Matrimonios igualitarios exhiben la hipocresía legislativa

**Procederán a violar su propia legislación con tal de acatar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pero sin hacer enojar a la parte más mojigata de la sociedad chihuahuense.


Matrimonios igualitarios exhiben la hipocresía legislativa

La Crónica de Chihuahua
Febrero de 2016, 20:46 pm

Por: Alejandro Salmón Aguilera/ ahoramismo.mx

En aras de proteger un conservadurismo que sólo se sostiene en el discurso, los poderes del estado procederán a violar su propia legislación con tal de acatar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pero sin hacer enojar a la parte más mojigata de la sociedad chihuahuense.

El Registro Civil del Gobierno del Estado se apresta a casar a 20 parejas compuestas por personas del mismo sexo en las ceremonias de matrimonios colectivos que se celebrarán en eta semana.

El hecho en sí mismo constituye un avance en materia de tolerancia y respeto a las diversas formas de pensamiento y de organización conyugal, pero no deja de ser una violación a la legislación y un acto más de hipocresía legislativa de parte de los poderes del estado.

El problema para esos 20 matrimonios igualitarios es que su unión podría ser ilegal si los contrayentes no se presentan a la ceremonia con un amparo de la justicia federal que los proteja del artículo 134 del Código Civil del Estado de Chihuahua, el cual dice, a la letra: “El matrimonio es el acuerdo de voluntades entre un hombre y una mujer para realizar la comunidad de vida,..”

A juzgar por la información que se ha recabado hasta ahora de parte del Registro Civil, las parejas inscritas para contraer matrimonio en las ceremonias colectivas no presentarán amparo alguno.

Desde hace al menos cuatro legislaturas, el Congreso del Estado ha recibido diversas iniciativas de reformas para modificarla tanto la Constitución local como el Código Civil, de modo que se permita formalizar las relaciones de parejas integradas por personas del mismo sexo. Todos esos proyectos legislativos, o fueron rechazados en el pleno del Congreso o, como sucede actualmente, se dejaron en algún recóndito archivero, en espera de que los inconformes con ese artículo 134 acudan a la Justicia federal para que les enmiende la plana.

El Código Civil no ha sido modificado y, aún así, el Registro Civil, extenderá actas de matrimonio a esas parejas, lo cual de suyo es una contradicción legal, pues un órgano que debe su existencia a ese código será el encargado de “brincárselo”, si no es que de violentarlo.

Con esta irregularidad se engaña a los solicitantes al recibir un documento apócrifo, y por otra, en Chihuahua no se sentará el precedente jurídico de que 20 parejas obtuvieron la protección de la justicia federal y, con ello, contribuirían al fortalecimiento de un criterio judicial en su favor.

Así, sin reforma al Código Civil, os derechos de igualdad de las parejas del mismo sexo dependerán de la “buena voluntad” del gobernante en turno. Estas uniones no son reconocidas por la ley, porque sus diputados se niegan a armonizar el derecho interno. Y si no, ahí está otro artículo, el 106, que le advierta al oficial del Registro Civil que no acate a la letra los términos del Código en cuestión:

“ARTÍCULO 106. El Jefe de la Oficina que autorice un matrimonio teniendo conocimiento de que hay impedimento legal o de que alguno se ha denunciado, será destituido y castigado como disponga el Código Penal, independientemente de su responsabilidad civil.”

ARTÍCULO 47. La falsificación de las actas y la inserción en ellas de circunstancias o declaraciones prohibidas por la Ley, motivarán la destitución de los Jefes de las Oficinas del Registro Civil o del Jefe del Departamento, o de quienes los sustituyan, sin perjuicio de las penas que la Ley señale y de la indemnización de daños y perjuicios.”

Ninguno de esos vericuetos legales existirían si en Chihuahua existiera un Poder Legislativo dejado de hipocresías que reformara sus códigos civil y familiar para dar paso a los criterios ya establecidos por el Poder Judicial Mexicano.

Ninguna de esas semi-violaciones a la ley estarían ahí si ya la hubiéramos reformado, pero por lo visto, tanto el Legislativo como el Ejecutivo tienen un pie anclado firmemente en el Siglo XIX, y así seguirán quién sabe hasta cuándo.