La corrupción y otros males del deporte que dejan a México sin medallas

**Las críticas recaen sobre Alfredo Castillo, polémico presidente de la Comisión Nacional del Deporte.


La corrupción y otros males del deporte que dejan a México sin medallas

La Crónica de Chihuahua
Agosto de 2016, 21:30 pm

La cloaca del deporte mexicano la ventiló el mismo director del Comité Nacional para la Cultura Física y el Deporte (Conade), el abogado Alfredo Castillo, apenas llegó al cargo en abril de 2015 después de apaciguar a los grupos de autodefensas contra el crimen organizado en Michoacán.

“Aquí nadie quiere dar cuentas a nadie”, dijo sobre las federaciones de las disciplinas deportivas que se negaron a entregar facturas sobre los gastos que otorga el gobierno mexicano que ha invertido en el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto alrededor de 1,700 millones de dólares para impulsarlas.

Desde el 2014, la Auditoría Superior de la Federación había enviado focos rojos sobre el desempeño de las federaciones mexicanas que finalmente llevaron a 126 deportistas a los Juegos Olímpicos de Río.

A la Federación de Tiro con Arco, por ejemplo, se le encontró un “probable daño o perjuicio” por alrededor de 1.5 millones de dólares por la falta de comprobación de gastos realizados en eventos nacionales e internacionales, por la adquisición de material deportivo e insumos médicos.

El máximo órgano fiscalizador del país encontró además que las federaciones de Taekwondo y Natación otorgaron varios contratos con licitaciones dudosas y encontró un subejercio (dinero que no se usó) por alrededor de 2.5 millones de dólares en varias áreas deportivas, entre ellas el Sistema Mexicano del Deporte de Alto Rendimiento.

Pero una cosa es que la ASF dé sus números y otra que los reconozca la autoridad involucrada directamente y tras las declaraciones de Castillo sobre la presunta corrupción en las federaciones la relación de éstas con la Conade fuede mal en peor.

Castilló negó reembolsar gastos al equipo de tiro con arco y el hospedaje de niños atletas en Tamaulipas y en respuesta el grupo de pugilistas de la Federación Mexicana de Boxeo (FMB) salió a pedir dinero a las calles de la Ciudad de México para financiar su viaje al campeonato de Qatar, en octubre de 2015.

Ricardo Contreras, presidente de la FMB, dejó entrever que para tener acceso a dineros del gobierno se tiene que dar un porcentaje del presupuesto otorgado al funcionario que lo designa. Una práctica que en el lenguaje burocrático se conoce como “diezmo”.

Las federaciones se quejaron abiertamente de la inexperiencia deportiva de Castillo (ex fiscal del Estado de México cuando Peña era gobernador) y apostaron por un argumento que durante años usaron los sindicatos para justificar la falta de transparencia: la no injerencia del gobierno.

Por su cuenta, la legisladora Ana Gabriela Guevara (medallista de plata olímpica 20o4) arrancó una campaña en el Senado que denominó “Deportistas sin Miedo” en las que convocó a atletas de alto nivel a denunciar actos de corrupción y a la que acudieron sólo unos cuantos porque se acercaban los Juegos Olímpicos de Río.

“La falta de dinero no es el problema”, afirmó Juan Luis Barrios, medallista de plata en los juegos Panamericanos de Toronto. “El problema es que no se invierta en los atletas”.

Tras el descalabro en Río por la falta de alguna de las tres medallas (es la primera vez desde el 2000 que México no gana ningún oro, plata o bronce en la primera etapa de competencias), Aída Román, medallista de plata en Londres 2012, puso nuevamente el dedo en la llaga con sus declaraciones a su regreso de Río, tras ser descalificada.

Lamentó que el director de Conade hubiera preferido llevar a su novia Jaqueline Tostado, en lugar de especialistas médicos para atender a los atletas y se quejó de que la guerra de acusaciones entre la Conade, el comité olímpico y las federaciones. “Es un divorcio y nosotros (los deportistas) estamos en medio”.

LOS OTROS MALES

Más allá de la corrupción, algunos analistas como Adrián Camargo, de CS Consultoría y Gestión, consideran que hace falta “una nueva legislación al modelo del sistema deportivo mexicano que está vigente desde 1990. Según el Programa Nacional de Educación Física y Deportes, las siguientes son las debilidades en el país.

De organización:

**La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo documentó que en 2013 había sólo 7,708 personas especializadas en áreas deportivas que tendrían que atender a la población total de 112 millones de mexicanos, lo que implica que a cada especialista le corresponden al menos 14,000 personas.
**No se cuenta con un programa para el deporte de Alto Rendimiento. Ahora solo se apoya a aquellos deportistas que por esfuerzos personales llegan a un nivel competitivo internacional.
**No existe un programa detección, selección y desarrollo de talentos deportivos.
**No existe un censo de instalaciones deportivas.
**Ninguna de las Asociaciones Deportivas Nacionales cuenta con un plan estratégico, con manuales de organización y procedimientos, de tal manera que la administración que ejercen es empírica.
**Debilidad funcional de la Conade para atender a 35 entidades deportivas y más de 80 organismos deportivos nacionales.
**Escasa presencia de la mujer en la toma de decisiones en la activación física y el deporte.

Estatales y municipales:

**Las leyes estatales en materia deportiva no están unificada a las leyes que rigen la Conade
**De los 2,457 municipios del país el único estado que cuenta con responsable del deporte en todos sus municipios es Baja California
**No existen ligas deportivas escolares ni municipales registradas ante la Conade ni tampoco Ligas Escolares que describan de manera oficial cómo trabajan.
Financieros

Falta de aportaciones económicas de la iniciativa privada al esquema del Alto Rendimiento. Aunque muchas empresas apoyan a los deportistas de manera directa, es decir, personal, en los últimos años ninguna compañía ayudo al financiamiento del Proyecto Olímpico Mexicano.

Mejorar el trabajo científico con los deportistas. En México se requiere mejorar la atención que a través de la biomecánica, la bioquímica o la fisiología.