La muerte ronda en Sierra Mojada, el pueblo desconocido

**Entusiasma a los pobladores que el Ayuntamiento inició el rescate de su historia y leyendas con la intención de darlas a conocer y atraer turistas.


La muerte ronda en Sierra Mojada, el pueblo desconocido

La Crónica de Chihuahua
Octubre de 2015, 11:30 am

Por Ernesto Acosta/ El Zócalo de Saltillo

Sierra Mojada, Coahuila.- Este municipio enclavado en lo profundo del desierto coahuilense posee una rica historia, prácticamente desconocida para el resto del estado, pero que llena de orgullo a sus habitantes.

Presumen que el Teatro Apolo es el primero construido en la entidad, a finales de 1800; que en su tierra quedan restos de la primera fundidora del norte de México; que su serranía fue escenario de la tragedia de Lucio Vázquez, el del corrido… y que ahí mataron al periodista y escritor Ambrose Gwinnett Bierce en 1914 por orden del general Francisco Villa, nomás porque sospechaba que era espía del Gobierno norteamericano.

Lo último no ha sido confirmado, pero la historia o la leyenda emociona a los lugareños. En el panteón municipal hay una tumba sobre la que se colocó una especie de aviso-confesión para informar que testigos confiables “suponen” que ahí yacen los restos del gringo.

De ser cierto, el camposanto lo comparte con antepasados de la familia Sada, que ahí hicieron fortuna con la explotación de minas, y con Lucio Vázquez, aunque nadie puede ubicar la tumba.

Lo que entusiasma a los pobladores es que el Ayuntamiento inició el rescate de su historia y leyendas con la intención de darlas a conocer y atraer turistas.

LA PLATA: ORIGEN

Se cuenta que allá por 1870 o un poco antes, un tal Néstor Arreola, jefe de rurales o algo así, tenía a su cargo a un grupo de hombres para vigilar el valle a los pies de la Sierra Mojada, que era un camino utilizado por bandoleros para trasladarse a la frontera y esconderse en la serranía.

Una noche cualquiera, en el cerro La Blanca, encendieron una fogata y el calor provocó que de una roca se desprendiera un material que resultó ser plata y ahí empezó la historia y la leyenda del lugar.

La riqueza del llamado “oro blanco” provocó una disputa entre los gobiernos de Coahuila, Durango y Chihuahua, que pretendían para sí aquellas tierras antes ignoradas. Finalmente, el Gobierno federal intervino y determinó que el territorio y el mineral pertenecían a los coahuilenses.

Pronto, la familia Sada se adueñó de varias minas y construyó la primera fundición del norte del país, cuyas ruinas apenas son visibles en la falda de la sierra. La riqueza de la tierra ofrecía también zinc, plomo y cobre.

El auge económico derivado de la minería detonó el crecimiento del poblado y en algún momento, a principios 1900, llegó a contar con cerca de 30 mil habitantes. Ahora, la población se calcula en poco más de 6 mil 300 moradores.

La explicación es que la lucha revolucionaria incomodó a los ricachones, a los aristócratas, que prefirieron huir a Monterrey, donde la familia Sada desarrolló su emporio industrial.

Algunos antepasados de la familia se quedaron reposando en el camposanto del lugar, donde varias tumbas guardan sus restos, como los de Cristina O de Sada, quien murió el 18 de marzo de 1891, mientras que Alfredo O Sada falleció el 12 de noviembre de 1894.

LA MUERTE DE AMBROSE G. BIERCE

En el panteón se encuentra una tumba en la que una placa refiere la posibilidad de que Ambrose G. Bierce, amigo de Mark Twain, ahí exhaló el último aliento a causa de las balas disparadas por villistas.

Se supone que Bierce (1842-1914) buscó contactarse con Pancho Villa para documentar su lucha en la Revolución Mexicana, pero el Centauro del Norte no aceptó, pues sospechaba que sus intenciones eran otras y finalmente las tropas villistas lo tomaron prisionero y lo fusilaron en este perdido territorio.

La placa indica que “testigos muy confiables suponen que aquí yacen los restos de Ambrose Gwinnett Bierce. Famoso escritor y periodista americano que por sospecha de ser espía fue fusilado y sepultado en este lugar”.

Se asegura que antes de la ejecución, se le hizo la pregunta de rigor sobre cuál era su última voluntad y, para estar a tono con la época o quizá por su espíritu literario, solo pidió tiempo para fumarse un cigarrillo, tras lo cual, cumplida la petición, el pelotón también hizo su parte.

Pero antes, como burla macabra o quizá por costumbre de aquellos tiempos sangrientos, lo obligaron a cavar su propia tumba, luego, lo colocaron a un lado del pozo y después lo fusilaron cayendo el cuerpo en su interior. Hasta ahí la historia o leyenda.

Bierce escribió “El Diccionario del Diablo”, “El Monje y la Hija del Verdugo”, “La Mirada Cínica”, “Cuentos de Soldados y Civiles”, “Fábulas Fantásticas” y “El Reino de lo Irreal”, entre otras obras caracterizadas por el humor negro, la sátira, la ironía, la violencia y una constante presencia de la muerte, el dolor y la desesperanza.

LA HISTORIA DEL ESCRITOR

Las referencias bibliográficas establecen que en octubre de 1913 salió de Washington para recorrer sus antiguos campos de batalla de la Guerra Civil y en diciembre cruzó hacia México, por El Paso, con una historia final confusa sin que nadie pueda decir la última palabra sobre su vida.

Al parecer, ya presentía su final en México. Antes de partir a nuestro país, en una carta fechada el 1 de octubre de 1913 escribió a un familiar: “Adiós. Si oyes que he sido colocado contra un muro de piedra mexicano y me han fusilado hasta convertirme en harapos, por favor, entiende que yo pienso que esa es una manera muy buena de salir de esta vida… ser un gringo en México. ¡Ah, eso sí es eutanasia!”.

Algunos historiadores refieren que pudo haber sido asesinado en el sitio de Ojinaga, en Chihuahua, en enero de 1914 dado que un documento de la época indica la muerte en la batalla de “un gringo viejo”.

La otra versión es que fue fusilado en Sierra Mojada, de acuerdo con la tradición oral documentada por el sacerdote Jaime Lienert. La duda prevalece ante la falta del cuerpo; en Ojinaga no se encontró el cuerpo y en Sierra Mojada no se han mostrado los restos en la supuesta tumba del escritor.

“El amargo Bierce”, como se le conoció, nació en Ohio, tuvo 12 hermanos. Una hermana se fue de misionera a África y allá encontró la muerte devorada por caníbales.

Ambrose G. Bierce se caracterizó por un espíritu aventurero. Se le atribuyeron amoríos con una mujer de más de 70 años siendo él adolescente y en 1861 se alistó en el 9º Regimiento de Voluntarios de Infantería de Indiana durante la Guerra Civil de Estados Unidos, participando en varias batallas.

Luego colaboró en varios periódicos y emprendió su carrera como escritor. Carlos Fuentes escribió una novela sobre los últimos años de Bierce “Gringo Viejo”, que fue llevada al cine.

LUCIO VÁZQUEZ

Orgullo del lugar es el recuerdo de Lucio Vázquez, cuya tragedia la sitúan entre 1894 y 1896. Llegó de no se sabe dónde, lo cierto es que no nació en Sierra Mojada, quizá a trabajar en alguna mina.

Pretendió a una joven guapa y aristócrata, lo que despertó los celos en otro enamorado adinerado, quien pagó a unos asesinos a sueldo conocidos como Los Pavos Reales, provenientes de San Luis Potosí, para que lo mataran y lo lograron, tras lo cual se ocultaron en la Sierra Mojada y esto dio origen al famoso corrido.