La política en el Aeroshow

REPORTAJE ESPECIAL. Los derechos humanos de las víctimas son el centro del discurso oficial y político de cada uno de los actores involucrados, grupos, partidos, pero lo político se evidencia cada vez, ¿y las víctimas?, qué es lo que realmente se está decidiendo.


La Crónica de Chihuahua
Septiembre de 2015, 10:42 am

Chihuahua, Chih.- (Jorge Rojas) La ’tragedia del Aeroshow’ ha sido centro de atención en los medios, por las connotaciones políticas al ser abordado por políticos más que por las consecuencias que dejó, heridos y muertos, producto de la tragedia; la política de los políticos es “no mezclar” el asunto del Aeroshow, con la política.

Los políticos del PRI, a raíz de este caso, han mostrado su división, se observa en las posturas que han asumido los dirigentes y el gobierno, en el poder del PRI; por un lado, piezas clave del partido reprochan el actuar del ex alcalde Marco Adán Quezada - a cargo de la administración cuando los hechos ocurrieron -, y desde el gobierno se erigen con la bandera defensora de los derechos humanos; en ambos lados, no hay quien abogue por el ex alcalde, los que lo defienden no están en el poder, son de su grupo. De modo que aunque digan lo contrario, los hechos recientes, como el juicio administrativo que se le inició en el Congreso local, demuestran que la política sí juega un papel central en este caso.

Desde su trinchera, Marco Adán Quezada asegura que se han violentado sus derechos y acusa al gobierno estatal de orquestar una persecución en su contra, la cual, dijo, buscaría inhabilitar sus “derechos políticos”, y por tanto, su oportunidad de ser candidato a la gubernatura. Hasta el momento Quezada ha resistido los golpes y no ha cambiado su propósito de ser candidato.

El coordinador de la fracción del PRI en el Congreso, Rodrigo de la Rosa, se ha encargado de hacer declaraciones que exponen la evasiva de Quezada a ser “juzgado” y sentenciado públicamente, a pesar de ser un juicio administrativo y no político, por las responsabilidades que se deslinden a partir de la recomendación que hizo la Auditoria Superior del Estado, previa recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y la Auditoria consideró al ex alcalde responsable de los hechos del Aeroshow, que tasó en 45 millones de pesos esa responsabilidad.

Los partidos minoritarios también tienen participación en la Comisión Especial que investiga el caso, pero el peso de la balanza recae en el PRI y el PAN, las dos fuerzas que tienen el poder político del estado.

Los políticos del PAN asumen una posición más clara; César Jáuregui Moreno, coordinador del PAN en el Congreso, ha dicho que el tema tendrá que ser tratado “a fuerza”, pero aclara que la postura de su partido es que se debe hacer un análisis primero para llegar a cualquier resolución, sea inhabilitación, amonestación o sanción económica, y aunque afirmó que no quieren incluir las aspiraciones de Quezada ya de suyo asumen una postura política.

Pero el propio Marco Adán Quezada apostó el pasado 14 de agosto a volver este tema, el caso Aeroshow, político. Congregando a alrededor de tres centenas de ciudadanos organizados en los clubes deportivos que hizo cuando fue alcalde frente al Congreso, que le gritaban porras y vivas al momento que anunciaba que había conseguido un amparo federal y con eso impedido la inhabilitación política, y se posicionó así en el centro de atención y en cierta medida, protegido por los reflectores que da un escándalo de tal magnitud, tal ha sido su estrategia.

En posteriores declaraciones, la primera, que hizo Quezada Martínez al periodista Luis Javier Valero y antes del mitin frente al Congreso, dijo en resumen que lo que buscaba antes que su aspiración particular era un PRI que ofreciera las mismas oportunidades para todos los interesados, que las voces de todos los priistas fueran escuchadas, ya después, en el mitin, abiertamente afirmó que el PRI estaba dividido y responsabilizó de ello al actual gobernador César Duarte, el que no es de su grupo político, de modo que la estrategia del grupo de Quezada no es en sí o sólo la postulación de su candidatura, sino obtener el control del PRI.

La estrategia mediática está entonces en marcha, en las siguientes semanas serán noticia las resoluciones tomadas a favor o en contra suya, y permearán en el ánimo electoral.

Por su parte, desde Palacio de Gobierno, Cesar Duarte ha afirmado reiteradamente que no hay tal persecución política pero sí una recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos – dirigida al gobierno estatal a través de la Fiscalía General-, y que según las declaraciones del gobernador "por responsabilidad" acatarán sin vacilar, y que esa encomienda los “obliga” a fincar, de ser necesario, cargos penales o administrativos a quienes resulten responsables, entre ellos, el ex alcalde Quezada.

Y ahora la defensa de los Derechos Humanos se ha vuelto la bandera y fin, dicen en sus discursos y declaraciones los políticos de quienes se habla al principio, y es el argumento clave para subir al ex alcalde al banquillo lo que ni él mismo pudo evitar, pues clamó, en medios, a su derecho de ser escuchado antes de ser “sentenciado” penal, y políticamente.

La recomendación de la CNDH 12/2014 resume el deslindar las posibles responsabilidades de los funcionarios implicados en los hechos ocurridos en aquel negro octubre del 2013.

Hay documentos oficiales como los revisados por la Auditoria, que demuestran cómo las medidas de seguridad fueron descuidadas; en el oficio SDBPC/1643/2013 fechado el 27 de septiembre de 2013 el Cuerpo de Bomberos y Protección Civil municipal daban fe que el lugar contaba con todas las medidas de seguridad para los espectadores y asistentes al Extremo Aeroshow, pero luego los peritajes de expertos de Estados Unidos que contrató la Fiscalía demostraron que el espectáculo no era seguro como afirmaban los documentos oficiales.

El Aeroshow 2013 es asunto político sin lugar a dudas, pues lo que ocurra con los funcionarios implicados tendrá un efecto, valga la redundancia, político, pero no necesariamente de justicia para las familias de las víctimas pues los hechos que ocasionaron lesiones y que terminaron con las vidas de sus seres queridos, son para ellos y para una buena parte de la sociedad, por lo menos la chihuahuense, imperdonables. Hasta hoy sólo hay un procesado por la muerte de 9 personas y más de 90 heridos, Francisco Velázquez Samaniego mejor conocido como “Panchito”, conductor de la “Monstertruck” aquel día que para muchos, fue de ignominia.

En un video publicado en una página que lleva el título de, “Anda suelto un asesino”, “Panchito” afirma que es un chivo expiatorio y señala a Marco Adán Quezada como el principal culpable. “Yo fui contratado por él, y él me abandonó”, dice en la entrevista.

La declaración de Quezada ante el Congreso queda pendiente, pues aunque lo han intentado personal del Legislativo en los recientes días no ha recibido la notificación que le da un plazo de 15 días para preparar sus alegatos y argumentos, ¿qué dirá en su defensa? Después de todo lo expuesto aquí, sería una ironía si pidiese no mezclar lo político con la investigación del Aeroshow, entonces ¿cuál es el as bajo la manga?