Malas noticias: el delito de extorsión sigue tan boyante como antaño

** ¿Que la extorsión es una incidencia propia de la época anterior a la presente década, o lo que es lo mismo: propia de la anterior administración?


Malas noticias: el delito de extorsión sigue tan boyante como antaño

La Crónica de Chihuahua
Noviembre de 2015, 14:30 pm

Por: Alejandro Salmón Aguilera

Los gobierno de todas las instancias llevan dos años festejando que ha disminuido la incidencia de delitos como secuestro y extorsión, dos de los pocos a los cuales se considera como de “alto impacto social”.

Dos años de oír que se ha combatido con eficacia al delito de secuestro a grado de casi borrarlo del cuadro de estadísticas, y que la extorsión es una incidencia propia de la época anterior a la presente década, o lo que es lo mismo: propia de la anterior administración.

Sin embargo, la encuesta de victimización aplicada y publicada por el INEGI nos demuestra, una vez más, que no hay motivo para salir a festejar la eliminación de dos de los delitos más lastimosos para cualquier sociedad.

¿Qué es lo que dice la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2015 del INEGI? Que los tres delitos que se cometen con más frecuencia en Chihuahua son: extorsión, robo o asalto en la calle o en el transporte público y robo parcial de vehículo.

Ahí lo tienen: extorsión en un primer lugar. Es el delito que más afectó a los ciudadanos del estado de Chihuahua en el año 2014, según fueron las respuestas recabadas por el INEGI cuando aplicó su cuestionario sobre victimización en 95 mil 561 viviendas de todo el país.

Las respuestas que dio el encuestado al INEGI contrastan con las cifras de la Fiscalía General del Estado y, por consiguiente, con las del Sistema Nacional de Seguridad Pública, porque éstas se basan en las denuncias formales que presenta el afectado ante el Ministerio Público.

Según esas estadísticas, en Chihuahua hubo sólo 18 casos de extorsión en el 2014, y la tercera parte de ellos ocurrieron en enero; en los meses de septiembre, octubre y noviembre no ocurrió ni uno sólo.

Por lo que hace al 2015, la extorsión se ha reducido hasta ser uno de los delitos de menor incidencia: sólo 11 casos entre enero y septiembre, eso, según las cifras oficiales.

La diferencia abismal entre los registros de denuncias recabadas por las autoridades investigadoras y lo que realmente dice la gente cuando se le aplica una encuesta oficial demuestran, en primer lugar, que el afectado por algún acto delictivo prefiere quedarse con su pena y no acudir a presentar la correspondiente denuncia.

La distancia entre incidencia registrada y la real es demasiado elevada como para hacer pensar a los gobiernos de las tres instancias que su lucha contra el delito aún no genera la confianza suficiente entre la sociedad ni son del todo creíble sus cifras de incidencia, esas que dicen que Chihuahua está ya a la par de estados como Yucatán o Querétaro, por citar a los de menor incidencia delictiva del país.

Las encuestas de victimización han levantado ampollas desde que el INEGI las publica y generado respuestas despectivas, como el decir que el máximo organismo clasificador de información “seguramente desconoce la realidad de Chihuahua”. Lo cierto es que, el haber salido a la calle a preguntarles cara a cara a los habitantes de la ciudad, presentó una realidad muy distinta a la que recogen las autoridades cuando revisan sus cifras. Peor aún: algunos de los delitos de mayor incidencia, como robo en la vía pública o de las partes de un auto, ni siquiera aparecen en el listado estadístico.

Luego nos asombramos que la población se aleje de sus estructuras de gobierno y deje de creer en ellas. La realidad que captan las primeras es mucho más nítida que la que festinan los segundos.