Mucho Congreso de Trabajo, poca defensa del trabajador

**Las personas que se emplean para algún patrón han visto decaer su ingreso durante los últimos dos años, justamente, el mismo período en el que ha crecido la generación de empleos.


Mucho Congreso de Trabajo, poca defensa del trabajador

La Crónica de Chihuahua
Febrero de 2016, 20:15 pm

Por: Alejandro Salmón Aguilera/ ahoramismo.mx

Ahora que el Gobierno de Chihuahua está vestido de gala por ser la sede del Congreso Mundial del Trabajo “Seguridad Social y Productividad, bien vale la pena echar un ojo a la situación en la que se encuentran los derechos de las trabajadoras -especialmente ellas- y los trabajadores.

Más allá del discurso autocomplaciente, el que dice que ha instaurado un régimen basado en la “ética y los principios”, las personas que se emplean para algún patrón han visto decaer su ingreso durante los últimos dos años, justamente, el mismo período en el que ha crecido la generación de empleos hasta alcanzar niveles históricos.

Nada más por la depreciación del peso frente al dólar estadounidense las trabajadoras de Chihuahua, particularmente las del sector maquilador, y los trabajadores también, vieron cómo su salario se redujo en por lo menos 80 dólares entre enero y diciembre del 2015.

En enero del 2015 el salario promedio que se pagaba en Chihuahua era de 8,017.80, pesos mensuales, la cual equivale a 541.02 dólares, cuando la paridad era de 14.82 pesos por uno; para diciembre, el salario ya era de 8,322.50, pero a como estaba el dólar en ese entonces, ya se había reducido a 464.39 dólares.

Desde ahí, ya vimos cómo el derecho a percibir un salario digno quedó reducido a discurso, pues en ningún momento hubo al menos un esbozo de intento por solicitar un aumento emergente para recuperar, por lo menos, la caída del peso frente al dólar. Pareciera como si el Gobierno de Chihuahua y el del País en general se hubiera doblegado ante los empleadores masivos.

Lo ético, si es que realmente se aplica esa palabra en el mundo laboral, hubiera sido recuperarle al trabajador el poder de compra que perdió por causas absolutamente ajenas a su voluntad y totalmente fuera de su control, como lo ha sido la devaluación de la moneda nacional.

Tampoco está claro el derecho que tiene el trabajador y la trabajadora para defender sus derechos laborales. La andanada de denuncias penales contra abogados se ha enfocado únicamente entre quienes defienden a los trabajadores y no en los representantes patronales. Pareciera como si la Secretaría de Trabajo estatal estuviera haciéndole el trabajo rudo a los empleadores, en vez de ser el moderador entre esos dos factores de la producción.

Ahí está el caso de las trabajadoras de la maquiladora Lexmark, indefensas ante un patrón que les paga un salario ínfimo y, encima de ello, las pone a laborar en condiciones insalubres que ponen en riesgo no sólo su salud, sino hasta su vida, según lo han denunciado las propias inconformes.

¿En qué momento se ha aparecido la autoridad laboral para pedirle a esos empleadores que, en apego a la “ética laboral” paguen salarios dignos y propicien condiciones de trabajo que no representen un riesgo para la salud? Hasta ahora no los hemos visto, no al menos con ese discurso ni esa demanda.

Por lo visto, el discurso de ética y deber ser alcanza únicamente para demandarle al trabajador que no demande a su empleador. De las obligaciones que éste tiene con sus empleados nadie habla. Es por eso que los discursos de hoy tendrán un sonido hueco, como de una maraca sin semillas en su interior: mucho ruido y poca defensa auténtica del trabajo y del trabajador.

P.D. Los participantes en el Congreso Mundial del Trabajo “Seguridad Social y Productividad podrán constatar hoy el clima de tranquilidad que vive el estado cuando vean al titular del área, Fidel Pérez Romero, rodeado de hombres armados.