Opinión: ¿Por qué en Francia y por qué ahora?

**¿Quién armó y entrenó, en primera instancia, a ISIS? Estados Unidos. Y,¿quién se beneficiaría de que el mundo entero deje de sentir empatía por las tragedias que suceden en aquellas regiones musulmanas? Pues claramente, Estados Unidos.


Opinión: ¿Por qué en Francia y por qué ahora?

La Crónica de Chihuahua
Noviembre de 2015, 20:30 pm

Como dijo el gran economista alemán Carlos Marx: “La historia no es ni hace nada; quien es y hace es el hombre”; bueno, ya es tiempo de que cambiemos la historia que hemos venido creando por una más justa para todos.

Por Bialí Magallán

El día 14 de noviembre, alrededor de las 22:00 horas (horario de París), varios atacantes con fusiles de asalto y explosivos protagonizaron seis tiroteos sincronizados en la capital francesa, dejando más de 120 muertos y cerca de 300 heridos; la ola de atentados fue perpetrada por ocho terroristas pertenecientes al grupo radical islamista conocido como ISIS (por sus siglas en inglés: Ismalic State of Iraq and Syria), siete de los cuales fallecieron al detonar sus cinturones explosivos. A media noche, cuando el terror se hubo disipado un poco, el presidente de la República Francesa, François Hollande, decretó al país en “estado de emergencia”, anunciando el cierre de sus fronteras y asegurando que el “combate [contra los terroristas] será sin piedad”.

Si bien los recientes sucesos son lamentables y debe buscarse y exigirse justicia para las víctimas, estos también nos obligan a reflexionar sobre la causa y las repercusiones que pudieran suscitarse a nivel global, pues es bien sabido que para tener un análisis íntegro de un fenómeno, éste debe estudiarse en su contexto y tomando en cuenta los factores que lo rodean. Por tanto, que el ataque terrorista haya sucedido en Francia no es fortuito y tiene, por el contrario, ramificaciones dignas de ser exploradas.

Antes que nada, me gustaría señalar que los atentados suceden en un momento en el que los medios de comunicación le han dado bastante difusión a ISIS, grupo radical que guía sus acciones asegurando que “todos deben someterse a la fe del Islam y que cualquier opositor debe ser eliminado”, teniendo en su haber, por tanto, cientos de crímenes cometidos contra cualquiera que se ha resistido a ellos o a sus doctrinas.
Esto es importante por dos cosas:

Primero. Al crear una campaña de odio tan intensa dirigida hacia ISIS, lo que los medios de comunicación están provocando en el subconsciente de los que los siguen es que esa rabia no sólo se dirija hacia los extremistas, sino también hacia los practicantes de la religión que estos extremistas enarbolan como su causa, que es el Islam. Por tanto, el odio de la gente se generaliza y se canaliza hacia todos los practicantes del islamismo, una religión profesada por al menos el 23 por ciento de la población mundial, porcentaje que se concentra, sobre todo, en el Norte de África y en Medio Oriente.

Segundo. Las recientes revueltas que han venido sucediendo en el Norte de África y el Medio Oriente, han propiciado la excesiva migración de musulmanes hacia suelo europeo, que huyen de sus países en busca de mejores condiciones de vida para ellos y su familia. Pero resulta que los problemas de los cientos de refugiados no acaban una vez huyen de las revueltas, pues llegando a suelo extranjero tienen que esconder sus costumbres y su religión para no ser catalogados como “terroristas”; eso, sumado al sentimiento xenófobo que se ha venido extendiendo en Europa. Por ejemplo: en Suecia, 17 asilos de refugiados fueron incendiados con la clara intención de provocar heridas o muertes entre los refugiados, y en algunos centros de acogida también se podían leer carteles como “Este es el último aviso. Dejen la ciudad. No sobrevivirán al invierno” o “Si no se marchan, morirán. Aquí no hay policía, podemos hacer lo que queramos con ustedes”; también, en Alemania grupos radicales atacaron una y otra vez un albergue de refugiados en Heidenau, una localidad cercana a Dresde, al grito de “fuera los extranjeros”. Y aunque la discriminación hacia los migrantes aún no se ha apoderado de toda Europa, lo cierto es que ha venido ganando adeptos, sobre todo de aquellos que sienten amenazado su puesto de trabajo por la ola de migración, de aquellos que catalogan a un musulmán como “terrorista” y, más que nada, de aquellos que sienten que los migrantes están “apoderándose del territorio nacional”.

Entonces es preciso preguntarse: Si los musulmanes no pueden permanecer en su tierra porque viven bajo metralla y amenaza y tampoco son bienvenidos en suelo extranjero debido a su idiosincrasia, ¿quién levantará una voz de auxilio por ellos?, ¿quién defenderá sus derechos? Si se extiende este sentimiento de repulsión hacia los musulmanes -como ya viene sucediendo- debido al remarcado acento que ponen los medios de comunicación en el hecho de que los grupos extremistas como ISIS profesan una religión diferente a la cristiana, se estará dejando indefensa a la comunidad del Norte de África y del Medio Oriente, provocándose, de esamanera, la aniquilación solapada de cientos de seres humanos que tienen como carga mortuoria el simple hecho de pensar diferente.

Es por eso que el ataque terrorista suscitado en Francia parece más planeado que casual, creado para desatar una bomba de repulsión y desconfianza hacia aquellos que profesan el Islam, causando que territorios como Siria o Palestina queden automáticamente aislados y, por tanto, a merced de las garras de gigantes como Estados Unidos o la OTAN, que llevan años queriendo infiltrarse en estos y otros países para poder controlar todos los recursos naturales y minerales que poseen.
Sólo así se explica que Fraçois Hollande haya decidido cerrar las fronteras de Francia, ejemplo que seguramente será seguido por sus congéneres europeos argumentando “la seguridad del país y de los ciudadanos”, cuando en realidad el atentando terrorista no ha sido más que una treta política que tiene la firme intención de aislar ideológicamente a ciertos países y que, desgraciadamente, ya se ha cobrado la vida de más de un centenar de personas. Pues, finalmente, ¿quién armó y entrenó, en primera instancia, a ISIS? Estados Unidos. Y,¿quién se beneficiaría de que el mundo entero dejará de sentir empatía por las tragedias que suceden en aquellas regiones musulmanas? Pues claramente, Estados Unidos o la OTAN, los cuales han estado, desde un principio, detrás de las mal llamadas “revueltas” que han sucedido en Libia, Siria, Egipto, etcétera.

Pero esta tragedia es también un llamado al despertar social, es una advertencia que nos dice que no debemos dejarnos embaucar, que debemos ser críticos para poder discernir la verdad enlanoticia que nosvenden,la navaja escondida en el pedazo de pan. Por ellos, solidaricémonos con los muertos en Francia pero también con los que día con día mueren en Palestina a mano de los israelíes o en Siria a manos de los rebeldes pagados por Estados Unidos. Pero, sobre todo, intentemos cada día construir un mundo en donde no existan divisiones ideológicas y de ningún tipo; como dijo el gran economista alemán Carlos Marx: “La historia no es ni hace nada; quien es y hace es el hombre”; bueno, ya es tiempo de que cambiemos la historia que hemos venido creando por una más justa para todos.