Y ahora ¿qué hará el PRI para cerrar ocho cicatrices?

**¿Qué le puede esperar a Serrano después de que se oficialice su designación, en caso de ser acertadas las versiones?


Y ahora ¿qué hará el PRI para cerrar ocho cicatrices?

La Crónica de Chihuahua
Diciembre de 2015, 15:21 pm

Por: Alejandro Salmón Aguilera

Si los vientos no se equivocan, el actual presidente municipal de Juárez con licencia, Enrique Serrano Escobar, será el candidato del Partido Revolucionario Institucional al Gobierno del Estado de Chihuahua y, con eso, terminará un proceso de parto que tardó años y desgastó hasta los huesos a un priismo que ya de por sí está erosionado.

De confirmarse el dato, Serrano Escobar estaría en condiciones de contender por el único período de cinco años; además, tendrá ante sí ante la posibilidad de ser apenas el tercer gobernador de Chihuahua que antes había sido alcalde de Juárez desde que se instauró el plan sexenal de Gobierno. Los anteriores fueron Teófilo Borunda (PRI), de 1956 a 1962, y Francisco Barrio (PAN), de 1992 a 1998.

¿Qué le puede esperar a Serrano después de que se oficialice su designación, en caso de ser acertadas las versiones? Primero, un priismo con más cicatrices de combate que un guerrero espartano.

La parte agradable de todo esto es conciliar con su colega alcalde con licencia, Javier Garfio Pacheco, hombre disciplinado y sometido a la voluntad del Palacio de Gobierno, y quien nunca la jugó contra Serrano. Con Marcelo González Tachiquín acaso no tenga problema pero tampoco la tendrá fácil, pues buscó la candidatura con alma, vida, corazón y cargo público y le hizo creer a todos sus allegados que su abanderamiento por el PRI ya era una decisión tomada.

¿Qué podría hacer Serrano para conciliar, entonces, con las dos senadoras? Graciela Ortiz es una mujer “de partido” y lo ha demostrado en diversos momentos de su carrera. La han mandado a competir en distritos difíciles y en condiciones cuesta arriba y así las ha aceptado. Le han pedido que defienda en el Senado iniciativas impopulares y controversiales y lo ha hecho; pero otra cosa es decirle que no va a ser candidata al Gobierno del Estado. ¿Cómo compensarle todos los servicios que le ha hecho al priismo a lo largo de los últimos 20 años? ¿Qué se le puede ofrecer si ya fue secretaria general de Gobierno, diputada local y ahora senadora? El Gobierno Federal tendría qué salir al quite.

Con Lilia Merodio siempre estará la alcaldía de Juárez a la mano para subsanar heridas; de Jorge Esteban Sandoval, Víctor Valencia y Oscar Villalobos se hablará después, pues ellos mismos sabían que no tenían la más remota posibilidad, pero sí representaban a grupos políticos necesarios para operar la elección.

Lo difícil es hablar con Marco Adán Quezada y con Héctor Murguía Lardizábal. Los dos ya fueron alcaldes; los dos amagaron con irse por la libre; los dos han tenido algún tipo de roce con el inminente abanderado del PRI. Ambos, también hay que decirlo, tienen estructura en a base priista y en las altas esferas del poder económico y político. ¿Cómo le hará Serrano para llegar a un acuerdo con el “Tetismo” y con el “Marco-Baecismo”? esa será su carta a Santa Claus. Por lo pronto, ya tiene motivos para alzar su copa y brindar por su muy, muy feliz navidad.