El caso Bafar, y cómo un empresario pudo comprar una calle

**Despojaron de su acceso a la colonia Las Ánimas. “La calle está en desuso”, dictaminó de manera mentirosa el Municipio, para complacer a la poderosa empresa.


El caso Bafar, y cómo un empresario pudo comprar una calle

La Crónica de Chihuahua
Octubre de 2010, 00:09 am

Chihuahua, Chih.- Cuando los colonos conocieron aquella cantidad de dinero que se elevaba casi hasta la estratósfera, la información por poco les provocó un infarto.

Dieciocho millones de dólares son muchos burritos, muchas cervezas, es mucho dinero, y con eso, los empresarios hubieran podido comprar la colonia entera si hubieran deseado, y el Cabildo de Chihuahua se las hubiera vendido, ¡pero de volada!

Eso fue lo que sintieron los habitantes de la colonia Las Ánimas, cuando se enteraron de que el tramo de la calle San Cristóbal que les había quitado el Municipio para venderla a la empresa de embutidos BAFAR, fue utilizado para edificar un gigantesco frigorífico robotizado, y que la obra costó 18 millones de dólares (que son 225 millones de pesos mexicanos).

Es que desde octubre de 2005, los colonos se movilizaron y acudieron a la Presidencia Municipal cuando despachaba en ella Juan Blanco, para averiguar por qué les estaban cerrando la calle. La respuesta que les dieron, al cabo de muchas vueltas, fue que estaba “en desuso”. El argumento de Blanco era para no creerse, porque los vecinos transitaban por esa vialidad a todas horas, y era de hecho el principal acceso a Las Ánimas.

CON DINERO BAILA EL CHUCHO

Pero el peine apareció poco después, porque la gente terminó por enterarse de que la calle había sido vendida a BAFAR. El precio que puso el Municipio a la San Cristóbal de las Casas fue de 519 mil 613 pesos, y esta transacción comercial fue sometida a la aprobación del Cabildo, exactamente dos días antes de que terminara la anterior administración municipal de Alejandro Cano.

“¿Cómo que vender una calle? Era algo que no se había visto antes, pero ahora se explica con una inversión de tantísimos dólares”, dijo uno de los vecinos. “Y nosotros que andábamos buscando que se revirtiera la venta de la San Cristóbal de las Casas y que nos regresaran ése, que es uno de los dos únicos accesos que teníamos para nuestra colonia”, advirtió.

UN MONUMENTO AL PODER DEL DINERO

Y es que todo empezó como un rumor al que la gente no le hizo en principio ningún caso: que Bafar había comprado la calle, se les hacía algo muy absurdo que alguien pudiera hacer una cosa así. Fue hasta que empezaron a quitar los postes los de la electricidad, que se preocuparon en serio.

Pero el Grupo Bafar creó ahí, en mitad de la calle, el centro de distribución robotizado más grande de América Latina con una capacidad de refrigeración para 24 mil toneladas de productos embutidos, lácteos y secos.

Información generada en los reportes trimestrales a la Bolsa Mexicana de Valores, resaltaron que esta obra sería el eje de la distribución y logística de la empresa durante los siguientes años. El almacén, que está cien por ciento robotizado y en el que interviene solamente un técnico de control, cuenta con un sistema que permite ubicar con exactitud los diferentes productos por fecha de elaboración y caducidad, número de lote, peso y otras características. Con este proyecto, la empresa se colocó a la vanguardia en tecnología y en sistemas de operación.

La estructura del tal frigorífico, que se yergue monumental en toda su blancura, destaca sobre el suelo y alcanza la altura equivalente a un edificio de 14 pisos: todo un monumento al poder económico.

Ese tipo de cosas, y el despojo de vialidades urbanas a los ciudadanos, es lo que puede hacer el dinero. O si no, pregúntenle a los de Las Ánimas.
(Oct. 29, 2010)