Que alguien le explique a la senadora Merodio que estamos hartos de impunidad

**Con esos comentarios, lo único que hizo la aspirante a gobernadora (¡¡¡!!!) fue avivar el fuego, pues dejó en claro que en este país y en esta entidad, quien la hace no la paga.


Que alguien le explique a la senadora Merodio que estamos hartos de impunidad

La Crónica de Chihuahua
Noviembre de 2014, 11:06 am

Por: Alejandro Salmón Aguilera/ ahoramismo.mx

La senadora priista Lilia Merodio creyó que venía al “quite” a ayudarle a su partido, a los gobiernos emanados de él y al mismísimo Estado Mexicano con eso de que los estudiantes de Ayotzinapa “andaban secuestrando camiones y asaltando gasolineras”.

Con esos comentarios, lo único que hizo la aspirante a gobernadora (¡¡¡!!!) fue avivar el fuego, pues dejó en claro que en este país y en esta entidad, quien la hace no la paga.

La pregunta obligada para la legisladora por Chihuahua era: si los estudiantes hoy desaparecidos andaban “robando gasolineras” como ella dice ¿por qué no actuó la autoridad contra ellos? ¿Por qué dejó impune el delito de robo, acaso, a mano armada? Los dueños de esas gasolineras pueden clamar por justicia y echarles en cara tanto al gobierno del estado de Guerrero como al Federal que no combatieron el delito.

Y el secuestro de camiones al que se refiere la senadora ¿no era también un delito qué perseguir? ¿Por qué entonces no se actuó? Ahí pudieron haber intervenido las autoridades federales, pues se trata de vehículos que circulan con placas de concesión federal emitidas por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Entonces, señora senadora, la pregunta es: ¿dónde estaba el “Estado de derecho” para someter al imperio de la ley a todos esos jóvenes ahora desaparecidos?

Tal parece que la política juarense está en la misma tónica que la mayor parte del priismo y del sector conservador de la sociedad: desacreditar a quienes se manifiestan en contra de acciones gubernamentales y, sobre todo, a quienes han sido víctimas de la violencia.

Parece que ya olvidó la profunda herida causada por la etapa de la “guerra contra el narcotráfico” iniciada en marzo del año 2007 y que al 2010 había dejado más de 20 mil muertes violentas en Chihuahua. El discurso tenía el mismo tono que el usado por la senadora para atenuar la gravedad el caso Ayotzinapa: “se están matando entre ellos”, decían, por supuesto, quienes no eran víctimas colaterales de esos actos bestiales.

Que alguien le explique, por favor, que la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa no es lo único que tiene irritados los ánimos sociales, sino el clima de impunidad, ese que nos han venido a echar en cara diversos actores políticos ya no de México, sino del mundo.

Quizás alguno de sus asesores le debería decir que en su tierra, Chihuahua, la inmensa mayoría de los homicidios cometidos durante la “guerra contra el narcotráfico” ya quedaron impunes, y no sólo por la incapacidad de las autoridades para esclarecerlos, sino porque el mismo Estado Mexicano le entregó a su similar de los Estados Unidos a los presuntos autores intelectuales de esos crímenes, donde sólo responderán por delitos de tráfico de estupefacientes, pero no por el de homicidio. Impunidad institucional, pues.

La misma Fiscalía General del Estado informa en su portal web que en el año 2010 “no se resolvía ningún caso”, como si ya no tuviera la obligación de hacerlo. Como si el hecho de que el gobernador de aquel entonces ya no esté en funciones haya cancelado la obligación de investigar y dar con los responsables. (1)

La misma FGE informa que en materia de homicidios dolosos en el primer semestre del año 2014 se tiene una efectividad del 48% es decir que el 52% quedan en la impunidad.

Eso es lo que nos tiene cansados. Por favor, si la señora Merodio tiene algún asesor o asesora entre su “staff”, que se lo diga. Decir que quienes protestan son delincuentes no sólo aviva la irritación social, sino que evidencia la falta de impartición de justicia que vive el país.

PD: No deja de llamar la atención de que, por un lado, el discurso oficialoide priista quiera criminalizar las acciones de protesta, sino la simple simpatía hacia Andrés Manuel López Obrador o la militancia en su partido, MORENA. Ahí está la senadora, otra vez, con una joya de la discursiva política más retrógrada: “hay infiltrados de Andrés Manuel López Obrador”. Como si sus simpatizantes no tuvieran derecho a manifestarse.