Devela INEGI corrución masiva en Chihuahua, y a nadie le importa

**El dato es escalofriante: 44 mil de cada 100 mil habitantes dijo haber sido víctima de algún acto de corrupción, de parte de autoridades federales, estatales o municipales.


Devela INEGI corrución masiva en Chihuahua, y a nadie le importa

La Crónica de Chihuahua
Junio de 2014, 14:07 pm

Por: Alejandro Salmón Aguilera

La encuesta publicada este martes por el INEGI deja ver el grado de insatisfacción que tiene la sociedad chihuahuense hacia los tres niveles de gobierno.

De las 10 variables que midió el INEGI a través de la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) 2013, pocas dejan bien parado a Chihuahua y, en general, indican que apenas el 57 por ciento de los ciudadanos abordados están contentos con el tipo de servicios públicos que reciben.

Esa medición, la primera de una larga lista que presentó ayer el INEGI, incluye información referente a la satisfacción con servicios públicos básicos y servicios públicos bajo demanda (como la atención médica), así como sobre las experiencias en pagos de servicios públicos. Apenas poco más de la mitad de los chihuahuenses encuestados se dijo contento.

Eso, sin embargo, no es lo más grave, ya que en sus variables de calidad de gobierno el INEGI midió la percepción o la victimización a causa de actos de corrupción de algún tipo de Gobierno.

En Chihuahua, el dato es escalofriante: 44 mil de cada 100 mil habitantes de Chihuahua dijo haber sido víctima de algún acto de corrupción, ya sea de parte de autoridades federales, estatales o municipales.

Más aún: el 87 por ciento de la población de Chihuahua considera que la corrupción es un problema de grave a muy grave en su estado.

La corrupción fue el tercer problema más grave que identificaron los encuestados por el INEGI, sólo después de la inseguridad (el 70%) y el desempleo (51%).

En general, todos los indicadores que llevaban a medir los grados de corrupción dejaron al país en general, y a Chihuahua en lo particular, con malas percepciones de parte de su población.

Estas cifras se derivan de una gran encuesta que duró cuatro meses, que abarcó a 33 mil hogares ubicados en municipios de más de 100 mil habitantes. Es decir, se trata de un muestreo que cubre con los parámetros metodológicos propios de un censo de población.

Sin embargo, los resultados no motivaron respuesta alguna de ningún gobierno, o al menos no se resaltaron en los medios de comunicación de difusión nacional. Es decir, que la mala percepción que tienen los ciudadanos hacia sus gobiernos, la inseguridad que aún perciben y el asedio de la corrupción, no fueron noticia nacional…ni local.

En Chihuahua, la alta percepción de la corrupción no motivó reacción alguna, ni siquiera de las fuerzas opositoras (si es que aún existen), tampoco de las fuerzas oficialistas (¿Cuáles de toda esa amplia gama que existen?) para contradecir al INEGI o defender al Gobierno.

Vaya pues: una encuesta que mide los rangos de corrupción y que arroja resultados pavorosos no mueve a nadie. Prácticamente, podríamos decir que los encargados de corregir esas malas prácticas de gobierno cometen un acto de corrupción al no atender una denuncia masiva de ese tipo.