Se acerca la fecha de las elecciones, y el PRI no acaba de arrancar

**Los candidatos en campaña refunfuñan contra esos preceptos que aceptó su partido en la nueva ley electoral, pues podrían llevarlos a perder.


Se acerca la fecha de las elecciones, y el PRI no acaba de arrancar

La Crónica de Chihuahua
Mayo de 2015, 18:20 pm

Por: Alejandro Salmón Aguilera/ ahoramismo.mx

El PRI aprobó una reforma política al gusto de dos partidos que perdieron las elecciones inmediatas anteriores. Eso es un suceso único en la historia política reciente: que los partidos perdedores pongan las reglas del juego para los comicios que estén por venir.

Es por eso que el PAN logró “colar” el párrafo que prohíbe expresamente la sub-representación, la cual suele afectarle en casi todos los procesos electorales que hay en el país, mientras que el PRD y la izquierda en general, con la complacencia del panismo, le quitaron amarras a las candidaturas independientes.

El priísmo aceptó, aprobó y promulgó la reforma político-electoral en esos términos y ahora, ingenieros electorales y cercanos a cuartos de guerra de los candidatos en campaña refunfuñan contra esos preceptos que aceptó su partido, pues podrían llevarlos a perder no sólo la mayoría legislativa, sino una parte sustancial de su militancia.

Primero la primera: el hecho de que el PAN haya asegurado una cuota de curules en la Cámara de Diputados y, en su caso, en el Senado, le quitó margen de maniobra al PRI para hacer acuerdos con otros partidos “satélite” y amenazó de muerte a la oposición de izquierda que suele volar por cuenta propia, o bien coaligados entre sí, pero opuestos al priísmo.

Sin votos y sin curules qué quitarle al PAN, el tricolor se podría repartir espacios a costa de su propia votación, como seguramente ocurrirá al término de la campaña en curso, en la cual va coaligado en 250 distritos con el multi-multado Partido Verde Ecologista de México.

A estas alturas, no son pocos los cercanos a las campañas del PRI que se quejan de la poca respuesta de la tradicional base electoral que solía sacarlos de apuros, sobre todo en elecciones desangeladas, como son las intermedias federales. Entre esa franja de priismo duro existe -nos dicen- un fuerte descontento por el regalo de posiciones entregadas a un partido que alguna vez ayudó al PAN a quitarles la Presidencia de la República. Tanto apapacho al PVEM no sólo le ha traído daños de imagen externa al PRI, a las autoridades electorales y al propio partido del tucán, sino también a la cohesión priista.

En cuanto a la segunda, la izquierda ya entendió que, para retener sus curules, debe aliarse con el PAN. Los ingenieros electorales de los partidos de corte izquierdista -muchos de los cuales tienen escuela priista- han calculado que podrían ser la moneda de cambio para que el PAN gane al menos 50 distritos en todo el país. Un triunfo panista de esas dimensiones les dejaría a esos partidos un espectro mayor de diputaciones plurinominales para repartírselas entre los que retengan su registro.

Con ese escenario, complicado además por las descoloridas campañas y lo decepcionantes que han resultado algunos de sus candidatos, muchos priístas ven que la elección está a menos de un mes de distancia y no hay para cuándo remontar.