Pudo evitarse el matricidio en Jardines de Oriente: ya había denuncias

**Apenas el lunes pasado, mujeres comerciantes del sector que venden ropa a una cuadra de la escena del crimen, llamaron a la Policía Municipal para que detuvieran a Said (el asesino), quien deambulaba en aparente estado de intoxicación.


Pudo evitarse el matricidio en Jardines de Oriente: ya había denuncias

La Crónica de Chihuahua
Marzo de 2018, 11:32 am

Chihuahua.- Un caso de reiterada violencia intrafamiliar, impulsado por una creciente adicción a la droga conocida como “cristal”, derivó ayer en el brutal asesinato de una mujer a manos de su propio hijo y la hospitalización de la hermana de éste, en la colonia Jardines de Oriente.

Fue aproximadamente a las 5 de la mañana, durante un arranque de ira y cuando cegado supuestamente, por los altos efectos de la metanfetamina en su cuerpo, el joven identificado como Said Alejandro Ch. J. de 28 años, arremetió en contra de su progenitora arrebatándole la vida, así como de su hermana, de apenas 20 años, quien resultó gravemente herida y permanece hospitalizada.

A decir de los vecinos, lo peor del caso es que fue “una tragedia que pudo haberse evitado”. Apenas el lunes pasado, mujeres comerciantes del sector que venden ropa a una cuadra de la escena del crimen, llamaron a la Policía Municipal para que detuvieran a Said, quien deambulaba en aparente estado de intoxicación, observando a mujeres y niñas durante el mediodía.

“A nosotras se nos hizo sospechoso porque llegó aquí y estaban las niñas sentadas, y él se metió entre los árboles. Ellas estaban jugando, yo vine para darle una bolsa a una muchacha y el fulano se metía la mano aquí (haciendo referencia a las bolsas del pantalón y la entrepierna). Vimos la cara que se le veía que andaba ’loco’, se veía mal, se veía drogado. Ese día se miraba desorientado, entonces yo me traje a las niñas y le dije a otra muchacha; córrele, háblale a la patrulla, pero ¡tardaron mucho!”, dijeron las señoras.

Narraron que posteriormente, los elementos al fin llegaron al sitio, pero como no le encontraron droga consigo, no procedieron contra el joven.

“Así que vino la patrulla, lo revisaron y todo, pero lo dejaron seguir su camino y esto no hubiera pasado si lo hubieran agarrado. Le dijimos a los policías, que se veía mal, sin embargo, nos dijeron que no traía nada”, condenaron.

A contraesquina de las vendedoras, se encuentra una escuela primaria, cuya puerta principal da exactamente al domicilio donde sucedió el homicidio. Vecinos de esta calle, Parque Pilatos, refirieron que el joven se había vuelto voluble, irritable y su comportamiento era errático. Asimismo lo habían visto cargar con focos, que es uno de los artefactos empleados para el consumo de esa droga, lo que consideraron una evidente adicción a dicha sustancia que ya se ha convertido en uno de los estupefacientes predilectos en las colonias del Suroriente de la ciudad debido a su bajo costo, que va desde los 50 pesos y el efecto puede durar hasta 24 horas.

El “cristal”, según estadísticas del Centro de Integración Juvenil, pasó a ser una de las sustancias ilícitas de mayor consumo entre los pacientes de primer ingreso a tratamiento en el estado de Chihuahua, pues de 2005 hasta 2016, aumentó su consumo hasta en 300 por ciento.

A eso lo atribuyen los habitantes de la zona, quienes indicaron que a partir de que Said inició con esta adicción, agredía a la madre, la jaloneaba y con los vecinos también tenía un trato “retador”.

“Ayer yo estaba muy triste, mataron a mi perrito, (un Chihuahua), le dieron con una piedra en la cabeza. No sé quién fue ni quiero averiguar, pero por eso yo no escuché nada, me tomé un medicamento porque andaba muy triste y ya no escuché nada”, comentó otra residente del área.

No obstante, otro de los colonos de la misma calle, señaló que Said lanzaba botellas, era problemático y mantenía asoladas a su madre y hermana, ya que en el domicilio era el único hombre después de pelear con su padrastro.

“Él ya había tenido problemas con su padrastro. Le destruyó todos los vidrios del carro con un bat y a raíz de eso el hombre dejó a la madre y se fue de esa casa”, recordó uno de los entrevistados.

A pesar de que las agresiones eran constantes, para la madre identificada como Flora B. G. de 46 años, era su hijo y no quería reportarlo a las autoridades. Aunque en dos ocasiones lo internó en centros de rehabilitación y al parecer, lo que derivó en el homicidio, es que ella lo había encerrado en su habitación, lo cual desató su enojo, consideraron los entrevistados.

En la escena del crimen, quedaron las manchas de sangre cubiertas de tierra, así como varias rocas de escombro, como la que fue utilizada para el violento crimen. Luego del ataque –narraron vecinos— Said se quedó sentado en la banqueta: “A mí se me hace que se le terminó el efecto de la droga y vio todo lo que había hecho y se quedó en shock, se quedó llorando en la banqueta, no intentó escapar, quien sabe si no pudo, cuando llegó la Policía pues ahí estaba. Todo pasó en la cochera, ahí estaba la sangre, la piedra se la llevaron los de Semefo, pero ni entre dos podían cargarla, quién sabe cómo andaría él para que solo la levantara y le diera tan feo a la mamá”, contó uno de los vecinos.