México alberga cerca del 10% de las especies silvestres registradas en el mundo

**Conocimiento, manejo, uso y conservación de los organismos vivos, gran responsabilidad de los mexicanos.


México alberga cerca del 10% de las especies silvestres registradas en el mundo

La Crónica de Chihuahua
Marzo de 2018, 10:30 am

México alberga cerca del 10% de las especies silvestres registradas en el mundo, gran parte de ellas endémicas: es quinto lugar con mayor número de especies de plantas, cuarto en anfibios, segundo en mamíferos y primero en reptiles. México alberga cerca del 10% de las especies silvestres registradas en el mundo, gran parte de ellas endémicas: es quinto lugar con mayor número de especies de plantas, cuarto en anfibios, segundo en mamíferos y primero en reptiles.

Privilegiado por poseer una megadiversidad que comprende, entre muchos otros bienes naturales, la vida silvestre o salvaje que incluye animales, vegetales y otros organismos no domesticados, México tiene sobradas razones para celebrar el Día Mundial de la Vida Silvestre, proclamado en 2013 por la ONU con el propósito de crear conciencia acerca del valor de la fauna y la flora salvajes.

Se eligió el 3 de marzo porque en ese día, pero de 1973, se aprobó la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, por sus siglas en inglés), acuerdo de importancia capital en la protección de especies biológicas frente al comercio internacional. Suscrito por 183 países, entre ellos, México, este pacto es para los mexicanos un instrumento valioso ante los embates de un robustecido tráfico ilegal que impacta la conservación de nuestras especies y ecosistemas.

El escenario de excepcional riqueza biológica de México entraña una enorme responsabilidad regional y global, porque buena parte de esa diversidad biológica es exclusiva de nuestro país, y una alta proporción de esas especies son endémicas, es decir, solo existen en nuestro país, donde han evolucionado unas 15,000 especies de plantas, entre 50 y 60 por ciento de las especies conocidas de México hasta ahora, que son endémicas.

Lo anterior significa que la mitad o más de nuestra flora no se encuentra en ninguna otra parte del mundo, y que si una de estas especies se extingue en México, desaparece del planeta. Y lo mismo rige para las especies de fauna. Por eso es muy grande la responsabilidad que tenemos ante nosotros mismos y ante el mundo de conocer, usar y conservar este patrimonio natural.

México alberga cerca del 10% de las especies silvestres registradas en el mundo, gran parte de ellas endémicas: es quinto lugar con mayor número de especies de plantas, cuarto en anfibios, segundo en mamíferos y primero en reptiles. Y aunque solo más de 108,000 especies en el país han sido descritas –entre ellas 864 especies de reptiles, 528 especies de mamíferos, 361 de anfibios y 1,800 especies de mariposas—, se calcula que podrían ser millones las que habitan nuestros suelos, aguas u otros sitios recónditos.

Ante esa responsabilidad de México en materia de vida silvestre, el gobierno de la República impulsa desde 1997 la creación de Unidades de Manejo Ambiental para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), sitios estratégicos para la protección y conservación de la vida silvestre y los ecosistemas, en donde se aplican esquemas de conservación y aprovechamiento sustentable.

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Cada UMA debe ser registrada ante la SEMARNAT con el propósito expreso de conservar el hábitat natural mediante el manejo de poblaciones y ejemplares de flora y fauna silvestres, y su labor puede estar orientada a fines de restauración, protección, mantenimiento, recuperación, reproducción, repoblación, reintroducción, investigación, rescate, resguardo, rehabilitación, exhibición, educación ambiental y aprovechamiento sustentable. Con ese propósito, se aplica un programa de subsidios para la conservación y el aprovechamiento sustentable de la vida silvestre.

En términos prácticos, las UMA pueden funcionar como destinos ecoturísticos, centros de exhibición de vida silvestre, producción de pies de cría, bancos de germoplasma o centros de investigación. Con su operación se generan además fuentes de empleo y mayor bienestar para las familias del sector rural, y se contribuye a fomentar la conciencia social sobre el valor de la biodiversidad, los ecosistemas y los servicios ambientales que prestan.

La Ley General de Vida Silvestre prevé la posibilidad de realizar aprovechamiento extractivo de vida silvestre mediante dos modalidades de autorizaciones: 1) para el aprovechamiento de ejemplares de especies que se distribuyen de manera natural en el territorio nacional para actividades de colecta, captura o caza con fines de reproducción, restauración, recuperación, repoblación, reintroducción, traslocación, económicos o educación ambiental, y 2) para el aprovechamiento de ejemplares de especies silvestres en riesgo: cuando se dé prioridad a la colecta y captura para actividades de restauración, repoblamiento y reintroducción.

Sin embargo, no pueden ser sujetas de aprovechamiento extractivo, ya sea de subsistencia o comercial: los mamíferos marinos; primates; tortugas marinas y aves de la familia Psittacidae o psitácido (loros, pericos, cotorros, guacamayas), de distribución natural dentro del territorio nacional, de acuerdo con la Ley General de Vida Silvestre.

El comercio internacional, importación y exportación de vida silvestre, está regulado por la CITES y por la Ley General de Vida Silvestre (para el caso de las especies que no se encuentran en los Apéndices de CITES).

Asimismo, como parte de las políticas públicas para la conservación de la vida silvestre, funcionan en México los centros para la Conservación e Investigación de la Vida Silvestre (CIVS) de la SEMARNAT, en Los Reyes y San Cayetano, Estado de México; Guadalajara, Jalisco; Tekax, Yucatán; David Montes Cuevas, Oaxaca; y San Felipe Bacalar, Quintana Roo.

Estos centros desarrollan actividades de recepción, rehabilitación, protección, recuperación, reintroducción, canalización y cualesquiera otras para la conservación de ejemplares producto de rescate, entregas voluntarias o aseguramientos por parte de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente o la Procuraduría General de la República, lo mismo que difusión, capacitación, monitoreo, evaluación, muestreo, manejo, seguimiento permanente y otras que contribuyan al desarrollo del conocimiento de la vida silvestre y su hábitat, además de la integración de estos ejemplares a los procesos de desarrollo.

Los CIVS comparten procesos de manejo de vida silvestre, estudian y proponen alternativas para la conservación, el aprovechamiento y los factores sociales que tienen impacto sobre los ecosistemas. Deben crear técnicas y alternativas innovadoras a través de las investigaciones y manejo que desarrollan dentro de ellos y tener impacto en sus zonas de influencia.

La vida silvestre necesita del respeto y del esfuerzo humanos para subsistir, y es muy grande la responsabilidad de México con las especies de flora, fauna y otros organismos que pueblan nuestro territorio marítimo y terrestre, y es también enorme nuestro compromiso con todo el planeta y con nosotros mismos que debemos ser garantes de su conocimiento, manejo, uso y conservación por ser un legado para las generaciones futuras.