¿Servicios de salud para todos?

EDITORIAL


¿Servicios de salud para todos?

La Crónica de Chihuahua
Junio de 2017, 19:00 pm

Ni siquiera los gobiernos de los países donde el capitalismo se ha desarrollado al grado más alto han logrado resolver el problema de la cobertura en salud para toda la población; prueba de ello es el bloqueo que ha tenido hasta hoy la iniciativa lanzada por el expresidente Barack Obama antes de terminar su mandato, el proyecto conocido como Obamacare que prometía volver asequibles y de mayor calidad los servicios de salud para un número mayor de ciudadanos estadounidenses.

El imperialismo norteamericano nunca ha podido brindar servicio médico en forma general, gratuita y a bajo costo a todos sus ciudadanos. “Universalizar los servicios”, como recomiendan algunos organismos internacionales, es imposible en la economía de mercado, donde la eficacia, la calidad y los resultados del servicio médico dependen de la capacidad económica del paciente, de su poder adquisitivo.

Servicio médico y medicamentos son mercancías nada accesibles para las clases pobres, sobre todo para los trabajadores asalariados, responsables directos de la producción en las fábricas, en las empresas agrícolas, en la industria extractiva, etc. En la sociedad capitalista no existe igualdad en ningún aspecto de la vida; las familias con ingresos precarios no pueden vivir igual que las clases poseedoras de medios de producción.

En los países pobres la situación es mucho peor; enfermedades curables, que hace tiempo se consideraban erradicadas en todo el planeta, reaparecen causando estragos ahí donde la extrema pobreza no permite a los afectados pensar siquiera en destinar recursos a pagar médicos y medicinas.

En México se aprecian claramente las diferencias en la atención de la salud; en realidad, los subsistemas sanitarios están diseñados para dividir a los “derechohabientes” por sus niveles de ingreso: los trabajadores al servicio del Estado, es decir, los burócratas, recibían en el ISSSTE hace tiempo una atención de calidad regular, servicios que hoy presentan terribles deficiencias en todo el territorio nacional; a los obreros y empleados de empresas privadas les corresponde atenderse en el IMSS en donde el desabasto de medicamentos y la falta de médicos hace tiempo constituyen un agudo problema.

Las capas mas amplias de la población carecen desde hace muchos años de los servicios médicos que brinda el Estado; en un arranque demagógico, destinado más al impacto mediático que a resolver el problema de fondo, durante los dos sexenios panistas se promovió la afiliación de millones de ciudadanos al Seguro Popular, con la promesa de que ningún mexicano se quedaría sin atención sanitaria; esto nunca se convirtió en realidad, solo sirvió para mediatizar y mantener esperanzada a la población en un asunto tan sensible para ella; en los hechos, la salud pública en México está cada vez peor.

Ahora, el Gobierno Federal ha prometido que antes de terminar este sexenio se habrá alcanzado la universalización de los servicios de salud; pero los avances en este sentido son tan escasos que difícilmente podríamos creer que se alcanzará la meta en 2018.

La desigualdad se asoma por todas partes y se manifiesta a cada paso como un obstáculo para que el pueblo acceda a servicios de salud oportunos y de buena calidad; antes de prometer el servicio a la población a través de los diferentes subsistemas de salud, sería necesario otorgar recursos suficientes para que éstos funcionen como un solo sistema sanitario; sería indispensable que primero se equipara suficientemente a cada subsistema y se le otorgara un presupuesto adecuado a cada uno para que los subsistemas no se vieran obligados a intercambiar recursos como si se tratara de transacciones comerciales.

Nuestro reporte especial de esta semana trata la problemática de la “universalización” de los servicios médicos y da voz a investigadores y profesionales de la salud que señalan el carácter demagógico y privatizador de las políticas de atención sanitaria que impulsan hace más de 30 años los gobiernos neoliberales de México.