún a diez pesos, cuando que el precio ya llegaba casi a los catorce pesos? ¿Dónde está el truco?

En tiempos de inflación, el engaño al consumidor es una táctica para seguir vendiendo, a costa de dar menos en espera de que nadie se dé cuenta. Así han hecho los fabricantes de detergentes, quienes hace ya varios años redujeron los paquetes de a kilo a los 900 gramos y hasta 850. Igual, los suavizantes para ropa, el cloro, que tienen todo, menos sus originales mil mililitros.

El atún en lata fue rebajado más recientemente, apenas hace unos cuantos meses, de sus 170 gramos originales, a una medida de 140 gramos, lo que significa una reducción de un 17.6 por ciento. “¡Ah!” –dirá el lector. “Así se explica por qué han mantenido los precios… es que, en la práctica, nos están dando mucho menos, y nadie nos anunció nunca que las latas iban a ser más pequeñas”.

El engaño es, por supuesto, para todos los clientes que no tienen la sana costumbre de leer las etiquetas, y ahí tiene usted el caso del frijol envasado: la gente cree que al tomar una bolsita del estante, está llevándose un kilo a casa, y así van y limpian y cuecen sus frijoles, pero sin saber que, en lugar de los mil gramos de siempre, están consumiendo sólo 900 gramos.

Sucede igual con la crema de vaca, que también venía en latas de 500 mililitros, reducidos ahora a 450. Y la margarina, también viene en presentaciones de 450 mililitros.

El aceite vegetal viene todavía en frascos de un litro, pero no todos, porque muchas marcas entraron también al engaño de dar 900 mililitros.

El caso extremo, quizás, es el del champú, del que antes todos daban un litro, pero que en la actualidad te dan botellas de 800 y hasta de 750 mililitros.

Y a todo esto, ¿dónde entra la Procuraduría Federal del Consumidor?