Al vendedor de ilusiones, el pueblo debe oponer su organización y su fuerza

* Segundo pretexto-evasiva: “Cuando no puedas resolver algo o tengas fuertes problemas, échale la culpa al gobierno anterior”, eso siempre pega, sobre todo si el gobierno anterior fue muy malo.


Al vendedor de ilusiones, el pueblo debe oponer su organización y su fuerza

La Crónica de Chihuahua
Diciembre de 2020, 09:30 am

Por Marco Antonio Lázaro Cano/
vocero de Antorcha en Tabasco

Fiel al viejo priismo del cual proviene, Andrés Manuel López Obrador, como el beisbolista que juega con el librito, gobierna y hace política poniendo en práctica una serie de máximas no escritas, pero que los gobernantes emanados de aquel partido aplicaban con más celo que los preceptos de la Biblia.

Citaré dos, que no son las únicas, pero sí las más socorridas por el actual presidente de la república: la primera, “no confundas el gobierno con la campaña, las promesas que hiciste sólo fueron para ganar, no te confundas y pienses que vas a cumplirlas”. Entran aquí compromisos como aquellos que quizás pocos recuerden: “No desaparecerá el programa Prospera”; “El Ejército regresará a los cuarteles”; “En mi gobierno nunca se usará la fuerza pública para reprimir al pueblo”; “El día 1 de diciembre de 2020 el sistema de salud de México será como el de Dinamarca” y, más recientemente: “Se desfogará a 300 metros cúbicos por segundo la presa Peñitas”, “Ya no habrá más inundaciones en Tabasco”, sólo por dar algunos ejemplos.

La segunda, que era considerada como infalible: “Cuando no puedas resolver algo o tengas fuertes problemas, échale la culpa al gobierno anterior”, pues eso siempre pega, sobre todo si el gobierno anterior fue muy malo.

70 años ininterrumpidos de gobernar al país les dieron a los viejos políticos esas y otras sentencias de control y manipulación política que, sumadas al control de los medios generadores de información y opinión, cerraban el círculo de una “realidad” construida por el gobierno radicalmente distinta de la realidad que los ciudadanos sentían en su diario y duro vivir.

Y aunque el nacido en Macuspana casi diario truena en sus mañaneras contra los diarios “conservadores”, contra los “pasquines inmundos”, “neoliberales”, etc., lo cierto es que la mayoría de los medios de mayor influencia hacia el gran público, como son los canales de televisión nacional, están alineados con la presidencia de la república y presentan la imagen de los problemas que el gobierno quiere que presenten.

Esto se puede ver claramente en el tema de las inundaciones en Tabasco, tema en el cual las versiones que recogen los medios son las declaraciones de los titulares y funcionarios de protección civil, de la Secretaría de Bienestar, en fin, la versión gubernamental; mientras están sin voz los pueblos literalmente incomunicados porque se les cayó el único puente peatonal que tenían (Caridad Guerrero), o porque se les derrumbó totalmente el camino (ejido La Libertad), cerrándose, o los miles que viven, también literalmente, en sus cayucos, porque están rodeados de 6,000 hectáreas de agua (los Bitzales en Macuspana), o las 3,000 personas que viven en la orilla de la carretera Frontera-Jonuta, municipio de Centla, sin recibir ningún apoyo del gobierno, o los que siguen en una segunda planta o viviendo en un remolque, en la ciudad de Villahermosa, o las miles de viviendas particulares que se han convertido en albergues porque le dan refugio a una, tres o 5 y más familias en una reacción natural de solidaridad del pobre con el pobre.

Lo que ocurre realmente en Tabasco, si no hubiera control gubernamental de los medios, debería ser motivo de un escándalo mundial por el abandono en que se dejó y se sigue dejando a la población inundada por parte del gobierno.

¿Y qué hace el presidente de la república? Inconmovible en sus decisiones, terco, como el mismo se autodefine, sigue fiel a su costumbre de vender ilusiones y de alinear todas sus acciones con sus metas electorales del triunfo de su partido en el 2021.

Y así como a nivel nacional dejó que se acumularan 100,000 muertos por covid-19, sin que los deudos recibieran ningún apoyo en ese momento crítico, y hoy, a unos meses de la elección, se dispone a liberar recursos para ellos; así también en la inundación de Tabasco, de la fecha en que ocurrieron las primeras inundaciones (con 600,000 afectados, que luego, en un acto de prestidigitación, la 4T los convirtió en 100 mil) a la fecha en que el gobierno libere los primeros apoyos para sanitizar y pintar las viviendas (8,000 pesos), habrán transcurrido 70 días durante los cuales miles de familias no han recibido absolutamente nada del gobierno y solo han visto en la televisión desfilar toneladas de ayuda humanitaria y a los funcionarios declarando que se apoya a todos.

El presidente de la República, entrevistado por un periodista tabasqueño antes de su primera visita post inundación, sobre cómo atender la contingencia si ya no había Fonden, aquel declaró que ahora el Fonden es de 500,000 millones de pesos y se usarán para atender a los afectados.

De 1,396 localidades afectadas, según el gobierno, ya se han censado La mitad, pero muchas de las localidades más grandes y más afectadas no han sido censadas, y hay nerviosismo y temor de la población de que con este censo de inundados ocurra lo que pasó en el primero, donde –siempre según el gobierno- se apoyó a 37,000 y se declaró que se apoyó a todos, cuando la población sabe bien que eso no es cierto, tan fue así que pese a la ley garrote que condena a prisión sin derecho a fianza a quien bloquee una vialidad, hubo más de 80 bloqueos en menos de una semana.

La otra ilusión que la 4T le vende a la gente es que habrá un vale para enseres domésticos (muebles), pero no le dicen de qué monto, en donde se canjeará y en qué condiciones, etc. Se trata de mantener a la gente pendiente, en vilo, pero tranquila y sin recibir ningún apoyo en el presente, con la esperanza del apoyo futuro.

Cotizando en una casa comercial los productos más baratos concluimos que hacerse de una cama con su colchón (solo una), un pequeño comedor, estufa y tanque de gas y refrigerador, tiene un costo superior a los 20,000 pesos. ¿Estará dispuesto el gobierno a erogar 2,000 millones de pesos, para apoyar a las 100,000 viviendas que sufrieron inundación según sus propias declaraciones? La respuesta debería ser positiva, ya que se tiene un techo financiero de 500,000 millones, según lo dicho por el presidente.

Pero la realidad sufrida por los tabasqueños pobres, tanto durante la etapa más dura de la covid-19 en el estado, como en los censos de la primera inundación, nos enseña que una cosa son las declaraciones y otra muy, pero muy distinta, son los hechos.

Por ello, si queremos no ser burlados una vez más por el gobierno debemos organizarnos en las localidades afectadas por la inundación, formar nuestros comités con gente limpia y honesta, y disponernos a dar la lucha, en primer lugar, para que los apoyos ahora sí lleguen a todos los tabasqueños que fueron afectados y, en segundo lugar, para que se repare toda la infraestructura que se vio seriamente dañada o de plano destruida y, finalmente, para que el gobierno emprenda un programa multianual de las obras hidráulicas que sean necesarias para evitar nuevas y más graves inundaciones en Tabasco, porque hasta el día de hoy, lo único que está comprendido en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2021 son 200 millones de pesos para el dragado de ríos, cantidad totalmente insuficiente, por no decir irrisoria.

De no hacerlo así, los tabasqueños estaremos condenados, como el mitológico Sísifo, a volver a levantar en años de trabajo nuestro modesto patrimonio, para que, dentro de un tiempo, vengan otras lluvias, lo perdamos todo, y tengamos que empezar de cero una vez más.

Por eso, a la venta de ilusiones y esperanzas debemos oponer la organización, la exigencia y la lucha del pueblo. No hay de otra.