El ’’presidente del empleo....’’ de la fuerza bruta

Por: Alejandro Salmón Aguilera/ Ahoramismo.com.mx


El ’’presidente del empleo....’’ de la fuerza bruta

La Crónica de Chihuahua
Agosto de 2013, 10:32 am

Cuando Felipe Calderón Hinojosa se postuló para la Presidencia de la República por el Partido Acción Nacional (PAN), anunció que sería “el presidente del empleo”. Y lo cumplió, sólo que no nos dijo a qué se refería exactamente.

En efecto, Calderón Hinojosa fue el presidente “del empleo…” de la fuerza bruta para combatir una actividad profundamente arraigada en la sociedad mexicana, especialmente en los estados del noroeste, del noreste y de la costa del Pacífico Sur.

Quienes pensaron que el sexenio del segundo panista al frente de la Presidencia de la República iniciaría con medidas agresivas para reactivar la economía y fomentar el empleo, se dieron cuenta que la prioridad de ese período no iba a ser la creación de nuevas plazas de trabajo, sino la de combatir a los narcotraficantes, y no al narcotráfico.

Seis años y medio después de aquel 28 de diciembre cuando, enfundado en una casaca similar a la de los militares, la cifra de muertes violentas por año supera los 20 mil, que es más del doble del último año del presidente Vicente Fox, durante el cual ya se habían encendido las alarmas por la escaldada de violencia.

En toda esa historia de guerra sin ton ni son, que incluyó envío de contingentes militares a las ciudades más violentas, la contratación de prácticamente un ejército paralelo mediante la Policía Federal y aparatosos operativos para mostrar la captura de presuntos delincuentes peligrosos que salían libres a los pocos meses, por falta de pruebas, Chihuahua fue el más golpeado de las 31 entidades federativas.

De un año a otro, Chihuahua pasó de tener 518 mil casos de homicidio en el año 2007, a 2 mil 601 en el 2008, año en el cual inició la llamada “Operación Coordinada Chihuahua”. Es decir, que con la presencia de 10 mil efectivos, entre militares, agentes federales y las policías locales, según se dio a conocer oficialmente en la época, el índice de homicidios se multiplicó por cinco.

Lo que sigue es historia: cuatro años consecutivos como estado más violento del país y uno más, el 2012, como en el segundo lugar. Tres años con el penoso récord de tener a Juárez como la ciudad más violenta del mundo, con 190 homicidios por cada 100 mil habitantes. Uno año más como el estado con el mayor índice de violencia, con 77 por cada 100 mil habitantes.

Dice el libro “El arte de la guerra” que una guerra mal planeada es una guerra perdida. Ejemplos de ello los hay en abundancia a lo largo de la historia y, curiosamente, casi todos involucran a contingentes de 10 mil soldados, igual que los enviados a Juárez para pacificar a la ciudad.

Hoy vemos que la estrategia es casi la misma: va la fuerza militar por delante a tratar de apaciguar municipios serranos donde el índice de violencia ha superado los 100 homicidios por 100 mil habitantes. No cabe duda: quien no sabe de h