Chihuahuense inventa sustancia para descomponer hidrocarburos

De abogado a científico


Chihuahuense inventa sustancia para descomponer hidrocarburos

La Crónica de Chihuahua
Julio de 2014, 08:43 am

Chihuahua, Chih.-Pedro Murillo Gutiérrez es un chihuahuense que ha logrado desarrollar una fórmula única para desintegrar las grasas de todo tipo, incluyendo las del hidrocarburo (crudo) y convertirlas en fertilizante natural, transformando con ello el futuro de la industria desde la minera, hasta la del petróleo y dándole la oportunidad a la naturaleza de regenerarse a sí misma.

El científico ha logrado desarrollar una sustancia capaz de corregir grandes derrames de petróleo en el mar o darle un nuevo manejo al contaminante aceite de vehículos y a otros agentes, para convertirlos en elementos nutritivos para fortalecer suelos y crear zonas de recuperación ecológica. Con el trabajo del científico chihuahuense, los derrames de petróleo que tanto dañan el medio ambiente a partir de ahora tienen solución, así lo sustenta la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) que tiene dicho producto como parte del Plan de Contingencia Ambiental Nacional de EEUU.

Además Suiza, a través de su registro de patentes, también cuenta con la invención chihuahuense y el científico ha sido invitado a participar con la Universidad de Uppsala en Estocolmo, Suecia, en su IV Conferencia Mundial de Negocios, donde acuden premios Nobel a intercambiar descubrimientos científicos para diciembre de este 2014, debido a que el desconstituyente de hidrocarburos, como científicamente se le conoce, es sólo uno de 30 productos para mejorar el ambiente que el investigador está desarrollando en esta capital y su empresa Remediatec cumple con los requisitos de sustentabilidad ecológica solicitados, donde superó a todas las empresas que operan dentro del PIT2 del Itesm campus Chihuahua.

EL PROBLEMA

Hasta hoy, la historia de los contaminantes en la industria se limita a mover de un lugar a otro los agentes que la generan. Pensemos en algo tan simple como la limpieza de un motor. Al momento de aplicarle cualquier producto para desengrasarlo (agua, jabón, otra sustancia) ese producto arrastra consigo la grasa y la deposita en el suelo, tierra, cemento, drenaje, etc. No desintegra la grasa, sólo la mueve de lugar y con ello mueve de lugar el agente contaminante.

A lo largo del tiempo esto nos ha hecho conocer que los aceites y grasas de todas las densidades (el aceite de cocina por ejemplo) contaminan con suma facilidad metros cuadrados de agua, por ello incluso existen campañas que le piden a las personas que si van a tirar aceite de cocina ya usado, no lo hagan en el drenaje sino confinándolo en un botecito de plástico cerrado y en bote de basura, porque un sólo mililitro de aceite contamina diez litros de agua (un litro de aceite 10 mil).

En las clases de química de la escuela nos enseñan que mezclando aceite de cocina usado con agua y sosa cáustica podemos cambiar el aceite en jabón. No obstante el jabón mismo también es otro agente contaminante.

Es decir, hasta hoy los conocimientos en la industria más usuales nos dicen que una vez que una molécula de grasa actúa, es imposible deshacerse de ella; la podemos transformar en otra cosa pero aun así requiere de varios elementos para aislar su capacidad de contaminación.

Es así como los talleres mecánicos, por ejemplo, periódicamente deben almacenar el aceite quemado de transmisiones, motores y partes metálicas que se friccionan, para que éste luego sea trasladado a zonas de confinamiento para su almacenamiento.

Y en general ese es el manejo que se hace de todo agente contaminante: se aísla y se confina. Esto es caro y peligroso desde su manejo para dicho traslado, hasta mantenerlo confinado donde cualquier cosa puede pasar, actuando como bomba de tiempo en el peor de los casos o como un gasto permanente, en el mejor.

ASUNTOS COMPLEJOS

En otros casos más complejos industrialmente, se utilizan diversos productos que son emulsificantes, floculantes (químicos que aglutinan sólidos en suspensión, provocando su precipitación), secuestrantes pues; ácidos y otros compuestos que en un momento determinado encapsulan por un tiempo la contaminación, la esconden de la vista, resultando con el paso de los meses en sustancias mucho más dañinas ya que, además de no eliminar la contaminación, ahora están presentes ácidos y compuestos extremadamente corrosivos y venenosos en las mismas sustancias creadas que necesitan a su vez de compuestos cada vez más poderosos para su contención o manejo. Es decir, se ha convertido el agente contaminante A en un agente contaminante B mucho más peligroso, agravando más y más el problema inicial.

En resumen no se acaba con la contaminación, ésta sigue existiendo, sólo la movemos de lugar ocultándola bajo la máscara de otro contaminante y dedicándole un área especial, lo cual es costoso. Digamos pues que demanda espacio y necesidad de atención constante. Así es como operan muchas industrias a lo ancho y largo del planeta. La industria minera es una de ellas.

LA FÓRMULA CIENTÍFICA

Desarrolla una fórmula que se define como un surfactante tensoactivo lineal, totalmente vegetal que, al entrar en contacto y agitación mecánica de un cuerpo de hidrocarburos, induce la emulsificación lo que resulta en la oxidación de los cuerpos alifáticos de ácidos grasos. El desintegrador de hidrocarburos y sus derivados se disuelven en los organismos contaminados tales como arcillas, suelos, agua y arena. Los métodos de la invención crean un residuo que es un fertilizante, a temperatura ambiente y sin necesidad de alta presión.

En términos mortales, es decir no científicos o químicos, hablamos de una sustancia que funciona de tal manera que induce la oxidación por una parte y la reducción química y física por otra, ambos procesos provocados por una electrólisis sobre el cuerpo contaminado resultando en un intercambio de electrones entre las moléculas; unas ceden electrones y otras las aceptan, esto es que se oxidan.

De esta manera, la cadena molecular del hidrocarburo se rompe resultando en la pérdida de las características conocidas como la adherencia, viscosidad y olor.

En lenguaje más coloquial, digamos que con esto obtenemos la transformación (ya lo decía Einstein) del crudo (o la grasa que usted guste y mande) en un fertilizante natural altamente nutritivo, vamos, la composta tradicional palidece frente a la capacidad que tiene el resultado de la desintegración de las moléculas de grasa ya que las convierte en elementos básicos de la tabla periódica.

En las pruebas videograbadas de la acción de este desarrollo (se vale decirle descubrimiento) de 2008, se puede ver cómo suelo tremendamente contaminado con crudo puede pasar de ser inservible, para la compatibilidad con el desarrollo de cualquier clase de vida (animal o vegetal), a recuperarse hasta el grado de ser tierra tremendamente enriquecida apta para siembra, tierra altamente nutritiva para desarrollo de cualquier cultivo (http://youtu.be/Ui2b0dd6Um8).

Hoy en 2014, la fórmula de Pedro Murillo está mejorada de aquella empleada en el video que tiene 220 visitas solamente (hasta el momento de la presente redacción). Está patentada y certificada por varias instituciones, entre ellas la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (US Environmental Protection Agency, (EPA) por sus siglas en inglés) (www.epa.gov/).

DE LOS DERRAMES DE PETRÓLEO A LA RECUPERACIÓN DEL SUELO

Con este desarrollo, ahora romper la cadena molecular del hidrocarburo o molécula grasa exterminando por completo la contaminación, elimina la necesidad de confinamiento para los residuos como el aceite quemado de los talleres mecánicos, por ejemplo, lo mismo que el traslado especializado de materiales como ese. Pasamos de tener un elemento contaminante a uno que ahora es una base fertilizante y eso sin duda es una recuperación ecológica.

Es decir, lo que obtenemos de la transformación de la grasa es ahora un fertilizante poderoso para recuperar suelos empobrecidos y considerados no aptos para su uso natural; este invento los reintegra al ecosistema ahora como suelos ricos para plantas.

Por si todo esto fuera poco, el descubrimiento de Pedro Murillo Gutiérrez es una sustancia inocua para plantas, animales y por supuesto para el ser humano al grado de que en caso de ser ingerido, si se diera el caso, no provocaría un dolor de estómago.

Además ya existen profundos análisis y estudios, avalados por instituciones de clase mundial, que muestran que el residual no es corrosivo, es decir, aquello en lo que se convierte la grasa transformada, según la tabla de valores de pH, es coadyuvante para la restauración de suelos dañados porque es una base natural.

NADIE ES PROFETA EN SU TIERRA

El descubrimiento de Murillo Gutiérrez recibió la patente en Estados Unidos número: US 8,415,522 B2, donde certifica la autenticidad de los beneficios ofrecidos como: "descomposición de hidrocarburos como remediación en tierra y agua". Actualmente está considerado un producto factible para usarse en medio de una crisis ambiental por el vecino país, como derrame de crudo o derramamiento de elementos grasos sobre cualquier superficie líquida y sólida, es decir, el invento chihuahuense está considerado como parte del Plan de Contingencia Ambiental de Estados Unidos, mientras en México se desconocen aún sus múltiples beneficios.

El invento de Pedro Murillo tiene nombre, se llama Biograss y se encuentra en presentación líquida, polvo o pasta y actualmente tiene como clientes a empresas mineras, maquiladoras y con filiales extranjeras porque ni siquiera Pemex ha querido darle oído al científico chihuahuense para conocer las bondades de éste producto.

Asimismo, en Suecia en la Universidad de Uppsala en un encuentro realizado por cuarto año consecutivo (este diciembre de 2014), Murillo Gutiérrez llevará desde Chihuahua hasta Estocolmo algunos de sus desarrollos científicos para intercambiarlos en la Conferencia de Negocios de mayor prestigio de Europa a la cual fue invitado, debido a que son convocadas empresas 100 % sustentables de todo el mundo, donde el negocio consista en hacerle un bien al planeta.

Por su parte, la minera Agnico Eagle México proyecto Pinos Altos con filial canadiense también usa ya este producto como parte de su cumplimiento con las normas de contingencia a las que se somete por las diferentes instancias ecológicas en México y otros países donde opera. "La naturaleza es tan sabia que provee los ingredientes para remediarse a sí misma. De eso se trata, a eso he dedicado los últimos años de mi vida y pienso seguir en esto porque Biograss es sólo uno de mis proyectos; confío en que la ciencia aún tiene mucho que aportar al bien del medio ambiente", menciona en exclusiva para El Heraldo de Chihuahua el investigador.

¿QUIÉN ES PEDRO MURILLO GUTIÉRREZ?

Pedro es un abogado chihuahuense egresado del Tecnológico de Monterrey. Nació el 29 de julio, tiene 57 años y hace 15 años cerró sus dos despachos en Juárez y en esta capital para dejar el litigio por la investigación científica. Montó su laboratorio particular y desde entonces un descubrimiento lo ha llevado a otro. Actualmente trabaja en manejo de cianuro para su eliminación y transformación ecológica, lo mismo que en un posible medicamento que si no llega a curar la diabetes, al menos ya ha probado revertir la insulinodependencia.

Después de la aportación que Chihuahua hizo para México con la Revolución Mexicana, hoy con éste desarrollo (más el resto de los que está investigando de manera particular Pedro Murillo, justo mientras usted lee estas palabras), Chihuahua vuelve a hacer un aporte invaluable para el mundo en términos integrales de industria y ecología.

Remediatec tiene su sede en el edificio Parque de Innovación y Transferencia de Tecnología (PIT2) del Tecnológico de Monterrey campus Chihuahua con el teléfono +52(614) 4140548 y su filial en Cuauhtémoc, Chihuahua es Soluciones Ambientales con el teléfono +52(625) 5826174 y el correo electrónico distribución.sa@outlook.com

De:El Heraldo .