¡Vaya racimo!

**En la capital hidalguense, la alcaldesa panista Yolanda Tellería Beltrán, a dos años de su gestión no ha logrado ya ni digamos tapar los baches, pero tampoco resolver una sola de las peticiones de obras que le plantearon más de 40 colonias populares.


¡Vaya racimo!

La Crónica de Chihuahua
Abril de 2018, 17:35 pm

Por Guadalupe Orona Urías
Dirigente antorchista en el estado de Hidalgo

Se trata de un presidente municipal del partido Encuentro Social (PES) que dice gobernar Huejutla; de otro alcalde que pertenece al PRI y que administra uno de los municipios más pobres a nivel nacional: San Bartolo Tutotepec. De dos más que militan en Acción Nacional (PAN): el de San Felipe Orizatlán, que de acuerdo con sus actitudes parece que manda en una hacienda, de aquellas donde la ley del señor hacendado era la única que valía; y de la alcaldesa de Pachuca, que no deja de quejarse de que le dejaron las arcas vacías y con muchas deudas a la capital hidalguense (cosa que considero no falta de verdad), y por eso tiene a la ciudad hecha un desastre y a sus colonias populares con cero soluciones.

En el caso de Huejutla es clara la lasitud, por decir lo menos, del alcalde Raúl Badillo Ramírez, quien nunca se encuentra en la presidencia para atender a sus gobernados: generalmente está en Pachuca “realizando gestiones”; lo cierto es que resultados de esas “tantas gestiones” en su empobrecido municipio no se ven. A quien ha encargado la atención de la ciudadanía es a un prepotente secretario municipal, que en la última visita se atrevió a amenazar con el uso de la fuerza pública al grupo de peticionarios que demandaban solución si no deponían su exigencia de atención por parte del presidente municipal a sus demandas. Pero, además de no resolver, de amenazar, de haber incitado y ayudado a la retención de la dirigente antorchista en la Huasteca, ahora el señor alcalde se ha dedicado a poner en marcha una serie de acciones y calumnias en las distintas comunidades de Huejutla en contra de Antorcha, creyendo que así va a amedrentar a los ciudadanos para que no se organicen y dejen de exigirle que cumpla con su obligación como funcionario público y resuelva las demandas que sus gobernados, organizados en el Movimiento Antorchista, le han estado solicitando desde que asumió el cargo como alcalde de Huejutla.

El otro alcalde huasteco, del municipio de San Felipe Orizatlán, el panista Raúl Valdivia, hace alarde de prepotencia, insensibilidad y desconocimiento de las leyes mexicanas al negar de facto a sus ciudadanos los derechos de organización y de petición; asimismo, agrede verbalmente a sus gobernados y, haciendo alarde de su prepotencia, intentó utilizar una reunión de delegados para colocar por encima de la Constitución Mexicana su ley: “en San Felipe Orizatlán nadie tiene derecho a acudir a la presidencia municipal a llevar a cabo ninguna gestión, de ningún tipo, si no es a través de los delegados”. Los delegados son autoridades auxiliares de la comunidades, en muchos de los casos nombrados directamente por el alcalde; o sea, que nadie, solamente los que él designe, podrán hacer gestión. Es tal la prepotencia del alcalde y su desconocimiento de la función pública, que incluso se niega a recibir el pliego petitorio a los habitantes organizados en Antorcha, creyendo, quizás, que ello le obligará a resolver cada una de las demandas solicitadas en dicho documento.

Y al presidente priista de San Bartolo Tutotepec, uno de los municipios más pobres del país, poco le importa sacar de esa condición de pobreza a su población y con ella a su municipio y usa como argumento, al igual que el presidente panista de San Felipe Orizatlán, para tampoco recibirles el documento de solicitud de atención a sus demandas, a pobladores de más de 40 comunidades, que “no votaron por él”. ¿Cómo ve, amable lector? En pleno siglo XXI no parecen gobernantes, sino señores de horca y cuchillo.

Finalmente, para que confirmemos que no solamente en los municipios huastecos y serranos, no se atienden las necesidades de la población, tenemos precisamente la joya de la corona: la capital hidalguense, donde gobierna la presidenta panista Yolanda Tellería Beltrán, que a casi dos años de su gestión no ha sido capaz ni siquiera de bachear las calles de la ciudad, mucho menos atender las demandas de pavimentación, drenaje, agua potable, electrificación, etc., de más de 40 colonias populares que han esperado pacientemente que logre tomar todos los hilos de la administración y se vuelva la gestora de los recursos que requieren los pachuqueños para mejorar sus condiciones de vida.

En fin, como puede verse, independientemente del partido que gobierna en cada uno de los municipios aquí mencionados, lo que menos importa a sus respectivos alcaldes es dar solución a los problemas de sus gobernados, y los pretextos, aparte del consabido “no hay recursos”, van desde los inconstitucionales y por tanto violatorios de los derechos humanos, hasta los ridículos del “no votaron por mí”. Por lo tanto, los campesinos y colonos tendrán que hacer uso de sus derechos de manifestación (aunque no los conozcan algunos de ellos) para exigir atención y solución, además de, nuevamente, solicitar la intervención del señor gobernador del estado, pues considero que la alta autoridad estatal no puede permitir que se maltrate así a su población, que a tanta injusticia social se sume el atropello gubernamental.