Ofrecen artesanos rarámuris palmilla transformada en arte

**Piden a cambio de un excelso ware de palmilla de sotol, apenas cuatro latas de sardina o tres kilos de arroz, un frasco de café o un litro de aceite.


Ofrecen artesanos rarámuris palmilla transformada en arte

La Crónica de Chihuahua
Mayo de 2017, 08:31 am

Ciudad Juárez, Chih.- Casi un día completo de trabajo artesanal proveniente de las manos tarahumaras de Martha Mendoza para hacer un ware, vale apenas cuatro latas de sardina o tres kilos de arroz, un frasco de café o un litro de aceite.

Aunque doce o catorce horas de su esfuerzo son tan sólo dos o tres bolsitas de frijol, ella no repara en ofrecer lo que en su natal Creel aprendió a hacer con tal de llevar a su mesa unos cuantos alimentos.

Como parte de una iniciativa que se llama Waretón, integrantes de la comunidad rarámuri exhiben en algunas sucursales de la cadena de supermercados S-Mart una muestra de las artesanías que elaboran con materiales como la palma de sotol.

Se trata de un trueque en el que las personas pueden llevarse jarrones, recipientes para guardar tortillas, semillas y productos a granel; manteles para decorar la mesa y otros artículos domésticos que forman parte de las cocinas mexicanas.

En la página oficial de la iniciativa impulsada por el Centro de Desarrollo Alternativo Indígena (CEDAIN), los coordinadores explican que esta es la tercera edición de la actividad, que permanecerá hasta el próximo lunes en ciertas sucursales de la tienda.

Algunas son López Mateos, Río Grande, Country, Ejército, Henequén, Durango, Parajes, Teresiano, Aztecas, Zaragoza, La Montada, Aeropuerto, La Cuesta, Pradera Dorada, Valle del Sol, Ponciano, La Curva, Independencia, Talamás, Torres, 16 de Septiembre y Américas.

Un ware (cesta tejida a mano) de 30 por 13 centímetros vale, por ejemplo, un frasco de café de 225 gramos, mientras que uno de 20 por 19 tiene un costo simbólico de cuatro kilos de frijol en su versión austera o ese alimento y más uno de sopa en una versión pintada.

Del mismo modo, cuatro latas de sardina hacen un “ware” doble de 25 por 10 centímetros y un kilo de lentejas más una lata de atún, uno de 16 por nueve.

Sin entender a detalle el español, Martha ofrece sus productos en la sucursal localizada dentro de un centro comercial en la zona Pronaf.

Ahí, la mujer de 21 años sonríe con timidez cuando alguien le pregunta sobre el proceso que sigue para elaborar las artesanías que tiene en exhibición, pero agradece con seguridad cuando alguien se lleva una de ellas.

“Estamos pidiendo lo que sea: aceite, frijoles, azúcar, arroz y dinero, también”, explica. “Son cosas que hacemos en la comunidad. Una canastita duramos haciéndola como un día entero. Es difícil. Mucho trabajo porque es del sotol, un material que agarramos del monte en Creel”.

Marina Montes, cliente del supermercado, intercambió productos de su despensa por un tortillero y se dijo cautivada por la habilidad con que estos artesanos doblan el material para transformarlo en objetos cotidianos.