“En ese momento sobre mi pecho tengo una daga…”

**Voces y rostros de víctimas de la violencia en Juárez. **Investigación periodística para humanizar a la víctima y sensibilizar la situación de violencia que se sufre en la frontera.


“En ese momento sobre mi pecho tengo una daga…”

La Crónica de Chihuahua
Noviembre de 2010, 22:48 pm

“¿Sabes lo que es un carjacking, puto?” Respondo que sí, y agrega: “¡Ya te cargó la chingada!”

Es el testimonio de Miguel Ángel.

Miguel Ángel vino a Chihuahua hoy, miércoles 24 de noviembre. Participó en el primer evento de las Jornadas de Comunicación 2010, que año con año organiza el Colegio de Periodistas de Chihuahua.

Servando Pineda, Miguel Ángel Chavira y Leticia Castillo, periodistas juarenses, presentaron la obra inédita “Rostros y Voces/ De víctimas de violencia en Ciudad Juárez” en la que se presentan testimonios directos que dan, en efecto, voz y rostro a la violencia en la frontera. A través de 32 testimonios de víctimas y familiares de la violencia acontecida en Ciudad Juárez, con el apoyo de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez y el Centro Nacional para la Prevención de Accidentes.

Continúa Miguel Ángel:

El domingo 27 de septiembre del 2009, salía él del último concierto del V Festival Internacional Chihuahua, en la explanada del Centro Cultural Paso del Norte, en Juárez. Eran las 10:15 de la noche.

“Salí de la zona del Pronaf en la camioneta de mi hija. Iba solo y se me hizo fácil desviarme del camino a casa hacia el centro, fui a cenar a El Compa, unos tradicionales burritos.

Cené y volví a subir a la camioneta y emprender el camino a casa. Faltaban 15 para las 12 de la media noche cuando me tocó el semáforo en rojo por la Avenida del Charro y Avenida de la Raza.

La calle estaba sola. En eso se me abalanza un hombre, y de inmediato (traía el vidrio de mi ventana abajo y tarde me doy cuenta de que también el seguro de la puerta arriba), abre la puerta de la Tracker y trata de sacarme de la camioneta a jalones (no puede, porque el lado derecho de mi cuerpo aún tiene inmovilidad por una embolia que sufrí), entonces el hombre sube a la camioneta brincándome, al mismo tiempo que abre la puerta de atrás del lado derecho y se trepan otros dos individuos. En ese momento sobre mi pecho tengo la hoja de una daga y una pistola me apunta en la nuca. El hombre de enfrente es el que trae la daga y me dice: “¿Sabes lo que es un carjacking, puto?”

El hombre de la daga se da cuenta de mi impedimento físico, también se da cuenta de que traigo un bastón de cuatro puntas (patas). Me dicen que me detenga, nos paramos a unos 20 metros de la Simona Barba. El individuo de la daga me saca mi cartera, me revisa las muñecas en busca de un reloj o una esclava… nada, me revisa el cuello y me arranca una cadena de plata con un pequeño crucifijo de madera, le digo que es de oro blanco y se la guarda junto con mi cartera en una bolsa de su chamarra.

“¡Bájate, cabrón!” Me ordena. Uno de los hombres de atrás, el que me encañonó, se baja por el lado derecho de la puerta de atrás, abre mi puerta y de un jalón me saca de la camioneta y me arroja sobre el piso. La calle está desierta … yo logro ponerme de pie con apoyo de mi bastón y me acerco para impedir que cierre la puerta y de inmediato les digo: “No me dejen sin camioneta, llévense todo, pero no sean gachos, necesito la camioneta”. En eso recuerdo que traigo una cámara digital Sony semiprofesional debajo del asiento del piloto, les pido permiso para sacarla, la saco y se las muestro mientras digo: “La pueden vender fácilmente a mejor precio que la camioneta, sin broncas, a mí me costó 2 mil dólares en El Paso”...
Pasa medio minuto, y el de la pistola me anuncia: “Mira, cabrón, te vamos a dejar la camioneta ahí en la calle grande, ahí agarramos a otro pendejo y le quitamos su carro, pero no te vayas a ir por la calle grande, si te vemos te agarramos a balazos, te vas por esta callecilla… En eso hacen un U y se van rumbo a la Avenida de La Raza.

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Las historias son narradas por quienes de primera mano redactaron la nota, y bajo la coordinación de Leticia Castillo Quiñónez, quien además de periodista es investigadora en Juárez, compilaron esta serie de rostros y voces de la violencia en Ciudad Juárez. Son testimonios que tienen un rostro; al que luego nadie quiere ver.
(Nov. 24, 2010)