Negligencia provocó masivo desastre ambiental

**Cinco etapas de dos fraccionamientos están contaminadas con metales pesados; 3 mil habitantes expuestos **Santa Elena y Laderas de San Guillermo


Negligencia provocó masivo desastre ambiental

La Crónica de Chihuahua
Octubre de 2010, 09:29 am

Froilán Meza Rivera
Octubre de 2010, 09:29 am

CHIHUAHUA, CHIH.— El Instituto de la Vivienda (IVI) sigue construyendo nuevas etapas del fraccionamiento Laderas de San Guillermo, sobre la misma capa de suelo contaminado con metales pesados sobre la que edificó Aquiles Serdán (Santa Elena) y la primera etapa de Laderas.

La negligencia alcanzó ya a alrededor de 3 mil habitantes de estas comunidades del municipio de Aquiles Serdán, quienes se encuentran expuestos al contacto diario con residuos de metales pesados, lo que pone en peligro su salud. Ninguna autoridad ha tomado cartas en este delicado asunto, y los daños a la salud de las familias es incalculable.
Así lo denunciaron científicos locales, quienes responsabilizaron por envenenamiento masivo de la sangre de los colonos, al Instituto de la Vivienda.

César Modesto Valdez, experto en proyectos ambientales, señaló que, a pesar de que desde el 2006 le fue señalado el peligro a que se está exponiendo a la población de los dichos desarrollos, y a pesar también de que él lo reconoció plenamente, el anterior director del IVI Antonio Peña García, se empeñó en construir sobre la tierra contaminada.

El funcionario estatal respondió, cuando se le preguntó la razón por la que había arrojado la capa de residuos tóxicos en un tiradero al aire libre, diciendo que simplemente ninguna autoridad federal disponía de un basurero especializado, y que a él no le quedó otra opción.

El descubrimiento de la capa de terreno contaminado fue hecha por los habitantes de estos fraccionamientos, hace más de cuatro años, en febrero de 2006, a raíz de que el Instituto de la Vivienda inició los trabajos y las excavaciones para un nuevo desarrollo habitacional, enseguida de Santa Elena, denominado Laderas de San Guillermo. En el barranco que resultó de las nuevas excavaciones se apreció claramente la capa amarilla de más de medio metro de espesor.

CAPA DE RESIDUOS DE METALES PESADOS

Se trata de una capa de casi un metro de terreno contaminado con residuos peligrosos provenientes de los “jales” o cerros de desechos del beneficio de metales pesados de San Guillermo, que está en las cercanías.

El maestro en Ciencias especialista en Geología, Carlos García Gutiérrez, por su parte, señaló que el principal contaminante es el hierro, en forma de óxidos y sulfuros, pero que están también presentes en este terreno compuestos de metales pesados, como el plomo y el zinc.

Refirió el científico que, según estudios de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), los metales pesados más peligrosos para la salud son el plomo, el mercurio, el cadmio, el arsénico, el cobre, zinc y cromo. “Estos metales —dijo— se encuentran naturalmente en el suelo en cantidades mínimas, y presentan pocos problemas. Pero cuando están concentrados en áreas determinadas, constituyen un serio peligro. El arsénico y el cadmio, por ejemplo, pueden causar cáncer. El mercurio puede causar mutaciones y daños genéticos, mientras que el cobre, el plomo y el mercurio pueden ocasionar lesiones cerebrales y óseas”.

El terreno de Santa Elena, y todo el llano que se encuentra entre el poblado de San Guillermo y el CERESO, se ha contaminado con el deslave del material de los llamados “jales” de la planta de beneficio de metales, que están en las inmediaciones y que se acumularon durante casi 80 años.

Apenas hace unos cinco meses, en el mismo llano se inició la edificación de una tercera etapa de Laderas de San Guillermo, justo atrás del CERESO, y las viviendas ya se empezaron a vender. Cabe resaltar que este nuevo desarrollo se encuentra en el camino natural del desagüe de los “jales” de San Guillermo.

EL PROBLEMA EN TODA SU EXTENSIÓN

El Instituto de la Vivienda (IVI) removió 40 centímetros de suelo contaminado con metales pesados en las 390 hectáreas donde se desarrolló la primera etapa del fraccionamiento Laderas de San Guillermo, sin haber seguido los mínimos protocolos para el manejo de residuos peligrosos.

Durante diez días del mes de diciembre de 2006, los constructores contratados para la obra del nuevo desarrollo habitacional, excavaron con motoconformadoras el suelo contaminado. Transportaron en camiones de volteo la tierra, y la amontonaron, sin precaución de ninguna especie, y en un área densamente poblada, en seguida de los montones de escoria (los “jales” históricos) del poblado de San Guillermo, distantes apenas 300 metros de este lugar.

Pero ¿qué información es la que debe el Instituto de la Vivienda a las personas que respiraron, y respiran, la tierra contaminada?

Falta en primer lugar, un Estudio de Impacto Ambiental, y falta también un proyecto formal y autorizado por la autoridad federal (Semarnat) para la disposición de los varios miles de toneladas de desechos tóxicos.

El artículo 11 del Reglamento de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al ambiente, establece que quien ejerza en la práctica el manejo o disposición de residuos peligrosos, “deberá presentar a la Secretaría la manifestación de impacto ambiental prevista en el artículo 28 de la Ley, de conformidad con el procedimiento señalado en el Reglamento de Impacto Ambiental”.

El IVI simplemente excavó en el terreno del nuevo fraccionamiento, sin haber estabilizado la capa contaminada con el deslave de los jales del beneficio metalero de San Guillermo.

La remoción al aire libre y el transporte sin precauciones de los residuos peligrosos, son constitutivos de varios delitos ambientales de carácter federal, así como violatorios de disposiciones estatales, señaló el maestro en Hidrología y ambientalista César Modesto Valdez. “Porque simplemente no se deben crear asentamientos humanos encima de residuos peligrosos”.

EL ORIGEN DE LOS CERROS DE ESCORIA

¿Cuál fue el origen de los cerros de escoria (“jales”) de San Guillermo? ¿Qué metales se procesaron ahí para su beneficio?

El Consejo de Recursos Minerales, en sus "Monografías Geológico-Mineras", consigna que, hasta el año de 1969, según la Tesis de Fernando De la Fuente Lavalle, la producción minera de la Mina El Potosí, fue la siguiente:
Del año 1707 hasta 1967, se extrajeron 32 millones 500 mil toneladas en total de mineral.
*De plata, se recuperaron en total 11 millones 600 mil toneladas, también hasta el año de 1967.
*De plomo, 2 millones 536 toneladas
*De zinc, 1 millón 491 toneladas
De estroncio, 4 mil toneladas.
Se registró la producción también de 700 toneladas de vanadio, 2 mil 400 toneladas de cobre, y una tonelada de oro.

El beneficio de minerales de la Potosí Mining Company (posteriormente Industrial Minera México) en el poblado de San Guillermo, se realizaba en dos plantas concentradoras con las características siguientes:
PLANTA I: con una capacidad instalada de 900 toneladas por día, procesaba mineral proveniente de la zona de San Antonio.
PLANTA II: capacidad nominal de 2,000 toneladas por día, pero solamente se procesaban 300 toneladas por día. Esta planta trataba mineral exclusivo de la mina El Potosí.
El proceso metalúrgico empleado fue el de flotación selectiva.

EL DESASTRE

El terreno de Santa Elena, y todo el llano que se encuentra entre el poblado de San Guillermo y el Cereso, se ha contaminado con el deslave del material de los llamados “jales” de la planta de beneficio de metales, que están en las inmediaciones y que se acumularon durante casi 80 años.

Efraín Arrieta Meléndez, habitante de la vecina colonia Santa Elena, contigua a los trabajos, fue testigo de “la polvadera” que hicieron al excavar y transportar la tierra en camiones de volteo. Y fue él quien inicialmente hizo la denuncia cuando descubrió que, frente a su casa quedó al descubierto una capa de tierra amarilla de alrededor de un metro de espesor. En una inspección por Santa Elena, esa capa sobresale en todos los patios y es visible en los parquecitos de la colonia.

“Aquí nos llegó todo el polvo, oiga, y nomás pasaban por aquí los dompes todo el día, y se nos ensuciaba la ropa en los tendederos, y teníamos que respirar ese polvo, yo creo que es dañino, porque tiene metales”, dijo Arrieta, quien habita en la primera calle de Santa Elena.

¿Cuáles son los compuestos químicos y los metales que contaminaron el suelo aquí?
De acuerdo al especialista en Geología Carlos García Gutiérrez, el principal contaminante presente en estos terreno, es el hierro, en forma de óxidos y sulfuros, así como compuestos de metales pesados, como el plomo y el zinc. Se acumulan en esta capa de terreno, asimismo, fluorita (fluoruro de calcio), galena (sulfuro de plomo), y otros derivados del plomo y del zinc. Otro contaminante es el arsénico, indicó el maestro García Gutiérrez, “porque las piritas de Santa Eulalia, que se procesaban aquí, son piritas arsenicales, o arsenopiritas”. En menor cantidad, dijo, está el cadmio. “El arsénico y el flúor son sumamente peligrosos para la salud, y lo son también el plomo, que se acumula en la sangre, igual que el zinc”.

La autoridad de vivienda no sólo no se preocupó en registrar ningún protocolo para deshacerse de los residuos tóxicos, sino que realizó el transporte en camiones abiertos y con desprendimiento de polvo de manera libre.

DELITOS AMBIENTALES

El artículo 12 del reglamento citado, establece:
“Las personas autorizadas conforme al artículo 10 de este Reglamento, deberán presentar, previo al inicio de sus operaciones:
“I.- Un programa de capacitación del personal responsable del manejo de residuos peligrosos y del equipo relacionado con éste;
“II.- Documentación que acredite al responsable técnico; y
“III.- Un programa para atención a contingencias.
Artículo 13. El generador podrá contratar los servicios de empresas de manejo de residuos peligrosos, para cualquiera de las operaciones que comprende el manejo. Estas empresas deberán contar con autorización previa de la Secretaría y serán responsables, por lo que toca a la operación de manejo en la que intervengan, del cumplimiento de lo dispuesto en el Reglamento y en las normas técnicas ecológicas que de él se deriven”.

Más aún:
“Artículo 23. Para transportar residuos peligrosos a cualquiera de las instalaciones de tratamiento o de disposición final, el generador deber adquirir de la Secretarla, previo el pago de los derechos que correspondan por ese concepto, los formatos de manifiesto que requiera para el transporte de sus residuos.
“Artículo 36. La disposición final de los residuos peligrosos generados en la industria minera se efectuará en presas de jales y de conformidad con lo dispuesto en las normas técnicas ecológicas correspondientes.
Las presas de jales podrán ubicarse en el lugar en que se originen o generen dichos residuos, excepto arriba de poblaciones o de cuerpos receptores ubicados a una distancia menor de 25 kilómetros que pudieran resultar afectados”.

Nada, nada de lo anterior fue cumplido por el IVI ni por la empresa que se encuentra construyendo el fraccionamiento Laderas de San Guillermo.