La "esponja" que atrapa el cáncer

**Un implante que asemeja a una esponja, atrae y captura las células de cáncer en el torrente sanguíneo durante las primeras etapas de los tumores recurrentes


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La Crónica de Chihuahua
Noviembre de 2015, 12:30 pm

Lo denominan “super-atractor” o señuelo del cáncer, puede implantarse bajo la piel y es la última revolución en materia de dispositivos médicos.

Sus creadores afirman que funciona y tiene la forma como de esponja y, a la vez, funciona como un imán que es capaz de atraer y capturar las células cancerosas que circulan por la sangre, además de monitorizarlas, alertando a los galenos sobre posibles recaídas en los pacientes, e incluso evitando que las células malignas se extiendan a otras partes del cuerpo.

Este pequeño dispositivo implantable sirve para atraer a las células de cáncer presentes en el torrente sanguíneo durante las primeras etapas de los tumores recurrentes, antes de que formen tumores en otras partes del cuerpo, según sus creadores, un equipo de científicos de la Universidad de Michigan (U-M) en Ann Arbor (Michigan, EU).

Además de actuar como un señuelo que atrae células enfermas de la sangre, este implante, que para un ser humano tendría un tamaño de unos pocos centímetros, podría advertir con anterioridad sobre recaídas en pacientes con cáncer de mama e incluso frenar la propagación de la enfermedad a otros órganos, según la U-M.

Un estudio del denominado “super-atractor implantable” efectuado en ratones, ha mostrado que el dispositivo atrae cantidades detectables de células cancerosas antes de que sean visibles en otro lugar del organismo, y que este tipo de células se diseminaron a los pulmones un 88% más lentamente en aquellos animales de laboratorio que recibieron los implantes, según la U-M.

Los investigadores de la U-M prevén que la “esponja” se implante debajo de la piel de los pacientes con cáncer de mama y que permita a los médicos controlar la evolución de la enfermedad, así como detectar y tratar antes las recaídas, utilizando métodos de exploración no invasiva, es decir que no requieran efectuar incisiones ni penetrar en el cuerpo.

UN "FARO BRILLANTE"

“El cáncer de mama puede reaparecer durante un largo período en la vida de un paciente y, a menudo, es muy difícil de detectar su recurrencia hasta que se establece en otro órgano. Este sistema permitirá controlarlo durante años y podría utilizarse como un indicador temprano de recurrencia”, señala la doctora Jacqueline Jeruss, profesora asociada de cirugía en Centro Integral del Cáncer de la U-M. Jeruss explica que la idea para el dispositivo nació a partir del conocimiento de que las células cancerosas no se propagan de forma aleatoria, sino que son atraídas a áreas específicas dentro del cuerpo.

Cuando una persona es afectada por un cáncer las células de su sistema inmunológico (células inmunes) se reúnen en órganos específicos para prepararlos ante la llegada de las células cancerosas, actuando como un faro en el cuerpo que atrae las células malignas a esa ubicación. En esencia, el equipo de la U-M ha construido un faro más brillante para atraerlas.

“Nos propusimos crear una especie de señuelo y, al atraer las células cancerosas, que las pueda dirigir lejos de órganos vitales” señala Lonnie Shea, profesor de bioingeniería e ingeniería química en la U-M.

Cuando el “super-atractor” se implantó debajo de la piel de los ratones, sus sistemas inmunológicos afectados por el cáncer respondieron como lo harían a cualquier objeto extraño: enviando células para atacar al intruso. Entonces, las células cancerosas fueron atraídas por las células inmunes del dispositivo, donde echaron raíces alojándose en sus pequeños poros.

El estudio de la U-M también encontró que las células capturadas por el implante no se agruparon formando un tumor secundario, como lo harían normalmente.

“Nos sorprendió ver que las células malignas parecieron dejar de crecer cuando llegaron al implante, donde solo vimos células individuales en vez de una masa de células, como se observarían en un tumor, sin detectar evidencias de daños en el tejido circundante”, indica Shea.

Según la U-M la estructura esponjosa del dispositivo, fabricado con un material ampliamente utilizado en suturas quirúrgicas, se disuelve en el cuerpo con el tiempo.

UN POCO MÁS GRANDE QUE UNA GOMA DE LÁPIZ

El dispositivo implantado en el ratón fue de solo unos pocos milímetros de diámetro, y una versión para humanos podría medir unos centímetros, siendo un poco más grande que un borrador de lápiz, según los investigadores.

Si bien es probable que estemos a varios años de su uso en pacientes, Shea cree que esta tecnología podría ser utilizada para otros tipos de cáncer, como los de páncreas y de próstata. Consultado sobre cómo sería el uso clínico de este dispositivo, el profesor Shea expone un ejemplo práctico.

“Un paciente presenta un tumor primario, que es tratado con radio o quimioterapia, pero al analizar las células, se determina que la biología de éstas ponen al paciente en riesgo de una recurrencia. Estas personas serían buenos candidatos para un implante de este tipo que pudiera detectar una recurrencia tempranamente, antes de que las células cancerosas colonizaran los pulmones o el hígado”, señala este experto.

El doctor Shea y su equipo anticipan que este método “sería útil para cualquier tipo de cáncer en el que ocurra metástasis por la sangre, como los mama, páncreas y próstata, aunque no está claro si sería beneficioso en otras enfermedades como el cáncer de ovarios, que tiende a diseminarse a través del abdomen y no por medio el torrente sanguíneo”.

Según la U-M, este implante tiene el potencial de ser utilizado como una medida preventiva, especialmente entre quienes están en alto riesgo de cáncer de mama. Respecto de cómo se utilizaría este sistema en estos casos, Shea señala que el sistema “funcionará como sistema de alarma temprano de una recurrencia”.

“En términos de la propagación, los ratones que recibieron un implante tuvieron una menor incidencia de la enfermedad. No estamos todavía seguros de por qué sucede eso, pero proporciona una ventana de tiempo mayor para comenzar la terapia antes de que la enfermedad progrese a un gran número de células en el pulmón e hígado”, informa Shea.