México y sus debilidades ante el coronavirus

Por: Omar Carreón Abud


México y sus debilidades ante el coronavirus

La Crónica de Chihuahua
Marzo de 2020, 19:21 pm

( El autor es Coordinador de la Dirección Nacional de Antorcha Campesina y dirigente en Michoacán, conferencista y autor del libro «Reivindicar la verdad».)

La cifra total de muertos por el coronavirus en Estados Unidos ya va en 21 al momento de escribir estas líneas, la gran mayoría de los decesos pertenecen al estado de Washington, fronterizo con Canadá y ya tienen también muertes que lamentar los estados de California y Florida. Hasta el momento, en Estados Unidos, los casos de personas infectadas de coronavirus ascienden a 460. ¿Qué cree usted que hubiera hecho el gobierno norteamericano si en México hubiera ya esa cantidad de personas con el padecimiento detectado y en ese país vecino, sólo hubiera siete, como se dice hasta ahora para el caso de nosotros? ¿Sólo lanzar mensajes tranquilizadores y declaraciones?

Según la Organización Mundial de la Salud, el coronavirus resulta mortal para 3.4 por ciento de las personas que lo contraen. Tiene una incubación de dos a 28 días, el paciente puede estar contagiado aun cuando no sean visibles los síntomas tales como fiebre, tos y dificultad para respirar y la enfermedad puede derivar en neumonía y fallas renales e intestinales. Hasta ahora, sin mayores conocimientos científicos sobre la epidemia, para prevenir el contagio se sugiere lavarse las manos con frecuencia, usar gel desinfectante y no tocarse la cara con las manos sucias; bastante poco. En México, como queda dicho, sólo existen hasta ahora siete contagiados públicamente aceptados, pero hay quienes se han aventurado a diseñar modelos matemáticos acerca de la dispersión del mal y calculan que las cifras “estallarán” hacia la última semana de marzo.

Opino, sin ánimo de alarmar y sólo con la observación de lo que pasa en China y en el mundo, que no tenemos las condiciones adecuadas para prevenir una gran cantidad de decesos. La pobreza en nuestro país, la injusta distribución de la riqueza, que es el problema fundamental de nuestra patria, fue pasado a segundo o tercer término y ante el grave fenómeno se colocó a la corrupción, de manera que, ante el embate del coronavirus, la fragilidad de la gran mayoría de la población sigue siendo igual o peor que hace 15 meses que tomó el poder el régimen de la Cuarta Transformación. La pobreza y sus carencias anexas ahí siguen.

Como todo mundo sabe, con el pretexto del combate a la corrupción, se cancelaron múltiples programas gubernamentales que paliaban la situación de los pobres de este país que constituyen la inmensa mayoría. Aunque se declara una y otra vez que “los pobres primero”, se cancelaron obras fundamentales de infraestructura y ahora el coronavirus nos halla sin avances en materia de introducción de agua potable, alcantarillado, pavimento, energía eléctrica lo que, sin duda alguna, hará más difícil el combate de la enfermedad. ¿Y los pueblos aislados? ¿Y los no tan aislados pero que sólo cuentan con una cliniquita casi sin personal y sin equipo ni medicamentos? ¿Dónde se van a atender los que resulten infectados en miles de zonas así en nuestro país?

El coronavirus llega precisamente en el momento en el que las notas más importantes de los noticieros, periódicos y redes sociales se refieren a las carencias de los hospitales, precisamente en el momento en el que hay manifestaciones de padres desesperados porque no hay medicamentos para atender a sus hijos enfermos de cáncer y, aunque no hay ninguna garantía de cura, ¿sí habrá antivirales? En días pasados, en protesta por acciones de acoso laboral, los empleados del Hospital Regional del ISSSTE en Michoacán denunciaron mediante un manifiesto que hay una serie de problemas tales como la falta de medicamentos, material de curación, insumos y rezago en la atención, el área de farmacia ha resultado afectada por la entrada de inspectores y personal no capacitado, lo cual se refleja en la falta de entrega de los fármacos prescritos por los médicos y el resguardo de medicamentos oncológicos de alto costo para el tratamiento del cáncer. Dicho en pocas palabras por parte de los representantes de la Asociación Nacional de Derechohabientes del propio ISSSTE, la institución está en “fase terminal”.

Eso en cuanto a las posibilidades de atención, pero ¿y la debilidad crónica causada por el hambre y la desnutrición o por el padecimiento de otras enfermedades? Si tomamos en cuenta eso, la población mexicana resulta extremadamente vulnerable. Si tomamos en cuenta que millones de mexicanos no tienen una vivienda digna que ayude a la conservación de la salud, las cosas se complican. Todos sabemos que en las colonias de México abundan las calles sin pavimento, las viviendas con piso de tierra, las paredes de cartón y los techos de lámina en los que se hacinan los miembros de la familia (no olvidar que el hacinamiento de los dos sexos es enemigo feroz del respeto a las niñas y señoritas). Pensemos también en los desplazados por la violencia y los campamentos y colonias improvisadas de los migrantes.

Y las cosas se van a complicar. Ya cayó el precio del petróleo lo cual, pese a los mensajes tranquilizadores, tirará los ingresos del gobierno, los directos y los obtenidos por la captación de impuestos y ya se devaluó el peso hasta rozar los 22 pesos. Todo con el coronavirus a las puertas. El Tratado de Libre Comercio al que la actual administración federal le ha apostado tanto, está ahora más que antes, en veremos, porque Canadá no lo ha aprobado y no se necesita ser un sabio para prever que con la epidemia del coronavirus, con los daños evidentes que existen ya a la producción y comercio mundiales, la realidad económica sufrirá variaciones importantes que harán difícilmente viables las reglas ya acordadas para el T-MEC.

Finalmente, creo que debe ser mencionada como otra de nuestras debilidades, el hecho de que nuestro país no esté entre la vanguardia de países que ya están tratando de estudiar el virus y crear una vacuna y un medicamento para curarlo. Nuestro atraso científico es palpable. Es cierto que éste no es producto del régimen de la 4T, ya existía antes de este gobierno, no obstante, no se nota por ningún lado el interés por lanzar la actividad académica y científica para colocar a México entre los primeros del mundo. Con sorpresa nos enteramos incluso que más de 30 científicos elaboraron y entregaron un documento con referencia al impacto del proyecto “Tren Maya”, pero éste fue guardado y no se dio a conocer para no influir en la consulta a las comunidades de la región; el conocimiento científico se esconde, tal como en la época del oscurantismo.

En fin, con mala salud, con deficiencias estructurales en materia de control de enfermedades, pobreza, mala alimentación, mala infraestructura y sin defensas científicas, nos disponemos a enfrentar lo que ya es considerado como la peor epidemia que ha sufrido la humanidad. ¿No cree usted amigo lector que es importante que se promueva la concientización y organización de la población para transformar radicalmente a nuestro país, para crear una sociedad más equitativa y dejar de estar creyendo en santos que almuerzan?