Se escuchan lamentos en Las Siete Cabecitas

**Recuerdan fatal accidente en que murieron siete niños **Transforman el accidente en leyenda


Se escuchan lamentos en Las Siete Cabecitas

La Crónica de Chihuahua
Noviembre de 2010, 22:11 pm

Chihuahua, Chih.- El hecho histórico de un accidente automovilístico en las ’Curvas del Perico, rememorado cada año por los miembros de la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA, la Guay), se ha transformado con el tiempo en una leyenda.

Dicen las personas que vienen a acampar a estos magníficos parajes poblados de ramilletes de encinos, que al caer la noche empieza aquí un concierto de susurros que, bien escuchados, semejan los lamentos de aquellos siete infantes sacrificados por la fatalidad.

Siete niños de la Guay resultaron muertos en un accidente fatal en el kilómetro 21 de la carretera Chihuahua a Juárez, el 1 de agosto de 1939.

A don Gilberto Sánchez Aguirre, quien tiene aquí cerca en la siguiente curva un puesto donde vende refrescos y miel de abeja, la gente le viene a traer las versiones de un hecho que se repite y repite a la distancia de casi setenta años.

Le cuentan las personas a este hombre, tres tipos de historias: hay unas, las más comunes, en las que los silbidos del viento sugieren que existen en Las Siete Cabecitas espíritus atormentados que reviven su tragedia una y otra vez. Hay otra versión de la misma historia en el mismo lugar, que habla de que en las noches se recrean con todo detalle los ruidos del accidente... los mortales rechinidos de las láminas de la carrocería arrugándose como acordeón y aplastando los cuerpecitos de niños que gritan empavorecidos su desgracia.

Pero hay quienes aseguran que, en las horas de la noche, en la soledad de este paraje, las mismas siete cabecitas esculpidas en el cemento, cobran vida y mueven sus ojitos y abren las bocas para emitir lamentos que nadie escucha. Este es el ingrediente más nuevo de la leyenda.

El primero de agosto de 1939, aproximadamente a las cinco de la tarde, un grupo de veinticinco niños que pertenecían a la Asociación Cristiana de Jóvenes, pasaron por aquí rumbo al parque nacional Cumbres de Majalca, donde iban a instalar un campamento que duraría ocho días.

Al llegar al kilómetro 21, en la que paradójicamente se conocía como "La Curva del Muerto", un camión de volteo se les atravesó y los impactó. Muchos de aquellos cuerpecitos atravesaron las ventanas y salieron volando y quedaron esparcidos en el lugar.

Los niños que perdieron la vida eran: Venancio Gabriel Gardea, de 14 años; Armando Gutiérrez Balderrama y Jorge Giácoman, de 13; Luis Díaz García y Teodoro Faulkner, de 11 y Alberto Méndez Peña y Horacio Brondo Valdez, de 10.

Por eso, cada año la Guay realiza un homenaje luctuoso en el lugar que se nombra desde entonces y que hoy en día se conoce como "Las Siete Cabecitas
(Nov. 1, 2010)