López Obrador y la plusvalía

**Esperemos que el candidato morenista publique pronto su libro de Economía para demostrar este fabuloso “hallazgo científico” suyo: la teoría de Marx no se aplica en México; ahí bien podría demostrar que la corrupción es la fuente de la desigualdad.


López Obrador y la plusvalía

La Crónica de Chihuahua
Julio de 2018, 08:40 am

Por Brasil Acosta Peña

(El autor es Doctor en economía por el Colegio de México (COLMEX) con estancia en investigación en la Universidad de Princeton, fue catedrático en el Centro de Investigación y Docencia Económica y articulista en la revista económica Trimestre Económico.)

En fecha reciente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) declaró lo siguiente: “Tenemos que acabar con la corrupción, porque muchos teóricos sociales, académicos, intelectuales, no tratan este tema. Los académicos más clásicos, más teóricos, se quedaron con la idea de que la desigualdad se produce por la explotación que se hace de los trabajadores, que el burgués explota al proletario, que se va acumulando ganancias y que esas utilidades se las apropia el dueño de los medios de producción y que por eso es la desigualdad y la pobreza (sic); pero en México no aplica esa teoría, aquí las grandes fortunas se han acumulado mediante la corrupción, al amparo del poder público”.

Aquí se refleja, con toda claridad, de qué tamaño es la ignorancia en materia de economía del candidato morenista a la Presidencia de la República. En vano cuenta con la asesoría de Carlos Urzúa y Gerardo Esquivel, ambos de El Colegio de México, a quienes conozco porque fueron mis maestros; pero estoy seguro de que AMLO ni los consulta o, si lo hace, no atiende a sus recomendaciones.

¿Por qué afirmo que aquí se revela la ignorancia de AMLO en torno al tema económico? Precisamente porque no ha estudiado El Capital, de Carlos Marx y cree que con lo que acaba de decir ha hecho una gran contribución a la teoría económica mundial: “en México no aplica esa teoría, aquí las grandes fortunas se han acumulado mediante la corrupción, al amparo del poder público”.

En un artículo reciente, el Ingeniero Aquiles Córdova Morán dio una lección de lógica cuando demostró que la corrupción no es causa, sino consecuencia del modelo económico.

Ahora toca demostrar que la desigualdad no tiene como causa la corrupción sino también es consecuencia del modelo económico y que AMLO nuevamente le miente al pueblo con verdades aparentes, pero que si se estudia el fenómeno siguiendo el método científico, su argumento se debilita y revela cuán anticientífico fuede ser AMLO a la hora de analizar los más graves problemas de los trabajadores de México. Veamos.

Primero, hay que enseñarle a AMLO que los economistas clásicos del siglo XVII, con absoluta sabiduría y apego a la verdad, señalaron que la fuente de la riqueza es el trabajo. Que el padre de la riqueza es el trabajo y la naturaleza es la madre. Por lo tanto, en principio, la corrupción no es la fuente de la riqueza, sino el trabajo.

Segundo, desde que existe el capitalismo, formación económico social determinada históricamente, el obrero no vende al patrón su trabajo, sino su fuerza de trabajo, es decir, vende su capacidad de trabajar a cambio de un salario. Ahora bien, como toda mercancía, el trabajo tiene un doble carácter: tiene valor de uso y valor. Su valor de uso se manifiesta al poner a trabajar al obrero; y su valor en la cantidad de trabajo socialmente necesario para reponer la fuerza de trabajo del obrero, para que éste pueda trabajar al día siguiente.

Marx demuestra que aún pagando la fuerza de trabajo por lo que vale, ésta tiene una cualidad especial que consiste en crear más valor del que cuesta; así, el obrero trabaja parte de su jornada laboral para crear la riqueza que él mismo cuesta; y una vez que cubre ese monto, el resto de la jornada la dedica a trabajar de forma gratuita para el patrón.

Ahora bien, el valor generado por encima de lo que el obrero cuesta se llama plusvalía; traducida en mercancías, se convierte en plusproducto que se transforma en ganancia a la hora de venderse. Así surge la riqueza de los patrones.

Tercero, no toda la riqueza generada en la producción por el obrero se le queda al capitalista. Marx explicó claramente que el capitalista, para realizar la plusvalía, es decir, para que esta plusvalía se transforme efectivamente en ganancia (en su forma monetaria), tiene que compartirla con otros capitalistas (banqueros, comerciantes, productores agrícolas, etc.), con el Estado, con el clero y mediante la “beneficencia”, con los pobres.

Más específicamente, la plusvalía adquiere, como dice Marx, formas visibles: “interés, beneficio, renta”. “Marx da un ejemplo en el cual una plusvalía de 71 chelines (el chelín equivalía a una vigésima parte de una libra esterlina, que es la moneda inglesa) aparece en sus diversas formas de distribución (subrayado mío): diezmos, impuestos locales y estatales, 21 chelines; renta de la tierra, 28 chelines; beneficio e interés del arrendatario, 22 chelines; total de la plusvalía, 71 chelines” (F. Engels. Anti-Düring).

Como se ve, la plusvalía generada por el obrero se distribuye entre distintas manos, de tal suerte que la corrupción no es más que una forma de distribuir la plusvalía creada por el obrero, pero la corrupción no hace aparecer más riqueza, simplemente es una forma más en la que se distribuye la plusvalía existente. Así que, nuevamente, AMLO miente y muestra su desconocimiento de economía al señalar que la desigualdad está causada por la corrupción.

Miente, porque el obrero, con sus bajos salarios, recibe la menor parte de la riqueza creada por él mismo. En otros artículos he demostrado cómo el obrero produce en 10 minutos el equivalente de su salario y el resto de la jornada trabaja gratuitamente para el patrón. Ésta es la verdadera causa de la desigualdad, pues el capital se acumula en un proceso de reproducción ampliada.

Entonces, ¿“las grandes fortunas se han acumulado mediante la corrupción, al amparo del poder público”? No. La corrupción solo es un mecanismo de redistribución de la plusvalía que ha permitido que ciertos políticos y empresarios acumulen sus riquezas (en Texcoco, Higinio Martínez, de Morena está señalado como uno de los que se ha enriquecido al amparo del poder público, pero de eso no dice nada AMLO); pero eso no echa por tierra la teoría marxista, por el contrario, la confirma, pues el fetichismo de la mercancía y del dinero (fetiche: admiración exagerada hacia una persona, o una cosa a la que se otorgan virtudes extraordinarias), que se explican en el primer capitulo de El Capital de Marx y que recomiendo a AMLO que estudie, empuja al hombre a convertir en mercancía todo aquello que no lo es, como la dignidad, el silencio, el cuerpo mismo, los secretos científicos, etc.

Así que, si el hombre no puede vivir bien gracias a su trabajo tenaz y esmerado y las vías para acumular la riqueza se cierran por los grandes monopolios que no quieren competencia y que Marx también explica, entonces, no queda más que hacer uso de la corrupción como mecanismo para lograr un poco más en el proceso de redistribución de la plusvalía; pero eso no convierte a la corrupción en causa de la desigualdad, como sostiene AMLO.

Esperemos que el candidato morenista publique pronto su libro de Economía para demostrar este fabuloso “hallazgo científico” suyo: la teoría de Marx no se aplica en México; ahí bien podría demostrar que la corrupción es la fuente de la desigualdad. Ojalá salga pronto.