10 de mayo, ¿qué celebrar?

**Pero, en realidad, según los expertos, el trabajo de cuidados de los niños es un tema de carácter público que debe ser atendido por el Estado, que ahora con la llamada cuarta transformación, traslada la responsabilidad de cuidado a las familias.


10 de mayo, ¿qué celebrar?

La Crónica de Chihuahua
Mayo de 2019, 16:00 pm

Por Adriana Argudín Palavicini

Este año, la festividad del Día de la Madre tendrá poco que celebrar. No me refiero, por supuesto, para quienes aún tienen la fortuna de contar con la mujer que les dio la vida, sino a las propias mujeres que son madres y, sobre todo, a la inmensa mayoría de ellas que viven en situación de pobreza o de pobreza extrema (términos usados en las estadísticas oficiales).

​Como sabemos, poco más de la mitad de la población mexicana son mujeres. En el caso de las que son madres, la inmensa mayoría son menores de 20 años. A nivel nacional, las madres dentro de ese rango de edad cuyo estado es el de la unión libre o son madres solteras representaron en 2016 el 82 por ciento (INEGI. Estadísticas de Natalidad. Consulta Interactiva de Datos), es decir, la inmensa mayoría no ha contado con los recursos suficientes como para celebrar una boda, aunque sea modesta, pues la participación laboral femenina en México es menor, incluso, que la de otras economías emergentes, según datos de la OCDE.

​Existe, además, información verdaderamente impactante en relación, por ejemplo, con la carga de trabajo. La mayoría de las madres mexicanas dedican cuatro horas diarias más al trabajo no remunerado que los hombres, es decir, aquellas que tienen la suerte de contar con un trabajo, mal remunerado casi siempre, tienen además que atender las labores del hogar y la atención de los hijos. Entre los obstáculos que enfrentan para poder participar plenamente en el mercado laboral, según la OCDE, se encuentran, entre otras, fijémonos bien, la insuficiente oferta de servicios de cuidado infantil, que ahora el gobierno de la Cuarta transformación ha anulado por completo al cancelar los recursos a las estancias infantiles para apoyar a las madres trabajadoras y, en su lugar, dice, dará 800 pesos mensuales directamente a la madre por un máximo de tres niños por hogar. ¿Es decir, que las madres tendrán que dejar de trabajar para cuidar de los pequeños? ¡No, claro que no! Para quienes cuenten con la abuela (de ser posible, que esté sana, fuerte y viva cerca de las hijas que trabajan), se perfila la posibilidad de convertirla en ¡asalariada de la familia! Pero, en realidad, según los expertos, el trabajo de cuidados de los niños es un tema de carácter público que debe ser atendido por el Estado, que “traslada la responsabilidad de cuidado a las familias en vez de hablar de una estrategia integral que provenga del Estado y que sea financiada a través de impuestos completamente”. (Ricardo Fuentes-Nieva, director de OXFAM México, febrero de 2019). Como lo hemos venido diciendo, entre los cuatro ejes que plantea el Movimiento Antorchista Nacional para un nuevo modelo económico está, precisamente, que paguen más impuestos los que ganan más. ¿Por qué el presidente López Obrador, quien en su toma de protesta aseguró que los pobres y desposeídos del país serían la prioridad de su gobierno, no aplica esta medida fiscal? Supongo que porque cree que es más fácil y rápido ganar adeptos desmantelando programas de carácter social, que exigirles a quienes obtienen más ingresos.

A nivel nacional, la mayoría de los hogares son de jefatura femenina (84% en 2017, según datos del CONEVAL), es decir, no cuenta con el cónyuge, y en ellos encontramos indicadores de carencias por condición de pobreza que dejan ver la terrible situación en que viven esas madres: la mitad tenía rezago educativo, las que tenían algún tipo de trabajo pero no tenían acceso a la seguridad social, constituían el ¡94%!, y casi el 40% tenía carencias por acceso a la alimentación; se menciona también a los hogares con carencia por calidad y espacios en la vivienda, que, evidentemente, incrementará la vulnerabilidad de de las mujeres al haber desaparecido también, bajo el gobierno actual, el Ramo 23. Como se nos informó, el gobierno de López Obrador desapareció varios programas en sus primeros 100 días de gobierno. Entre los que golpearán aún más la economía familiar, y más aún a las madres sin cónyuge, se encuentran: el de abasto social de leche y el de abasto rural, el apoyo a refugios para mujeres víctimas de violencia, la atención y prevención de la violencia contra las mujeres, y la reducción sustancial del apoyo, entre otros rubros, a la salud materna, sexual y reproductiva, en un país donde casi el 30% de la población joven no tiene acceso a métodos anticonceptivos y donde, según datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas y de la Orgnización Mundial de la Salud (2017), 16 millones de mujeres de 15 a 19 años de edad y un millón de niñas menores de 15 años dan a luz cada año.

Al respecto, Rodolfo de la Torre, economista del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (asociación civil que lleva el nombre del empresario y banquero poblano Manuel Espinosa Yglesias), consideró que con los cambios implementados en los programas hay riesgo de “clientelismo político”, así como de “centralización de poder”. “Se están aplicando medidas riesgosas, los diagnósticos no son claros, por ejemplo el cierre del programa Prospera no se ha hecho con todos los elementos de juicio que deberían, la sustitución con becas sin condición no parece lo más apropiado. El caso de las estancias infantiles no corresponde a un diagnóstico de la utilidad que proporcionaba a mujeres trabajadoras”. Es necesario, añadió, crear una política social de Estado que no se base en “pequeños programas” o repartos de efectivo, sino que garantice la reducción de las carencias sociales. (MSN, Astrid Rivera, 16 de marzo 2019). En efecto, también forma parte de nuestra propuesta el que se reoriente el gasto público para favorecer a los que menos tienen.

Por lo aquí expuesto, habría que preguntarnos: ¿qué pueden celebrar la inmensa mayoría de las mexicanas este Día de las Madres? Desgraciadamente, poco, muy poco.

Quiero terminar esta colaboración solidarizándome con los antorchistas del estado de Hidalgo, al frente de los cuales se encuentra una experimentada y valiente mujer, la profesora Guadalupe Orona Urías, quien celebrará este 10 de mayo luchando, junto con muchas hidalguenses humildes, en el plantón instalado desde hace un mes afuera del Palacio de Gobierno. El gobernador Omar Fayad Meneses, no se ha dignado atender a los antorchistas hidalguenses; por el contrario, ante los justos reclamos nuestros compañeros han sufrido una serie de arbitrariedades y amenazas que hablan de un verdadero terrorismo de Estado. Por tal razón, el Movimiento Antorchista Nacional ha iniciado una campaña de denuncia a lo largo y ancho del país exigiendo que las demandas de nuestros compañeros sean atendidas a la brevedad posible. ¡Adelante, compañeros, el antorchismo nacional seguirá luchando a su lado hasta lograr la victoria!