Edgar trae la música en la sangre y la comparte con los pobres

*Participará en la XVII Espartaqueada Cultural Nacional de Antorcha. *Formar artistas profesionales que alimenten el corazón de los marginados de México.


Edgar trae la música en la sangre y la comparte con los pobres

La Crónica de Chihuahua
Enero de 2013, 09:43 am

Dice que trae la música en la sangre. Orignario de Chiapas, Edgar López López vive en Puebla y estudia la licenciatura en Expresión Artística en el Instituto de Artes Macuilxóchitl, una escuela creada por el Movimiento Antorchista.

En entrevista, sostiene que su gusto por la música es algo que lleva en la sangre. Su primera participación en un concurso de música fue en Texcoco, Estado de México. Entonces estudiaba la preparatoria y sus compañeros lo invitaron participar; se trataba del concurso de aficionados de la canción que organizó la Universidad Autónoma Chapingo, en el auditorio Álvaro Carrillo.

“Me emocionaba la preparación, y transmitir emociones a través de una canción. Después siguieron más presentaciones en eventos de la escuela y, cuando terminé la preparatoria, dije: ‘esto es lo mío’, y decidí dedicarme profesionalmente a las artes.”

Edgar López López explica que fue un tanto dificil convencer a su familia. El estereotipo difundido socialmente es que “el arte no da para comer, que no encontraré un buen empleo y menos tendré un ingreso para mi familia”; pero eso no es lo que Edgar perseguía. La mayoría de los que nos profesionalizamos en el arte –afirma– hemos tenido esa experiencia; “pero he demostrado que éste es mi lugar, y aquí es donde quiero estar. Mi familia, al ver la evolución, lo ha asimilado, aceptado, y ahora se sienten orgullosos de mí”.

Él será uno de los representantes del Estado de Puebla en el concurso de canto, de la categoría libre estudiantil, que se desarrollará en el marco de la XVII Espartaqueda Cultural Nacional del Movimiento Antorchista, que este año pretende reunir a cerca de 10 mil artistas de todo el país en Tecomatlán, Puebla.

Pero el camino para llegar a la Espartaqueada no fue sencillo: debió salir avante de las eliminatorias estatales, que se realizaron en la Angelópolis a mediados de noviembre del año pasado.

Rumbo a la XVII Espartaqueada Cultural

“Las espartaquedas requieren de una preparación muy completa. Es cierto que me siento nervioso, porque es la primera vez que voy a participar en un evento de tal magnitud, sin embargo, me siento contento de saber que voy a representar al Estado de Puebla, por lo que mi preparación es intensa para lograr el mejor resultado posible”, afirma.

Todos los días, trabaja en el Instituto Macuilxóchitl junto a sus profesores en rigurosos horarios y actividades, que comprenden el aprendizaje de la métrica de las canciones, llevar vocalización, técnicas de modulación de voz, de expresión, clases de solfeo y de ahí en adelante, hasta el cómo transmitir emociones al interpretar los temas y saber usar el escenario.

Lo que me da confianza –menciona– es el resultado que obtuve hace dos años, cuando participé en el Primer Concurso de boleros y canciones rancheras del Movimiento Antorchista, que se llevó a cabo en Pachuca, Hidalgo, en donde conseguí el segundo lugar en la categoría Juvenil B de Canción Ranchera.

“Respirar” arte todo el tiempo

La invitación a ser un profesional del arte llegó de Lirio Dení García, profesora de la Universidad Autónoma Chapingo, quien “habló acerca del Instituto Macuilxóchitl: ‘ahí se respira el arte todo el tiempo’, me dijo”. Ése fue el empujón que lo convenció a salir de Chiapas y vivir en Puebla.

“Ahora que estudio en el Instituto, me doy cuenta que los maestros aquí no sólo se preocupan por el arte, sino también por apoyar a los alumnos”, afirma. Casi la totalidad de los jóvenes que llegan a esta escuela son hijos de gente humilde, muchos de ellos provenientes de las zonas en donde hace trabajo político Antorcha y “encantados por el intenso trabajo cultural que ahí desarrolla la organización social.”

Cuando llegas a estudiar a esta escuela, además de las becas, se ofrece el servicio de alojamiento en una casa de estudiantes, en donde no se paga luz, renta o agua, sólo se da una cooperación para la comida.

“En el instituto nos enseñan música regional de todos los estados de la República Mexicana; interpretamos canciones que de alguna forma se van perdiendo con el paso del tiempo, porque ya nadie más les da difusión, entonces nuestro objetivo es capturar esas canciones y seguirlas transmitiendo para que perduren en la sociedad.”

En verdad, “aquí se respira el arte las 24 horas del día: los chavos de danza ensayando por cuenta propia en el patio, los de teatro ensayando en sus salones, incluso cantamos en el desayuno. Es algo muy didáctico, el arte se siente cada pasillo de este edificio”.

Pero no todo es ensayo y la reclusión abstracta del arte: “El Movimiento Antorchista nos enseña a compartir lo que sabemos. Por eso, llevamos las funciones, las obras, los bailables, la música más allá de estas paredes de ensayo: la llevamos a los pueblos y colonias marginadas, porque ahí la gente no tiene dinero para acceder al arte como en las grandes ciudades.

“Hay personas que pagan mucho para poder ver una obra de teatro, para ver un acto de danza, para escuchar a los cantantes. Pero antorcha le lleva esto al pueblo sin pedir nada a cambio y el hacer esta labor social es algo que únicamente el Movimiento Antorchista realiza”, sostiene Édgar López. He aprendido que “el arte nace del pueblo y a él debe de regresar.”

Éste es el espíritu de las Espartaqueadas Culturales del Movimiento Antorchista, que se celebrarán del 2 al 10 de febrero en Tecomatlán, Puebla: formar artistas profesionales que alimenten el corazón de los marginados de México.