Ni hablar, somos el estado más violento

**Las estadísticas publicadas el lunes pasado muestran al estado de Chihuahua como la entidad que siempre está en los primeros lugares en el delito de homicidio.


Ni hablar, somos el estado más violento

La Crónica de Chihuahua
Julio de 2015, 21:22 pm

Por: Alejandro Salmón Aguilera/ ahoramismo.mx

No cómo ayudarnos. El INEGI nos acaba de exhibir tal cual somos: un estado violento. Las estadísticas publicadas el lunes pasado muestran al estado de Chihuahua como la entidad que siempre está en los primeros lugares en el delito de homicidio, y que pese a lo que dice la propaganda oficial, sus cifras actuales siguen siendo de alarma.

Las estadísticas en cuestión indican que, desde el año 2007, Chihuahua tiene la segunda tasa de homicidios más alta del país. En ese entonces, era de 15 por cada 100 mil habitantes, y estamos hablando de una época cuando la cantidad de asesinatos ocurridos en la entidad era cuatro veces menor a la actual. Esa tasa era cinco veces más alta que la de Yucatán, el estado con menor incidencia de homicidios.

Las cifras muestran también cómo el poco respeto por la vida humana se disparó -literalmente- a partir del año 2008, cuando empezaron las operaciones coordinadas entre ejército, policías federales, estatales y municipales contra la delincuencia organizada.

Una movilización de 10 mil efectivos, según lo informaban partes oficiales en aquel 2008, vendría a poner paz y orden al estado de Chihuahua y particularmente a Ciudad Juárez, donde estaba la parte más fuerte de la refriega entre las bandas del crimen organizado. Nadie sabe con exactitud si en verdad llegaron los 10 mil soldados y policías federales, lo cierto es que a partir de entonces Chihuahua ocupa el primero o el segundo lugar en homicidios, tanto en números absolutos como en tasa por cada 100 mil habitantes.

Ahí están las cifras y que conste que el INEGI las procesó a partir de los datos proporcionados por los gobiernos de las entidades federativas: Chihuahua pasó de 15 homicidios por 100 mil habitantes en el 2007, a 76 en el 2008, cuando las calles ya estaban llenas de soldados y policías de todos los signos. Es decir, que la tasa de asesinatos creció cinco veces en sólo un año.

Lo que siguió entre el 2008 y la actualidad es ya parte de la historia: más de mil homicidios por año desde ese entonces. Siempre en primer lugar en cantidad total de víctimas de ese delito, superado por una entidad como el Estado de México que tiene tres veces más población, o por Guerrero, cuya descomposición se parece mucho a la de Chihuahua.

Una vez más, las cifras nos ponen frente al espejo y dejan mal parado al discurso oficial, ese que nos habla de una recuperación de la tranquilidad y de las condiciones para llevar una vida tranquila. La cantidad de personas que mueren en actos violentos es alarmante aún, diga lo que diga el gobierno en turno. No hay razón para celebrar, más bien la hay para actuar y para procurar justicia a las familias de esas 24 mil 294 personas que han muerto de forma violenta en los últimos ocho años.