Puro pancho la revocación de mandato

Por Jerónimo Gurrolla Grave


Puro pancho la revocación de mandato

La Crónica de Chihuahua
Julio de 2017, 08:53 am

(jerogurrola@yahoo.com.mx
@jggrave
/ El autor es dirigente del Movimiento Antorchista en el estado de Querétaro)

Titulé una de mis colaboraciones del mes de mayo: “Si no es vacilada, bendita reforma”, porque en esos días los diputados locales de la LVIII Legislatura habían aprobado la reforma al artículo 7 de la Constitución Estatal propuesta por el Presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, Héctor Magaña, para que se agregue en ella el término “revocación de mandato”, que consiste en que los funcionarios puedan ser removidos de su cargo cuando no hayan cumplido con las expectativas para las que fueron electos por la ciudadanía, desde el gobernador hasta los presidentes municipales y diputados locales.

Me pareció mucha belleza para ser verdad a pesar de las declaraciones de algunos funcionarios como el gobernador del estado Francisco Domínguez Servién, quien dijo sentirse muy contento de que se haya aprobado la revocación de mandato. “Si se aprueba, yo lo festejaría”, aseguró. Y recalcó que es viable que se vaya el que no haga su trabajo si así lo decide la ciudadanía. “Si algún representante que haya llegado por voto popular y la ciudadanía quiere provocar la renovación, se tendrán que ir, y esos elementos son para que de hoy en adelante, que se vaya el que no haga su trabajo, y el que se haga su trabajo, termina su periodo”.

En el mismo sentido se pronunciaron varios alcaldes, entre ellos el de Corregidora, Mauricio Kuri González, que destacó la importancia de que la ciudadanía califique el desempeño de los servidores públicos. Aseguró que es una medida que pide la gente y es atendida por los legisladores queretanos. “Es una necesidad y estuvo bien escuchado por parte de los legisladores el tema de poder tener candados para aquellos servidores públicos que puedan tener un abuso de autoridad (!) o un tema de una falta muy grave que pueda tener un riesgo muy importante”.

Y efectivamente, nada de esto fue cierto. Pero aún y cuando se hubiese aprobado, tratándose de servidores públicos con poder, influencias y capacidad para hacer maniobras como son, era prácticamente imposible que el pueblo lograra echar de sus puestos principalmente a los diputados y presidentes municipales que duran tres años en el poder. Una vez acordada la propuesta, se turnó a los ayuntamientos para que en un plazo de cinco días hicieran las observaciones correspondientes y las votaran, para luego ser sometida al pleno del congreso para su ratificación y publicación.

Dos terceras partes, 12 de los 18 municipios se requería que votaran a favor de la reforma constitucional para ser aprobada, pero a sólo un mes de acordada la iniciativa, los municipios de Arroyo Seco, Corregidora, Jalpan, Landa de Matamoros, Peñamiller y Pedro Escobedo; cinco del PAN y uno del PRI ya habían votado en contra y sólo faltaba un voto más para echarla abajo. A estos se sumaron posteriormente, Tequisquiapan, Pedro Escobedo y Amealco de Bonfil. Los ayuntamientos de Querétaro y San Juan del Río se quedaron “analizando” su conveniencia. No hay duda, les llegó la orden del gobierno de Francisco Domínguez Servién, que ni de broma se aceptara la iniciativa de reforma de revocación para no perjudicarse ni perjudicar a los alcaldes que intenten reelegirse.

Los gobiernos municipales rechazaron la iniciativa sin ofrecer ningún argumento, y es explicable, pues, ¿cuántos presidentes municipales son independientes del poder estatal? ¿Cuántos regidores tienen siquiera claridad de lo que significa la reforma y son capaces de decidir por su cuenta? Lo más que llegó a decir Mauricio Kuri, contrariamente a lo que declaró al principio, fue que “se votó en contra porque vimos que había muchas cuestiones que no estaban bien reglamentadas, había muchos cabos sueltos que había que establecerlos, porque una revocación de mandato había que plantearlo desde el principio, la operatividad o mecanismos”. De verdad ¿sabe lo que dice?

Desgraciadamente en este país dividido en clases, los hombres pierden hasta la libertad de pensar por su propia cuenta. Nadie se traga el cuento de que los ayuntamientos votaron libremente contra la revocación de mandato.