No se puede mantener secuestrado el futuro de Cuba por lo que sucedió en el pasado: Obama

Discurso de Obama


No se puede mantener secuestrado el futuro de Cuba por lo que sucedió en el pasado: Obama

La Crónica de Chihuahua
Julio de 2015, 14:54 pm

El presidente Obama se congratuló hoy por el inicio de un “nuevo capítulo” en las relaciones Cuba y Estados Unidos, al confirmar que EE.UU. y Cuba abrirán sus respectivas capitales a finales de este mes, mientras las relaciones diplomáticas quedan restablecidas formalmente entre los dos países por primera vez en más de 50 años.

“Hace más de 54 años, en el apogeo de la Guerra Fría, Estados Unidos cerró su embajada en La Habana. Hoy puedo anunciar que Estados Unidos se ha comprometido a restablecer formalmente las relaciones diplomáticas con la República de Cuba y volverán a abrirse embajadas en nuestros respectivos países”, dijo el Presidente en el Rose Garden de la Casa Blanca.

“Este es un paso histórico hacia adelante en nuestros esfuerzos para normalizar las relaciones con el gobierno y el pueblo cubanos y comenzar un nuevo capítulo con nuestros vecinos en América Latina”, agregó el presidente.

“Es un anuncio histórico”, añadió al intervenir en directo por televisión, y “una demostración más de que no tenemos que estar encarcelados por el pasado.”

El presidente Obama confirmó que el secretario de Estado John Kerry viajaría a La Habana para “orgulloso levantar la bandera estadounidense en nuestra embajada una vez más.”

Obama anunció su intención de seguir adelante con la restauración de los lazos entre los dos países.

Obama pide el levantamiento del bloqueo

instó al Congreso de su país a que “escuche al pueblo cubano y al pueblo estadounidense” y empiece a trabajar para levantar el bloqueo que pesa sobre Cuba.

“Pido al Congreso que dé pasos necesarios para levantar el embargo que impide a los americanos viajar a Cuba (…) Hay estadounidenses que quieren viajar a Cuba. Hay empresas estadounidenses que quieren invertir en Cuba”, declaró el mandatario estadounidense.

Reconoció que “la política de aislamiento no funcionó”.

Obama resaltó que ese paso es “más que alzar las banderas, que es algo simbólico” y celebró que “la opinión pública de ambos países” respalde las negociaciones, aunque admitió que entre ambos gobiernos habrá “profundas diferencias”.

Kerry desde Viena

El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, aseguró en Viena que la reapertura de embajadas entre su país y Cuba se produce gracias a una decisión “personal” del presidente Barack Obama de cambiar “una política que no funcionaba y que ha estado sin funcionar demasiado tiempo”.

Kerry reconoció que entre Washington y La Habana sigue habiendo “agudas diferencias” , pero que ambos países han identificado también áreas de cooperación, como la protección medioambiental, la emigración o las telecomunicaciones.

La reapertura de las Embajadas supone “un importante paso en el camino de restaurar plenamente las relaciones entre EU y Cuba, que llega un cuarto de siglo después del fin de la guerra fría y reconoce la realidad de que las circunstancias han cambiado”.

“Este cambio ha sido postergado por demasiado tiempo y la respuesta de la comunidad internacional ha reflejado la bienvenida que todo el mundo ha dado a este paso“, indicó.

El jefe de la diplomacia estadounidense aplaudió a Obama y al presidente cubano, Raúl Castro, por haber acordado que “concentrarse en los temas y posibilidades del futuro es mucho más productivo que quedarse anclado en el pasado”.

“Las cosas pueden cambiar” y el “liderazgo puede marcar diferencias” , declaró Kerry, que está en Viena participando en la ronda decisiva de negociaciones para cerrar un acuerdo con Irán.

Kerry anunció que tomará parte personalmente este verano en la reapertura de la sede diplomática de Washington en La Habana, cerrada desde 1961.

Su viaje a la isla caribeña, recordó, será el primero de un secretario de Estado de Estados Unidos desde 1945.

Palabras del Presidente de EEUU Barack Obama sobre el reinicio de las relaciones diplomáticas con Cuba, en el Rose Garde, de la Casa Blanca.

EL PRESIDENTE: Buenos días a todos. Por favor, tomen asiento.

Hace más de 54 años, en medio de la guerra fría, Estados Unidos cerró su embajada en La Habana. Hoy, puedo anunciar que Estados Unidos ha acordado restablecer formalmente sus relaciones diplomáticas con la República de Cuba, y volver a abrir embajadas en nuestros respectivos países. Se trata de un paso histórico en nuestros esfuerzos por normalizar las relaciones con el gobierno y el pueblo cubano y empezar un nuevo capítulo con nuestros vecinos de las Américas.

Cuando Estados Unidos cerró nuestra embajada en 1961, creo que nadie pensó que pasaría más de medio siglo antes de que se volviera a abrir. Después de todo, nuestras naciones están separadas por tan solo 90 millas, y hay lazos muy estrechos de familias y amigos entre nuestros pueblos. Pero ha habido diferencias de significancia profunda y real entre nuestros gobiernos y a veces nos dejamos atrapar por una cierta forma de hacer las cosas.

Para Estados Unidos eso significó aferrarse a una política que no funcionaba. En lugar de apoyar la democracia y las oportunidades para el pueblo cubano, con el paso del tiempo nuestros esfuerzos por aislar a Cuba, a pesar de las buenas intenciones, tuvieron un efecto opuesto — cimentando el statu quo y aislando a Estados Unidos de nuestros vecinos en este hemisferio. El progreso que logramos hoy es una prueba más de que no tenemos que ser prisioneros del pasado. Cuando algo no funciona podemos cambiarlo y lo cambiaremos.

El diciembre pasado, anuncié que Estados Unidos y Cuba habían decidido tomar medidas para normalizar nuestra relación. Como parte de ese esfuerzo, el Presidente Raúl Castro y yo pedimos a nuestros equipos que negociaran el restablecimiento de las embajadas. Desde entonces, nuestro Departamento de Estado ha trabajado arduamente con sus homólogos en Cuba para alcanzar ese objetivo. Y posteriormente este verano, el Secretario Kerry viajará a La Habana para izar formalmente y con orgullo la bandera estadounidense sobre la embajada una vez más.

Este acto no es meramente simbólico. Con este cambio, podremos aumentar considerablemente nuestro contacto con el pueblo cubano. Tendremos más personal en nuestra embajada, y nuestros diplomáticos podrán participar de manera más extensa a en toda la isla. Esto incluirá al gobierno cubano, la sociedad civil y los ciudadanos cubanos que buscan alcanzar una vida mejor.

Con respecto a los temas de interés común, como el antiterrorismo, la respuesta ante desastres y el desarrollo, encontraremos formas nuevas de cooperar con Cuba. Y he dejado claro que también seguiremos teniendo diferencias muy serias. Que incluyen el apoyo duradero de Estados Unidos por los valores universales, como la libertad de expresión y asociación, y el acceso a la información. Y no dudaremos en protestar cuando veamos que se actúa de manera contradictoria a esos valores.

No obstante, creo con firmeza que la mejor forma que tiene Estados Unidos de apoyar nuestros valores es a través del compromiso. Por eso ya hemos tomado medidas para permitir más viajes, contacto interpersonal y lazos comerciales entre Estados Unidos y Cuba. Y seguiremos haciéndolo de aquí en adelante.

Desde diciembre ya hemos visto mucho entusiasmo hacia este nuevo enfoque. Líderes a través de las Américas han demostrado su apoyo por el cambio en nuestra política; lo escucharon ayer, cuando lo expresó la Presidenta Dilma Rousseff. Las encuestas de opinión pública en los dos países revelan mucho apoyo por este compromiso. Un cubano dijo, “he estado preparado para esto toda mi vida”. Y otro dijo, “es como un trago de oxígeno”. Una maestra cubana dijo sencillamente: “somos vecinos. Ahora podemos ser amigos”.

Aquí en Estados Unidos, hemos visto el mismo entusiasmo. Hay estadounidenses que quieren viajar a Cuba y empresas que quieren invertir en Cuba. Universidades de Estados Unidos que quieren asociarse con Cuba. Ante todo, hay estadounidenses que quieren llegar a conocer a sus vecinos al sur. Y mediante ese compromiso, también podemos ayudar al pueblo cubano a mejorar sus propias vidas. Un cubano americano tenía la esperanza de “reunir a las familias y abrir las vías de comunicaciones”. Otro dijo simplemente: “no se puede mantener secuestrado el futuro de Cuba por lo que sucedió en el pasado”.

Y de esto se trata: una decisión entre el futuro y el pasado.

Los estadounidenses y los cubanos por igual están listos para avanzar. Considero que es hora de que el Congreso haga lo mismo. Le he pedido al Congreso que tome medidas para levantar el embargo que evita que los estadounidenses hagan negocios con Cuba. Ya hemos visto que miembros de ambos partidos han comenzado este trabajo. Al fin y al cabo, ¿por qué se iba a oponer Washington a la voluntad de su propio pueblo?

Sí, están quienes quieren dar marcha atrás al reloj y redoblar una política de aislamiento. Pero ya es más que hora de que nos demos cuenta de que este enfoque no funciona. Lleva cincuenta años sin funcionar. Cierra las puertas de Estados Unidos al futuro de Cuba y solo empeora las vidas del pueblo cubano.

Entonces me gustaría pedirle al Congreso que escuche al pueblo cubano. Que escuche al pueblo estadounidense. Que escuche las palabras de un cubano americano orgulloso, Carlos Gutiérrez, quién hace poco habló en contra de la política del pasado, diciendo: “Me pregunto si los cubanos que tienen que ponerse en fila durante horas bajo el sol ardiente de La Habana para conseguir las necesidades más básicas sienten que ese enfoque les ayuda”.

Por supuesto, nadie espera que Cuba se transforme de la noche a la mañana. Pero creo que el compromiso Estadounidense – mediante nuestra embajada, nuestras empresas, y ante todo, nuestro pueblo – es la mejor manera de representar nuestros intereses y apoyar la democracia y los derechos humanos. Una y otra vez, Estados Unidos ha demostrado que parte de nuestro liderazgo en el mundo se basa en nuestra capacidad de cambiar. Es lo que inspira al mundo a alcanzar algo mejor.

Hace un año tal vez habría parecido imposible que Estados Unidos tuviera una vez más su bandera y sus barras y estrellas volando sobre la embajada en La Habana. Así es el cambio.

En enero de 1961, el año en el que nací, cuando el Presidente Eisenhower anunció el fin de nuestras relaciones con Cuba, dijo: “espero y confío que en un futuro no muy lejano sea posible que la amistad histórica entre nosotros encuentre su reflejo en relaciones normales de todo tipo”. Bueno, ha tomado tiempo, pero considero que ha llegado la hora. Y que nos espera un futuro mejor.

Muchas gracias. Y quiero agradecer a algunos de mi equipo que trabajaron con diligencia para que esto suceda. Ellos están aquí. No siempre se les reconoce. Estamos muy orgullosos de ellos. Buen trabajo.