Trincheras, maravilla arqueológica del Noroeste de México

**La Tradicion Trincheras descubierta en Sonora es una de las mas grandes y fascinantes zonas arqueologicas del noroeste de Mexico y suroeste de USA y quizás la mas grande del Desierto Sonorense.


Trincheras, maravilla arqueológica del Noroeste de México

La Crónica de Chihuahua
Mayo de 2017, 22:14 pm

La Tradición Trincheras descubierta en Sonora es una de las más grandes y fascinantes zonas arqueológicas del noroeste de México y suroeste de USA y quizás la más grande del Desierto Sonorense. Abarca una extensión del tamano de Suiza, con muros, entierros, más de 1300 hornos y restos de artesanía de concha que seguramente comercializaban con culturas en Casas Grandes y otras.

Las excavaciones principales se encuentran en el Cerro Trincheras y en La Playa. Los petroglifos cercanos a Caborca corresponden a esta misma cultura.

CERRO DE TRINCHERAS

Son dos los principales rasgos culturales que se asocian a la cultura de Trincheras. Por un lado, se encuentran los llamados "cerros de trincheras", que son montes de origen volcánico cuyas laderas fueron modificadas por la construcción de muros y terrazas. Por otro lado, se encuentra la difusión de ciertos tipos de cerámica, particularmente los llamados "cerámica trincheras lisa", "cerámica trincheras púrpura sobre café" y "cerámica trincheras púrpura sobre rojo". La difusión de ambos rasgos no coincide del todo.

Para delimitar el área de la cultura de Trincheras, arqueólogos como Thomas G. Bowen, de la Universidad del Estado de California en Fresno, se apoyaron en la difusión de la cerámica trincheras púrpura sobre rojo —aunque en realidad se trata de dos tipos, el que propiamente se llama de esa manera y el «trincheras púrpura sobre café»— que se caracteriza por su ornamentación en color púrpura. Esta cerámica se encuentra sobre todo en las cuencas de los ríos Concepción, Magdalena y Altar.

El primer sitio es cerro de Trincheras, de donde proviene su nombre. El cerro se eleva a más de 150 metros por encima del llano desértico del centro norte de Sonora, y desde lejos tiene un raro aspecto "rayado". Al acercarse, se descubre el sorprendente misterio que habla de un descomunal trabajo humano. Lo que parecen rayas son en realidad 900 muros de piedra, la mayoría de 15 a 30 metros de largo (aunque algunos rebasan los cien metros). Los primeros españoles en la zona los llamaron "trincheras", pero más bien son paredes para contener terrazas.

Gracias a excavaciones emprendidas entre 1995 y 1996 por el Centro INAH Sonora y la State University de Nueva York, en Binghamton, se ha concluido que la mayoría de esas terrazas sirvieron como base para las casas de unos mil pobladores. También se han hallado vestigios de unas 300 estructuras más, entre las que destaca “El Caracol”, peculiar construcción en la cima del cerro con paredes semicirculares y un pasillo de acceso en forma de espiral.