Ni Pachuca ni sus recursos son de la presidenta municipal; ni San Felipe es propiedad de su alcalde

**La verdad es que es de risa loca el nivel de este funcionario, en primer lugar, porque él sabe perfectamente que todos son sus vecinos; los conoce, como él mismo se los ha dicho cuando los ha amenazado en su cara al ir ellos a la presidencia.


Ni Pachuca ni sus recursos son de la presidenta municipal; ni San Felipe es propiedad de su alcalde

La Crónica de Chihuahua
Mayo de 2018, 08:33 am

Por Guadalupe Orona Urías
Dirigente estatal del Movimiento
Antorchista en Hidalgo

En ocasiones siento cierto desconcierto y hasta un poco de pereza para escribir cuando me siento obligada a tener que responder a obviedades y disparates, pero ni modo, a veces tenemos que hacerlo, sobre todo cuando hay quien nos quiera aplicar el adagio popular de que “el que calla otorga”; así que volveré a ocuparme, en contra de mi voluntad y de mis deseos, nuevamente, de dos alcaldes panistas: la presidenta de Pachuca, Yolanda Tellería Beltrán y el de San Felipe Orizatlán, Raúl Valdivia.

En el primer caso, como conoce bien la opinión pública, desde hace casi dos años los pachuqueños organizados en el Movimiento Antorchista han venido solicitando a la alcaldesa se digne atender las necesidades más urgentes de cerca de 50 colonias populares de su demarcación, a lo que de manera reiterada se ha negado, con el manido argumento, como lo señalé en colaboraciones anteriores, de la falta de recursos, y ante este argumento también precisé que de acuerdo con las declaraciones de la propia presidenta municipal, Pachuca, se dijo, tendrá un presupuesto asignado de 828 millones de pesos, más lo que sume por otros ingresos como cobro de predial, licencias comerciales, infracciones, etc., de los cuales sólo asignó la ridícula cantidad de 28 millones de pesos para obra de infraestructura básica; también mencionaba que francamente era irrisorio que una alcaldía como Pachuca, capital de nuestro estado, presumiera que en el año 2017 se habían realizado la fabulosa cantidad de ¡32 obras! (el municipio de Chimalhuacán, Estado de México, gobernado por Antorcha, pavimenta en promedio una calle diaria). Pues bien, como también lo conoce la opinión pública informada, ante la negativa permanente para atender, y sobre todo resolver, las demandas de los antorchistas pachuqueños, el pasado martes 24 de abril, haciendo uso del derecho constitucional de manifestación, se llevo a cabo una marcha por las principales avenidas de la ciudad, que culminó en un plantón indefinido ante las puertas de la Casa Rule, sede del ayuntamiento, plantón que hasta el momento no ha encontrado respuesta por parte de las autoridades. Y ante la manifestación y el plantón, la alcaldesa, sólo se dignó a declarar ante la prensa, su versión y desdén hacia las clases populares que dice gobernar. Veamos:

Lo primero que les espetó a los periodistas es que: “Pachuca no es Antorcha”. Cierto, señora presidenta, y jamás hemos sufrido ni por equivocación un arranque de soberbia de tal tamaño, y tampoco nos hemos arrogado ese mérito o intención, sólo pretendemos que se atiendan las necesidades de habitantes de más de 50 colonias populares, que se atienda y de solución a las elementalísimas peticiones planteadas por los más de 10 mil habitantes de la capital, gobernados por usted, y afiliados al Movimiento Antorchista; nada más, pero nada menos. Pero, permítaseme decir que tampoco, ni Pachuca, ni su presupuesto, son de la presidenta municipal, aunque siga la línea de su antecesor de vender las calles a la empresa dueña de los parquímetros. Enseguida, la presidenta señala, de acuerdo con las versiones periodísticas, que: “los antorchistas se cierran al diálogo y que exigen acuerdos pactados en otras administraciones”. Los mismos medios de comunicación son testigos del sinfín de ocasiones que acudieron diversas comisiones a la presidencia y en todas esas ocasiones, o no se les atendió o no se les resolvió; incluso, en la última audiencia, a la que asistí en mi carácter de dirigente estatal y a la que fui convocada por la propia alcaldesa, simplemente, la presidenta no llegó, nos dejó plantados; ahora resulta que quienes nos negamos al diálogo somos los antorchistas, cuando somos nosotros, la parte peticionaria y más débil, la que siempre está dispuesta al diálogo, pero un diálogo productivo, con soluciones, no estéril, cargado de justificaciones. En relación a que exigimos el cumplimiento de acuerdo pactados en otras administraciones, es una verdad a medias, pues lo que no dice, es que fueron ratificados por ella, y los hizo suyos; por lo tanto, los debe cumplir. Sigamos: dice que “exigimos la pavimentación de una calle que sube a la 20 de noviembre” ¡Sic! En las colonias donde existen agremiados de Antorcha, no tenemos ninguna que se llame “20 de noviembre”. Es decir, ni siquiera se ha molestado en conocer bien las demandas de los antorchistas y recorrer y conocer las colonias del municipio que gobierna y, sobre todo, sus necesidades… así las cosas.

Del segundo caso, San Felipe Orizatlán. El presidente municipal, Raúl Valdivia ha llegado hasta la estulticia para desvirtuar al Movimiento Antorchista y las demandas que sus gobernados le exigen que atienda: en el diario Zunoticia del pasado 27 de abril, a ocho columnas, se lee: “Manifestantes de Antorcha, pagados: Raúl Valdivia”... “los antorchistas nos son de Orizatlán y son pagados para su manifestación por el actor político que ustedes ya saben…quieren llevarse la lana de San Felipe para ocuparla en eventos de Michoacán, Oaxaca, Guerrero, hay dinero para la gente del municipio, no para gente que venga de otros estados”. Y podemos mencionar otras lindezas que señala el acalde en la nota periodística de referencia, además de “mostrar” una fotografía donde una mujer recibe dinero de manos de un individuo. La verdad es que es de risa loca el nivel de este funcionario, en primer lugar, porque él sabe perfectamente que todos son sus vecinos; los conoce, como él mismo se los ha dicho cuando los ha amenazado en su cara al ir ellos a la presidencia, o bien cuando los ha mandado amedrentar a sus casas para que desistan de estar con Antorcha; que son pagados… ¡por Dios!, es la mayor estupidez que he escuchado en los últimos días. Cree el señor, que como el león, todos son de su condición; seguro que así hizo él para ganar la presidencia municipal y esa foto que muestra es muy probable que sea de los pagos que mandaba realizar. Dice que los antorchistas se “quieren llevar la lana de San Felipe…” Pues no entiendo cómo, porque en primer lugar lo que pedimos los antorchistas son obras, no dinero, así que no sé como se podrán cargar los tubos de un drenaje o los postes de la luz para ocuparlos en eventos en otros estados. Al final reconoce que hay dinero en San Felipe, así que lo único que le pedimos al señor alcalde es que lo use en la realización de obra pública para sus gobernados y entre ellos están, obviamente, los antorchistas de San Felipe.

Finalmente, una nota amable: parece que al fin alrededor de 2,000 productores agrícolas del Valle del Mezquital, organizados en el Movimiento Antorchista, podrán contar ya con la semilla mejorada para su siembra y con el apoyo del fertilizante gestionado ante el gobierno del estado.