Reformas entreguistas

EDITORIAL


Reformas entreguistas

La Crónica de Chihuahua
Octubre de 2017, 11:22 am

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Buzos de la Noticia

Cada una de las “reformas estructurales” aprobadas en los últimos años sirve en forma particular a los intereses de la clase empresarial. Reformar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos nunca ha tenido el objeto de perfeccionarla en beneficio de toda la población o de su inmensa mayoría, para mejorar la impartición de justicia, repartir equitativamente la riqueza social, garantizar los derechos humanos, defender los intereses de la nación, nada de eso; en el fondo de cada una de estas reformas se descubre siempre el propósito de allanarle el camino al interés privado, a la explotación capitalista con su insaciable sed de ganancia y acumulación, a la penetración de los corporativos extranjeros que encuentran en las leyes nacionales el primer obstáculo a derribar para apoderarse del país y disponer a sus anchas de todos sus recursos.

El gran capital, nacional y extranjero, sabe cómo encontrar fieles servidores, políticos, funcionarios de gobierno, ideólogos y legisladores dispuestos a abogar porque las leyes sean adecuadas en favor del interés capitalista. Estos servidores del capital se encargan de ensalzar las ventajas que la penetración de las empresas extranjeras acarrearía al desarrollo del país, a la solución de sus problemas.

Hace décadas, el capital comenzó a pisotear la principal conquista de la Revolución Mexicana: la Reforma Agraria; se permitió que las tierras propiedad de la nación en usufructo de los trabajadores del campo pasaran a manos privadas en una lenta pero imparable liquidación de la propiedad ejidal.

Los defensores de la Reforma Educativa, que prometía a toda la población una enseñanza de mejor calidad, evitando el rechazo de los jóvenes por falta de cupo en las universidades, se cuidó de revelar lo que en realidad pretendía: legalizar la intromisión empresarial en este renglón permitiendo la proliferación de escuelas privadas, redituables negocios en manos del capital.

La reforma laboral es otro ejemplo de modificaciones de la ley en favor de la clase dominante; sus defensores aseguraron que fortalecería la inversión y en consecuencia el empleo y el mejoramiento de las condiciones de vida de la clase trabajadora; pero detrás de estos planteamientos se oculta la autorización para que los empresarios hagan de las suyas con los trabajadores, los priven de prestaciones, derechos sindicales como el contrato colectivo y otras conquistas logradas a lo largo de muchas décadas de lucha.

El reporte especial de esta semana retoma el tema de las reformas constitucionales aprobadas en los últimos años, centrándose esta vez en la Reforma Energética, aprobada y promulgada en 2013, y en sus consecuencias negativas sobre el aprovechamiento y administración de los recursos energéticos, especialmente los petroleros, cuya explotación por empresas extranjeras terminó en la última etapa de la Revolución Mexicana con el decreto expropiatorio de 1938. Hoy asistimos al ocaso de la emblemática empresa paraestatal, objeto de rapiña y corrupción y a la entrega de los recursos del subsuelo nacional a sus antiguos propietarios extranjeros.