Tecomatlán, una apuesta a la educación

**A esta infraestructura remodelada y ampliada hay que sumar que la “Atenas de la mixteca”, cuenta con una planta docente también excepcional por su dedicación al trabajo educativo, pues no escatiman tiempo a sus alumnos, y su afán de superación.


Tecomatlán, una apuesta a la educación

La Crónica de Chihuahua
Septiembre de 2017, 17:30 pm

Por Rosa María Dávila Partida

Hace tiempo que la educación popular dejó de aparecer en los medios de comunicación. Como si las causas del desastre educativo que padece el país se corrigieran con la Reforma Rducativa que está llevando a cabo el gobierno federal. El problema de la educación pública es complejo, como lo saben los expertos, y en el caso de México no se puede desligar de la pobreza que constituye la enfermedad socio-económica que más golpea a la población.

Sean 50 los millones de pobres, como dicen los más conservadores, o más de 100 millones, como lo aseguran investigadores independientes que ubican en 85% el porcentaje de mexicanos los que sufren algún tipo de carencia, son demasiados y con toda seguridad su pobreza afecta sus posibilidades de educarse.

En esta ocasión nos referiremos a los jóvenes que aspiran a cursar estudios de nivel profesional. El primer problema es la escasa cobertura de las instituciones de ese nivel. Las más grandes y prestigiadas, concentradas en la Ciudad de México y las capitales de los estados, rechazan a miles y miles de jóvenes por falta de cupo. Queda la opción de acudir a otras instituciones no saturadas, pero éstas siempre se encuentran lejos del hogar familiar y ahora la dificultad radica en cómo sostenerse económicamente en esos lugares. La realidad es que miles de jóvenes ven truncados sus intentos de cursar estudios profesionales, por lo escaso de sus recursos económicos, pues rentar un departamento, o un simple cuarto, comer en restaurantes o fondas, no está al alcance de la inmensa mayoría. Así se les cierra la posibilidad de acceder a una carrera y salir de la pobreza ancestral de sus familias.

Por eso llama la atención lo que está ocurriendo en Tecomatlán, Puebla, en donde el viernes 25 de agosto se inauguró un albergue estudiantil, con capacidad para mil jóvenes, que por una módica couta de recuperación (1,300 pesos mensuales o 44 pesos diarios) proporcionará comida y alojamiento a quienes deseen cursar estudios profesionales en el Instituto Tecnológico o la escuela Normal Superior.

Conocemos, por su tercer informe de gobierno, que la alcaldesa, Inés Córdova Aguilar, de extracción antorchista, le ha hecho una fuerte apuesta a la educación, la cultura y el deporte, pues las inversiones fueron millonarias en estos rubros, considerando los tres años de gobierno: 159,750,864 pesos para educación; 77,494,472 para la cultura y para infraestructura deportiva 39,741,200. En total, 276,986,536 pesos, impensables para un municipio de 5 mil 500 habitantes.

Sorprende también que esta pequeña ciudad tenga nueve escuelas, desde el maternal hasta la enseñanza superior. Se invirtió en educación para rehabilitar las instalaciones de todos los planteles que forman la cadena educativa completa: el jardín de niños “General Gabino Lozano Sánchez”, la Escuela Primaria Oficial “Miguel Hidalgo”, la Secundaria Técnica No. 16, el Cbta 110 “Profesor Luis Córdova Reyes” y el Instituto Tecnológico de Tecomatlán, mismo que fue remodelado y ampliado con nueve aulas, un centro de información y una funcional cafetería.

El enorme presupuesto para cultura y deporte, destinado al mantenimiento y ampliación de canchas y espacios para el cultivo de las artes, obedece al propósito de alejar a los jóvenes de la ociosidad que, decían las abuelas, es la madre de todos los vicios, y encauzarlos a la práctica de disciplinas deportivas y artísticas que fortalezcan cuerpo y espíritu. Y coronan su esquema planteando que los estudiantes necesitan conocer la problemática social, económica y política del país, pues están llamados a transformarla en beneficio de las mayorías empobrecidas, pues si su educación la paga el pueblo a través de los impuestos que entrega, justo es que, ya como profesionistas, regresen los beneficios al mismo pueblo.

A esta infraestructura remodelada y ampliada hay que sumar que la “Atenas de la mixteca”, como gustan sus habitantes denominarla, cuenta con una planta docente también excepcional por su dedicación al trabajo educativo, pues no escatiman tiempo a sus alumnos y a sus planteles, y su afán de superación. Así se redondea el modelo de educación popular que practican hace años.

¿Cómo llegaron tantos recursos a un poblado tan pequeño? Tecomatlán como cuna de Antorcha Campesina ha participado en las movilizaciones estatales y nacionales de dicha organización tendientes a bajar recursos para realizar obras que mejoren la vida del pueblo humilde; sin duda, su apuesta a la educación rendirá frutos que pronto conoceremos.