Consumatum est: volvimos al centralismo presidencialista

**Desde las oficinas del antiguo IFE, se va a tomar la decisión de quiénes serán los consejeros electorales de Baja California Sur a Yucarán, de todas las entidades.


Consumatum est: volvimos al centralismo presidencialista

La Crónica de Chihuahua
Junio de 2014, 08:43 am

Por: Alejandro Salmón Aguilera

Este lunes se concretó uno de los pasos más firmes hacia la centralización de todas las decisiones políticas del país, con la publicación de la normatividad para elegir a los integrantes de los órganos electorales de cada entidad de la República.

Según el nuevo lineamiento, todos los integrantes del nuevo Instituto Nacional Electoral, en su versión estatal, serán electos por los miembros del Consejo General del mismo órgano, el cual radica, sesiona y decide en la ciudad de México.

Es decir, que desde las oficinas del antiguo IFE, ubicadas en el sur de la ciudad de México, casi camino a Cuernavaca, se va a tomar la decisión de quiénes serán los consejeros electorales de Baja California Sur a Yucarán, pasando por Sonora, Chihuahua, Durango, Zacatecas, Aguascalientes, etc.

El documento en sí mismo, publicado este lunes en el Diario Oficial de la Federación, es una oda al centralismo y al modelo presidenialista que, suponíamos, ya había quedado atrás después de la alternancia en el poder. Nada de eso.

Nada más hay que leer el artículo octavo, incluido en el segundo capítulo del decreto INE/CG44/2014, para darnos cuenta de que, una vez más, la mano del presidente de la República estará en toda decisión política que se tome en el territorio nacional.

Por ejemplo, el mencionado artículo dice que el INE, es decir, su consejo general—ya lo decíamos, el que sesiona camino a Cuernavaca—tendrá la facultad exclusiva de: Emitir las convocatorias para los procedimientos de selección y designación; d. Votar las propuestas que presente la Comisión; e. Designar a la Consejera o Consejero Presidente de los órganos de dirección superior de los Organismos Públicos Locales; f. Designar a las y los Consejeros Electorales de cada uno de los órganos de dirección superior de los Organismos Públicos Locales; g. Resolver los asuntos no previstos en los presentes Lineamientos…

Es decir, que la designación de las persona que se encargarán de nuestros procesos electorales será materia únicamente del grupo de consejeros encumbrados que ganan sueldos superiores a los de cualquier gobernador de la República y que asumen muy pocas responsabilidades cuando surgen conflictos postelectorales.

Más aún: el criterio para elegir a los consejeros/as de cada órgano electoral estatal quedó tan abierto que invita a la discrecionalidad total del centralizado INE, ya que en el mencionado decreto sólo se enumeran tres requisitos: Que el órgano tenga paridad de género, es decir, tres hombres, tres mujeres; que no haya discriminación con motivo de raza, credo, preferencias sexuales o estado civil, y que la integración sea mutilidisciplinaria.

Dicho en otras palabras, que con sólo cubrir la cuota de género, el INE-central tendrá manga ancha para elegir a quien mejor le plazca.

Sí, ya hemos oído la cantaleta de que con este nuevo INE sacaron las manos de los gobernadores de sus respectivos órganos electorales. Es cierto, parcialmente, pero ahora las tendrá el Presidente de la República o la partidocracia que llega a arreglos en lo oscurito en alguno de los largos vericuetos del Palacio de San Lázaro. ¡Vaya manera de retroceder!