Muy niños para tener sexo

**Los estímulos sexuales, muy frecuentes en la sociedad actual, influyen en la sexualidad de los jóvenes.


Muy niños para tener sexo

La Crónica de Chihuahua
Agosto de 2014, 22:47 pm

Por lo general, los jóvenes promiscuos han sido víctimas de abuso sexual o una exposición excesiva a la pornografía.

Los tiempos han cambiado. Los chicos y chicas del siglo XXI tienen un despertar sexual mucho más temprano que en los viejos tiempos.

Hoy, a los 11 o 12 años de edad, algunos de ellos son sexualmente activos, corriendo el riesgo de caer en la promiscuidad.

¿A qué se debe esto?

"Existen varias causas, y entre los factores predisponentes más importantes se encuentran: las reacciones ante el sentimiento de abandono de los propios padres, la baja autoestima, la pérdida de la privacidad como valor, el consumo de tóxicos y la ausencia de un proyecto claro de vida", explica la sexóloga Myriam Balbela, especializada en modificaciones de conducta en salud.

Ante la falta de un proyecto de vida, el adolescente o la adolescente sustituye esta carencia por un plan fantaseado en pareja, ahonda la psicóloga, radicada en Los Ángeles.
"La carencia del afecto familiar se oculta bajo una sexualidad prematura, buscando en una o múltiples parejas, lo que sus padres no le han dado. Juegan a ser adultos".
La sociedad también cuenta

Los valores de la actual sociedad también influyen. Según Barbela, el precoz desarrollo físico y psicológico de los jóvenes de hoy se debe también a la actual sociedad, con cambios acelerados y no controlados, que los lleva a tener comportamientos de índole sexual en disonancia con su edad.

"Los niños y jóvenes de hoy viven en una sociedad con estímulos sexuales por todos lados. Los avisos publicitarios, las películas, las revistas y los shows televisivos tienen que ver con sexo. Y la realidad es que, ante esto, quiera o no, el cuerpo joven o no joven se excita", sostiene la psicóloga Rebecca Peterson, con consulta privada en Sherman Oaks.

El mundo ’on line’ se suma

Los "nuevos adolescentes", usuarios del mundo "on line", tienen un concepto de intimidad totalmente diferente.

"Ellos están habituados a encontrarse imágenes de parejas teniendo sexo y personas solas desnudas, posando en el teléfono o por internet. Exponer su cuerpo no es paralizante y se vuelve fácil compartirlo con otra persona", dice Balbela.

"Son más incautos, no tienen percepción del riesgo, creen en lo que se les presenta virtualmente e ignoran que la inmediatez de las nuevas tecnologías les hace perder el control de su intimidad sin tener tiempo para la reflexión. El acto sexual pasa a ser algo divertido que se puede hacer público y con cualquiera".

¡A mantenerlos ocupados!

La curiosidad sexual en un joven o una joven que está experimentando los cambios hormonales es enorme. Por ello, Peterson recuerda a los padres la importancia de mantener a los chicos de ambos sexos ocupados.

"Para eso están las actividades deportivas y artísticas; así como los grupos juveniles de las comunidades, las escuelas o las iglesias", dice la psicoterapeuta. "Lo importante es ese joven o jovencita que está con las hormonas a mil, tenga su mente ocupada y descarge toda esa energía con alguna actividad divertida, que vaya con su edad"

Consejos para ayudar a los hijos

Ser un modelo coherente entre lo que se dice y lo que se hace. Si los padres son infieles, si cambian frecuentemente de pareja, si en la casa es fácil ver pornografía, si se aplauden las relaciones de violencia de género, etc., este tipo de padres se encontrarán sin el arma principal para educar a sus hijos: el ejemplo.

Recortar el tiempo de soledad de sus hijos y hacerles más compañía.

Apoyarlos en su proyecto de vida, ayudándolos en sus planes del futuro.

A los chicos y chicas que tienen como juego excitar a sus novias o novios y no llegan al acto sexual, Barbela les aconseja:

“No inicies el proceso de excitación si no vas a participar del final. Esto es una conducta con características atípicas hacia la otra persona, que puede revertirse negativamente en tu contra. Este tipo de juego es peligroso. Puede llegar a la violencia, desde una violación hasta golpes.

No dar el primer paso, porque el “parar” puede escapar a tu control y te expones a un acto violento. El procedimiento de seducción siempre comienza con un beso, después otro beso largo y apasionado, el tocamiento por encima de la ropa, después en directo sobre los órganos genitales y la excitación ya se hizo presente. Si dejaste llegar hasta ese punto, ya es muy difícil parar sin consecuencias desagradables.